Se iniciaba la jornada con el hecho poco habitual de que Liverpool, Chelsea y City jugaban a las tres de la tarde, alejados de las cámaras de televisión en directo para el público británico. El horario estelar del sábado quedaba para el Derby del despido que jugaban Nuno Espirito Santo y Ole Gunnar Solskjaer, a cargo de Tottenham y Manchester United, con los primeros ejerciendo de locales. Los problemas del United son más que conocidos y quizá hayan tapado los del Tottenham. Los Spurs habían empezado más o menos bien, con tres victorias consecutivas por 1-0 y sin Kane en el terreno de juego, medio descansando tras la Eurocopa y medio cabreado con el mundo porque se tuvo que quedar en el equipo. El juego era insulso, pero tenía los ingredientes para mejorar. No fue así.
Pronto perdieron ante Palace (3-0) y Arsenal (3-1). Nuno no era la primera opción del club, ni la quinta. Era el que quedaba en la estantería tras la negativa de varios otros, entre ellos Conte. Derrotado una vez más, esta vez por 0-3, el despido de Nuno se certificó mientras me planteaba el enfoque a la actualidad del fin de semana. Ahora suena Conte, pese a decir no en verano. Buen sueldo le deben ofrecer.
Tras la confirmación del despido de Nuno, en Newcastle también quedaron claros varios aspectos. El más importante: el club puede tener todo el dinero de Arabia Saudí, pero aún no cuenta con una plantilla de nivel. El equipo corre un riesgo serio de descender a la Championship, y ya veremos a qué jugadores y entrenadores puede atraer hacia esa categoría. Despedido Steve Bruce, cosa cantada desde la llegada de la nueva propiedad, aun no está claro quién se hará cargo de una nave que se hunde partido a partido. El Chelsea se impuso por 0-3 y dejó en evidencia la brecha de calidad que se abre entre la parte alta y baja de la liga.
El día le salió redondo al equipo de Tuchel, que vio a sus rivales perder puntos en casa. El Liverpool desaprovechó un 2-0 a favor y terminó por empatar a dos con el Brighton de Graham Potter. Han empezado muy bien la temporada las gaviotas, siempre intentando jugar bien al futbol. Temporada tras temporada han ido sobreviviendo en la zona baja, pero este año han encontrado victorias en partidos que solían escaparse y navegan cómodamente en la primera mitad de la tabla. Recuperado el diminuto lateral Lamptey (1,64) de su grave lesión, Cucurella ha encajado perfectamente en el equipo y el sistema de Potter. Su jugador clave puede ser el mediocentro malí Yves Bissouma. El resultado no deja de ser una sorpresa, pero confirma la progresión del Brighton.
También progresa, en su caso a pasos agigantados, el Crystal Palace de la mano de Patrick Vieira. A final de la pasada temporada el club dejó salir a más de 10 jugadores y a su entrenador, Roy Hodgson, un técnico poco aventurero, pero con un par de manos firmes para mantener al equipo en la categoría sin grandes apuros. En su momento el Palace intentó cambiar el estilo y apostó por Frank De Boer, que fue despedido sin conseguir ni un punto ni un gol. Esta vez, la apuesta por Vieira está funcionando y difícil será ver al Palace en dificultades, con el añadido de ver buenos partidos del equipo.
En el Crystal Palace esté resultando clave la aportación de Conor Gallagher, un centrocampista de 21 años cedido por el Chelsea. Gallagher está moviéndose con facilidad en las acciones ofensivas del equipo, asociándose en el juego en corto y acercándose al gol con frecuencia. Es un jugador al que merece la pena seguir, y cuyo lugar en el Chelsea está comprometido por la abundancia de jugadores de su corte. Pese al progreso del Palace, su victoria ante el City por 0-2 es una sorpresa relativa. No hace tanto el Palace también gano allí 2-3 y el equipo de Pep reiteró los errores que permiten los contragolpes de Wilfried Zaha y compañía. Hablando de Zaha, no queda mas remedio que mencionar y denunciar que, una vez más, tras cometer el pecado de marcar un gol, recibió insultos racistas a través de las redes sociales. Seguimos con las confirmaciones: cada vez hay más cafres por todas partes.
El último partido del domingo enfrentaba a un Aston Villa en caída libre (tres derrotas seguidas) y a un West Ham cada vez menos West Ham. Entiéndase por esto que el West Ham era un club digno de comedia de televisión, con los aficionados invadiendo el campo para exigir la dimisión de los propietarios y con los jugadores capaces de perder partidos de la forma mas inverosímil. David Moyes no solo ha calmado las aguas, sino que ha colocado al equipo en la Europa League esta temporada y no esconde su ambición de entrar en la Champions la próxima, además de luchar por un torneo copero. Moyes ha basado su juego en Declan Rice, el mediocentro de la selección inglesa, un jugador muy completo en su posición, de los mejores hoy en día. Con él juega el checo Soucek. En ataque el entrenador escocés acabó eligiendo a Fornals, Bowen y Antonio en detrimento de jugadores con mayores traspasos. Y la apuesta va saliendo bien. Quién lo hubiera imaginado tras los pasos de Moyes por United, Real Sociedad o Sunderland… y siendo el West Ham el club que era.