Hablar de Skyrim es hablar del mundo de los videojuegos. Simple y llanamente: el título de Bethesda ha marcado un antes y un después, no sólo en el género al que pertenece —el rolero—, sino que su trascendencia va mucho más allá. Es uno de esos juegos que supusieron un punto de inflexión para los RPGs y que fortalecieron aún más la imagen de marca de una empresa que ahora forma parte de la familia Xbox.

El pasado 11 de noviembre se celebró el décimo aniversario de la publicación original de Skyrim, que cumplía y quizás incluso excedía los deseos y anhelos de todo aquel jugador que soñaba con una historia épica en una serie de escenarios imponentes y con enemigos grandiosos. Ahora recibe una puesta a punto sobre la que procedemos a daros nuestras impresiones.

Imposible de igualar

Tal como mencionábamos, en una casi cabalística fecha de lanzamiento —11-11-11—, Skyrim se hizo un hueco en nuestros hogares. Fue capaz de absorbernos durante incontables horas y nos ofreció una relación contenido-calidad difícilmente igualada desde entonces en una trama repleta de intrigas y misterios en la exploración de incontables misiones, dragones y otros enemigos que nos las hicieron pasar canutas en nuestra aventura. Era un ejercicio más profundo que lo que supuso la entrega anterior más conocida como Oblivion.

Sin embargo, Skyrim no deja de ser un hijo de su tiempo. Y como tal las mecánicas pueden llegar a suponer un lastre para los nuevos jugadores, sobre todo si han sido atraídos por otros títulos más recientes o para los cuales el paso del tiempo no ha sido tan duro como con el buque insignia de Bethesda. Que conste que no esto no supone una crítica, es subrayar un hecho objetivo. Skyrim se puede haber quedado algo anticuado en lo que vemos en pantalla, pero hay vida mucho más allá del gameplay.

Donde no se ha quedado desfasado es en la propuesta absolutamente gargantuesca que, como si uno de los señores dragón se tratase, amenaza con monopolizarnos sin remedio durante infinitas horas. Además del soberbio contenido del juego base, que ya cuenta con entretenimiento a raudales, la presencia de todas las expansiones hasta la fecha son un añadido que ya venía presente en el lanzamiento para PS4/Xbox One, pero que son más que interesantes para adentrarse por los enigmas que complementan los contenidos del juego base.

En este sentido, las expansiones en cuestión son Dragonborn, Dawnguard y Hearthfire. Con la primera la campaña se desplaza desde la costa de Morrowind hasta la isla de Solstheim; en Dawnguard, Lord Harkon, el señor de los vampiros, ha vuelto a alzarse; y finalmente en Hearthfire permite comprar tierras y construir una casa que se puede convertir en un hogar familiar.

Sin embargo, la gran novedad para este Anniversary Edition de Skyrim viene de la mano de la incorporación de los contenidos del Club de Creación, resultado de los esfuerzos de la comunidad de modders y que ha contado con el visto bueno del control de calidad de Bethesda. Se incorporan nuevos modos de juego, misiones, armas y armaduras que se pueden integrar a la perfección en nuestra propia experiencia desde el primer momento. No obstante, no nos parece correcto del todo, ya que podemos acceder a cierto equipamiento algo desproporcionado al momento de la aventura en la que nos encontramos, lo que evita que se convierta en el reto que se presupone.

Uno de los refuerzos, que llegan de forma gratuita para aquellos poseedores de la versión anterior de Skyrim, la así llamada Special Edition, es la trama que se nos presenta en Santos y Seductores. Cuenta con un nivel de calidad que no tiene mucho que envidiar al contenido original que publica la propia desarrolladora y recomendamos jugarlo encarecidamente.

Por otro lado, nos encontramos con el Modo Supervivencia, que recordemos que podemos activar desde el primer momento de nuestra aventura en Morrowind. Los efectos de comer, calentarnos y descansar están muy bien recogidos para adecuarlos a los desafíos de la vida real, lo que supone un extra que será especialmente bien recibido para aquellos veteranos que ya hayan superado Skyrim.

Por último, está Pesca, que nos ofrece la posibilidad de hacernos con las más de 20 especies acuáticas únicas que hay en las distintas extensiones de agua y que los jugadores podrán cocinar, exhibir como trofeo o cuidarlos hasta en nuestro propio acuario casero. En total, se trata de unos 500 mods que cuentan con el placet de Bethesda y que refuerzan la excelente oferta que ya tenía Skyrim en su edición especial. Una mejora que para los usuarios les supondrá un desembolso extra de 19.99 euros para dar el salto a los contenidos.

Un salto que se queda corto

Skyrim: Anniversary Edition ha sido actualizado con la idea de aprovechar el hardware de la nueva generación. Y lo cierto es que lo hace desde un determinado punto de vista, puesto que el motor gráfico sigue siendo el que es y, aunque la resolución ha aumentado, no se aprecia una mejora tan significativa respecto a la Special Edition ,donde ya se apreciaba un salto apreciable respecto a la versión previa en PS3 o Xbox 360.

El juego sigue asombrando por lo colosal que se ve en pantalla y hay una variedad lo suficientemente amplia para quedarnos embelesados por el prodigioso trabajo que ya se disfrutaba hace una década incluso con los bugs tan propios de un juego de estas dimensiones. No obstante, los modelados de los personajes se resienten en gran medida y eso que la promesa de los 60 fps ha llegado al fin a nuestras manos, lo que no dejaba de ser una asignatura pendiente desde hacía demasiado tiempo.

Para finalizar, Skyrim no se puede entender si no es con la grandiosa banda sonora original que ya nos acompaña desde hace 10 años y que sigue siendo tan evocadora como antaño, lo que le refuerza ese componente épico que siempre le ha caracterizado.

Conclusiones

Calificar a un juego tan colosal como Skyrim resulta un ejercicio innecesario porque no deja de ser uno de los mejores de su género, marcando un antes y un después en el terreno rolero. Es una fuente de entretenimiento casi inabarcable para aquellos lo suficientemente valientes para desafiar los peligros de Morrowind.

La puesta a punto en Anniversary Edition viene con el plus de todo el contenido extra del Club de Creación, que llega con el visto de bueno de la propia Bethesda y se une a la fabulosa propuesta que ya venía incluida en la remasterización previa. Un juego tan influyente como Skyrim puede ser la excusa ideal para aquellos que ya se hayan aventurado en el juego y absolutamente imprescindible para los que nunca lo hayan hecho.

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