Skam ha sido una de las series de más impacto en los últimos años entre los adolescentes españoles. Mostraba de una manera creíble y veraz el día a día de un grupo de chicas de un instituto español. Además sirvió para dar a conocer a Celia Monedero, una de las actrices con más talento y futuro de nuestro siempre confuso sector audiovisual.
—Y Celia Monedero es, básicamente…
—Una chica normal que lucha día a día por ser feliz, teniendo claro su sueño de ser actriz.
—¿Algún espejo profesional?
—Mira, pues tengo muchos referentes. De actrices tengo varias, pero hay una parte de mí que siente mucha cercanía hacia Penélope Cruz. No sé por qué, veo algo en ella que me recuerda a mí. Quizás sea porque es muy trabajadora, casera y da más importancia al sueño que a salir de fiesta. O quizás sea porque nace un día más tarde que yo, el 28 de abril y yo el 27. El caso es que hay algo en ella en lo que me siento reflejada.
—El personaje que impulsó tu carrera sin duda fue Viri en Skam…
—Sí, lo recuerdo con todo mi corazón. Además a nivel personal fue muy importante. Viri me ha enseñado a luchar, día tras día y a ser valiente. Ella fingía una vida que no era la suya y cada día se levantaba de la cama diciendo “venga, otro día más”. Y un día se hartó de fingir, y fue valiente. La lucha, el quererse a uno mismo, y el aceptar que no hay por qué fingir ante las personas que te quieren, es clave en esta vida.
—¿Ha cambiado mucho tu vida desde que te diste a conocer en Skam?
—La verdad es que he cambiado yo más que mi vida. Bueno, mi vida sí que ha cambiado en cuanto a dedicarme más profesionalmente a esto, a hacer muchos castings, a hacer más proyectos, a hacer entrevistas, a que de repente por la calle te paran… Pero creo que he cambiado yo, más como Celia, que mi vida, porque siento que he pegado un salto en cuanto a crecimiento personal, de quererme tal y como soy, de que no pasa nada, de que nada es tan importante, de sentirme bien conmigo misma.
—¿Porqué crees que Skam España consiguió conectar tan bien con el público joven?
—Pues porque, al final, desde mi punto de vista, los jóvenes están hartos de ver siempre las mismas series en las que todo es perfecto, en las que no hay ni un grano, en las que nadie expresa sus problemas del día a día. Hay una parte en los adolescentes, que es la parte primordial por la que se creó Skam: se sienten incomprendidos y necesitan ser escuchados, sin filtros.
—Hablemos del futuro… ¿Qué género cinematográfico te gusta más para trabajar?
—Pues sinceramente, todos, no tengo una predilección especial. Puedo hacer terror, pero también puedo hacer drama o comedia. Además, para mí, comedia y drama van de la mano. El personaje sufre igual lo que pasa que con un poquito más de ritmo. Cuanto más sufre el personaje, más cómico es, por ejemplo en Woody Allen.
—Y dentro de poco veremos a Celia Monedero en…
—Es muy probable que comience a rodar una serie realmente interesante… Por otro lado me gustaría hacer teatro a nivel profesional. Es una propuesta que siempre me ha interesado mucho y creo que estoy en un momento personal y de madurez muy adecuado para dar el salto. Ya te contaré.