Don Inocencio Arias (Albox, 1940) ha sido casi toda su vida diplomático, lo que significa que ha defendido a España donde le ha tocado, lo que no es tarea sencilla. Cuando se ha desvinculado de esta tarea ha sido para defender el color blanco del Real Madrid, allá donde le ha tocado, lo que a veces tampoco ha debido ser tarea sencilla. Ambas ocupaciones las ha cumplido lleno de orgullo y plenamente convencido de lo que hacía. Su último libro, Esta España nuestra. Mentiras, la nueva Guerra Fría y el Tahúr de Moncloa, le ha servido para darle un repaso a España, a sus políticos y a la situación mundial en general.
—No le tiene usted mucho cariño a Pedro Sánchez.
—Escaso. Y le digo por qué. Es un mentiroso rematado, no tiene escrúpulos y le encanta el autobombo, el triunfalismo. El cocktail para mí es funesto.
—¿Tan mal lo ha hecho Pedro Sánchez durante la pandemia?
—Mediocre tirando a mal. Ha ocultado las cifras de muertos, habló de un comité de expertos inexistente, aprobó leyes inconstitucionales, intentó desestabilizar al gobierno de Ayuso y, lo más criminal de todo, alentó una manifestación masiva cuando sabía de la existencia de la pandemia. Nosotros no lo sabíamos, él y su gobierno sí. Esto es escandaloso.
—¿Cree usted que Yolanda Díaz mejoraría la cosa?
—No tengo idea. En su haber apuntaré que “parece” honesta. Al lado de eso, con algo de cursilería, es capaz de proponernos que habría que sustituir el término de patria por el de “matria”, algo que suena a una inmadurez penosa. No olvidemos, además, que es comunista, un sistema político que normalmente es ruinoso para un país, aparte de que suprime libertades. No me atrevo a juzgarla más porque no la conozco. Si es cierto que en su primer curriculum apareció que tenía tres doctorados cuando era falso, mi impresión sería más negativa, lo de la honestidad habría que matizarlo.
—Con más de 80 años ¿Tiende uno a callarse menos?
—Por supuesto. Si eres funcionario y estás jubilado puedes soltarte.
—Yo siempre creí que los diplomáticos eran unos mamones es el título de uno de sus libros.
—Un título, que leyendo entre líneas, venía a significar lo contrario. Yo lo creía de joven pero cuando conocí a varios y vi que no era así, decidí hacerme diplomático. Una estupenda profesión.
—¿Por qué nunca hemos cuidado nuestra imagen en el exterior?
—La hemos cuidado con mediocre fortuna. A veces no nos ha preocupado lo que piensen de nosotros, en otras por nuestra falta de autoestima hemos tenido una parte importante de nuestros intelectuales que han abrazado rápidamente los aspectos negativos de nuestra historia y minimizado nuestros logros, que son bastantes.
—Don Inocencio… ¡Gibraltar español! ¿Cómo ha podido este gobierno estropear tanto el asunto?
—Este gobierno no quiere problemas de ningún tipo con el exterior. Está concentrado en cambiar España, probablemente para mal. Lo cómodo es aceptar situaciones que a la larga nos pueden resultar perjudiciales, en momentos en que podríamos jugar cartas a nuestro favor. Por otra parte hay que recordar que en el gobierno hay divisiones y Sánchez no quiere problemas.
—Nadie, ni políticos ni escritores ni periodistas, sabe decirme una sola cosa que nos haya concedido Gibraltar tras haber España cedido en todo ¿Conoce usted alguna?
—No se trata de Gibraltar, se trata de Gran Bretaña. No ha habido concesiones hacia nosotros y cuando han podido nos han robado el istmo que no cedimos en el tratado de Utrech.
—¿De verdad alguien se cree que Marruecos es un país amigo?
—No es la mejor definición. En absoluto. Pero tampoco podemos concluir que es un enemigo que está siempre acechando para perjudicarnos. Hay desconfianza hacia España, los marroquíes aprenden que España los “traicionó” en el Sahara. Por nuestra parte hay un gran desconocimiento y, en ocasiones, aunque ha disminuido mucho, un pelín de desprecio.
—Sobre el Sáhara, Marruecos ha escuchado reproches de Francia, Argelia o Bruselas, pero ahí siguen. Y Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña dándole sus bendiciones.
—De Francia muy pocos por no decir ninguno. París es el mejor abogado de Marruecos en el tema del Sahara. Nunca critica a Rabat en ese terreno. Los otros tres que menciona tienen posturas distintas. Estados Unidos le ha “dado” el Sahara a Marruecos, del todo. Alemania es ambigua. Dice que el plan de autonomía diseñado por Rabat es una buena solución pero que el tema depende de la ONU. Gran Bretaña no ha sido tan explícita.
—Tanto apoyo de España a Palestina, ¿no nos ha separado de Israel, el mayor aliado de Marruecos?
—Apoyamos a Palestina lo justo, hay que hacerlo, como la mayor parte de Europa. No creo que Israel nos tenga ojeriza por eso. La mayor parte de la comunidad internacional apoya la causa palestina. No hay que ver conspiraciones donde no las hay. Israel se acerca interesadamente a Marruecos por razones que no tienen nada que ver con España.
—¿Cree que Rusia atacará Ucrania? ¿Qué tiene que hacer Putin para que por fin Europa se enfade y le pare los pies?
—No creo que nosotros, Occidente, tengamos una guerra con Rusia, pero no podemos descartar que Putin invada Ucrania y haya una guerra, no sé si corta, entre los dos. La Unión Europea no tiene la voluntad, ni los pantalones ni los recursos para pararle los pies a Rusia.
—¿Es lógico intentar independizarse energéticamente de los árabes para caer en brazos de los rusos?
—La pregunta es demasiado simplista. Depender sólo de uno es arriesgadísimo, el mejor ejemplo es Rusia y la crisis de Ucrania.
—Usted afirma que la ayuda occidental a países terceros es sistemáticamente saqueada.
—¿He empleado yo la palabra “sistemáticamente”? Habré querido decir que ocurre a menudo pero no siempre o con regularidad.
—¿Cree posible un ejército europeo a corto plazo?
—Para nada. Europa está dividida en todo, somos 27, y en eso también. Hay consideraciones de seguridad y económicas que lo impiden. Impensable a corto plazo.
—Usted cuenta que China pagó unas páginas en el Time… ¿No es terrorífico? ¿No existe una prensa libre en ningún sitio?
—Existe en muchos países. Nosotros somos uno de ellos, tenemos una prensa libre, algunos se casan con el poder pero otros muchos no. Ahora bien, en alguno de ellos insertándolo como publicidad no descarada pero visible se puede hacer eso.
—¿Es tan fuerte la injerencia digital de Rusia y China?
—Clarísima. China es hábil introduciéndose en redes Industriales, empresas… para conseguir patentes de forma irregular, etc. Rusia lo hace, sobre todo, por razones políticas. Ahora, por ejemplo, ya lanza ataques contra instituciones ucranianas, coloca noticias desestabilizadoras y es obvio que intervino profusamente en la elección americana desprestigiando a Hillary Clinton para favorecer a Trump y también Moscú fue prolijo en el golpe de estado catalán. No es que abogue por la independencia catalana, no le gusta como precedente a imitar en su entorno, pero todo es válido para desestabilizar y desprestigiar a los países democráticos europeos. Así pueden vender a los rusos que la democracia es imperfecta, no funciona bien. Intervendrá casi seguro en la presidencial francesa.
—¿Qué opina usted del Metaverso, ese mundo ficticio que quieren imponernos?
—No opino porque conozco mal el tema.
—¿Cree usted que Facebook y las redes sociales son un ángel o un demonio?
—Ni una cosa ni la otra. No se les puede parar en una democracia, son medios de expresión. Otra cosa es que difundan el odio o el racismo. Hay que tener instrumentos para penalizarlas.
—Se habla de que las religiones van a desaparecer sustituidas por la tecnología.
—Desaparecer, no lo creo. Ahora bien las creencias religiosas y la práctica han descendido en todo el mundo desarrollado. España es un buen ejemplo. Hace cuarenta años “exportábamos” sacerdotes. Ahora los importamos.
—Me gusta cómo escribe usted jáquers.
—Lo he escrito de varias formas. Debemos respetar la que diga la Academia.
—¿Hay solución con los nacionalistas catalanes?
—El tema se pudrió. El estado autonómico, que tiene muchas cosas buenas, cuenta con una que puede ser, y es, funesta. Concede a las autonomías competencias totales para regular la enseñanza y en la práctica no lo implementa con la existencia de una Inspección educativa ágil y seria que controle y corte los excesos y las falsedades. El cocktail de esta situación con la llegada al poder de unos independentistas produce una fábrica constante de independentistas. Generación tras generación, como ocurre en Cataluña, se ha inoculado a la sociedad que debe ser independiente porque lo ha querido siempre, que España les roba, que desde hace siglos los ha oprimido económicamente, que los asfixia culturalmente, etc… Son patrañas, algunas propias de un humorista, falsas en un 90% pero las maman. Luego existe el refuerzo de la televisión, que marca distinciones todo el tiempo entre España y esa comunidad, muchas de las cuales son risibles, y hasta siembra el odio. Por último, la ley electoral facilita que un grupo político haga chantaje al gobierno constantemente. El gobierno cede para poder gobernar y en el caso de Sánchez hasta límites insospechados, bochornosos, porque para él todo es bueno con tal de quedarse en la Moncloa. Firma letras con los indepes que son nocivas para la unidad de España. El problema catalán, el más serio que tenemos, tiene arreglo si se pone coto a la situación educativa y se frena a una televisión financiada por todos nosotros. No digo que se quiten las competencias educativas, para nada, digo que se regule mejor, ni tampoco que se amordace a la televisión, sólo que siendo pública no pude estar al servicio como un lacayo de un grupo político
—¿Cree usted que Euskadi sigue perteneciendo a España o ya es independiente de facto?
—No es independiente en absoluto aunque el PNV se haya quitado bastante la careta. Son buenos comerciantes y se venden al mejor postor si este les concede algo que, a menudo, puede significar crear otro roto en el traje de España. Lo que el PNV hizo con Rajoy debería estudiarse en las escuelas políticas como un ejemplo de doblez. Por supuesto, igual que en Cataluña ocurre con Companys, en el País vasco han mitificado a un señor vidrioso y de ribetes claramente racistas. Es incomprensible que gente inteligente no haya encontrado otro más presentable. Todo es extraño e interpretable en aquella sociedad (culta por otra parte). Llega el centenario de Zarra, un deportista emblemático, vasco al cien por cien, mítico y honesto, y por razones misteriosas no lo celebran. Por no hablar de los homenajes a gente que ha asesinado a cinco o seis personas. Extraña sociedad.
—¿Cree que es un buen momento para apoyar a la Monarquía como usted hace?
—Bueno e incluso pertinente. Lo seguiré haciendo. El rey Felipe es una persona que respeta muy escrupulosamente la Constitución, posee una trayectoria excelente, tiene muy buena entrada en el extranjero, refuerza nuestra imagen… Sin embargo, hay personas dentro del gobierno, DENTRO, que socavan su figura, que olvidan que aunque tenga sangre azul, roja o amarilla es el Jefe del Estado de un país democrático. Lo menos que debe hacer un miembro del gobierno es respetarlo. Recuerdo que un Secretario de Estado —un señor al que usted y yo pagamos varios miles de euros al mes, a lo mejor en un cargo superfluo, le ponemos un coche oficial, chofer, etc— ha dicho que no le importaría pasar por Zarzuela y cortarle el cuello al rey Felipe. Esta animalada, viniendo de una persona del gobierno, es algo que no he visto en mi vida en ningún país. Me abochorna con mis amigos extranjeros.
—¿El próximo gobierno de España será una coalición PP-Vox?
—No sé si habrá coalición, ahora bien, es raro que se pueda gobernar sin Vox. De una forma u otra su apoyo será preciso. Sánchez y los independentistas llevan a personas, no todas de la derecha, a votar a Vox. Los de Abascal no van a bajar en el voto. Lo veremos ya en Castilla-León.
—¿Casado debería echarse a un ladito o seguir peleando el puesto? ¿Le gustaría que Cayetana se lo disputase?
—No soy miembro del PP, mi partido es el Real Madrid pero, ¿por qué debe echarse a un lado? ¿Ha robado? ¿Ha perdido cuatro elecciones generales? Cayetana es muy válida, muy culta y además una excelente, de primera, polemista, desnuda al adversario, pero hoy por hoy no cuenta con posibilidades de liderazgo en el PP. Ni por éenova ni por los aparatos y militantes de bastantes Comunidades.
—¿Ve en las próximas elecciones una lucha de las Díaz, Yolanda vs Isabel?
—No. De un lado irá Pedro Sánchez, que es capaz de mandar al fuego del infierno a cualquiera de la izquierda que quiera disputarle el poder. La señora Díaz sabe cultivar su aureola y paridas descomunales, como esa de que hay que sustituir el término de patria por el de «matria», y no le hacen la menor pupa, pero en las próximas elecciones no desplazará a Sánchez. El PSOE está sojuzgado, dominado por Sánchez, el PSOE de siempre no existe, y si ella gallea, que no lo hará, ya le sacarían cosas. En cuanto a Ayuso pienso que HOY sólo quiere que la dejen en paz en Madrid sin interferencias de Génova. Otra cosa es que Casado se diera un buen batacazo en las próximas elecciones (algo improbable). Entonces, ella podría saltar al ring para las siguientes. Ahora, aunque tiene votos y no poco carisma, no lo creo para nada.