Aprovecho para escribir este artículo desde la posición de aficionado del club que ha ganado el título, para que no se pueda decir que, escribiendo de la derrota, las cosas se dicen por ventajismo, mal perder o cualquier otra razón.
No es este un torneo con el que me sienta especialmente cómodo. Entiendo la necesidad de expandir la imagen del futbol español y este me parece el proceso ideal, mucho mejor que sacar al extranjero partidos de Liga que desvirtuarían una competición que funciona como un todos contra todos, local y visitante, sin opciones de jugar en campo neutral. Si bien no tengo reparos en aceptar que la competición salga de España para captar nuevos clientes (perdón, aficionados), me parece que la elección de Arabia Saudí es cuestionable. En otras ocasiones he escrito sobre lo incómodo de algunas situaciones (el Mundial de Qatar, la inversión en el PSG, Manchester City o PSG) y no voy a volver sobre ello. Siendo cierto que en todas partes cuecen habas, en algunos lugares la cocción es abrasiva.
No me disgusta el formato rápido de semifinales y final; de hecho, es mucho mejor que el tradicional ida y vuelta en pretemporada. Pero queda claro que la intención es mercantilista. La idea de clasificar a campeón y subcampeón de Liga y Copa no hace más que facilitar que Madrid, Atlético y Barcelona se clasifiquen siempre. Naturalmente, si queremos vender el producto hay que incorporar a los clubes de más nombre: no estarían muy felices patrocinadores y sedes si no participasen los grandes del fútbol español. Lo entiendo, pero no termino de compartirlo.
La competición podría contar con los campeones de Liga y Copa, además de con el vigente campeón de la Supercopa. En este caso se habrían clasificado Atlético, Barcelona y Athletic. A partir de aquí, yo preferiría ver al campeón de Segunda obtener una plaza en el torneo, una pequeña inyección de dinero y la posibilidad de ganar un título como premio a su temporada anterior.
Es evidente que esta propuesta eliminaría al Madrid de la competición recientemente disputada, pero personalmente me importaría poco. En cierto modo coincido con lo casi injustificable de su presencia (siempre obtenida según la reglamentación del torneo). Pese a lo superlativo del nombre, la competición es menor, muy menor, dentro de la temporada de los grandes clubes. No es arrogancia ni despreciar el esfuerzo de los jugadores; simplemente considero que el equipo tiene al alcance cosas mejores, como ganar la Liga.
La Supercopa está bien y este formato es más entretenido, pero no deja de ser la guarnición del plato principal. Queda bien como acompañante, pero para ser considerada debe ir de la mano de un título mayor.