Los secretos del fútbol no son muy diferentes a los misterios de la coctelería. Todo el mundo cree saber cuáles son los ingredientes del éxito, pero casi nadie tiene la menor idea de cómo combinarlos. Muchas veces el descubrimiento es casual. Así nació por ejemplo el Dry Martini. Hay diferentes versiones sobre su origen, aunque doy por buena la de José Luis Garci, su mayor apologeta. Según relata en Beber de cine —un libro embrigador en el amplio sentido de la expresión— el Dry Martini nació de la inspiración repentina y resacosa de un barman mexicano de apellido Martínez que hubiera merecido, afirma el director, el Nobel de Química.
Llevado el asunto al fútbol diremos que todo el mundo tiene claro que Courtois y Benzema son, a día de hoy, el vermú y la ginebra del Dry Martini madridista. Podríamos discutir quién es la aceituna y quién el hielo picado (me inclino por Vinicius y Modric), pero nadie duda a estas horas de los ingredientes principales. Lo complicado es dar con las medidas. ¿En esta bebida hay más del portero arácnido o del delantero multiverso?
Poco importa, de momento. Como diría Bogart, “el mundo lleva tres copas de retraso” y el primer perseguidor del Madrid acumula además nueve puntos de desventaja, al menos a la espera del derbi sevillano. No hay nubes en el horizonte, por tanto. Ni síntomas claros del agotamiento que todos vaticinamos. Al contrario, diría. El equipo se impone en las segundas partes, con frecuencia en el último cuarto de hora, cuando más se debería notar el cansancio. Hay en este asunto una paradoja que Sinatra resolvió en los bares: “El alcohol puede ser el peor enemigo del hombre, pero la Biblia dice que hay que amar a los enemigos”.
A falta de conocer cantidades, en Vallecas nos quedó claro el orden de los factores: primero intervino Courtois y luego se manifestó Benzema. Contra ellos se estrelló un Rayo que se quedó muy cerca del empate, tan bien hizo las cosas.
Cuesta creer que al Madrid se le pueda escapar el campeonato aunque los cócteles también los cargue el diablo. Ni parece en condiciones de fallar lo suficiente ni los demás parecen capaces de ganar lo necesario. Benzema y Courtois. Ben & Co. Sírvase con mucho hielo y una aceituna obesa.