Todo fue diferente en este fin de semana a pesar de los 125 años cumplidos por la prueba. Para empezar, la carrera tuvo lugar en octubre. Normalmente, el infierno del norte se acomoda junto a las clásicas holandesas y belgas, como no pudiera ser de otra forma: Roubaix queda a tiro de piedra, o de adoquín, de Bélgica. La pandemia hizo que este año se retrasara seis meses y el próximo año las elecciones francesas harán que cambie sus fechas con la Amstel Gold Race holandesa. Otra novedad que nos trajo esta temporada es la inusual presencia de la lluvia, ausente dos décadas, y quizá la más importante, la primera edición femenina, el sábado.
Mucho esfuerzo se hizo por anunciar la carrera femenina, un paso al frente en lo que debiera ser normal, que hombres y mujeres tengan un calendario lo más parecido posible. Eurosport se volcó con la prueba, pero los espectadores nos encontramos con la falta de imágenes. Sentados en su sofá, los presentadores en lengua inglesa nos iban dando la situación de carrera a la espera de que la televisión francesa tuviese a bien ofrecer lo que pasaba entre los tramos de adoquines. Toda la importancia que se le quiso dar a la carrera en los días anteriores se la quitó el retraso, haciéndonos ver que, si bien la carrera masculina merecía todo el tiempo necesario, la femenina estaba bien servida con la parte final de la prueba.
Así, nos perdimos el ataque inicial de Lizzie Deignan. Cuando llegaron las imágenes la encontramos con casi dos minutos de ventaja sobre lo que iba quedando de un pelotón castigado por las caídas. Los adoquines, mojados, eran traicioneros y resbaladizos, pero menos que los laterales de la carretera, encharcados y ocultando quién sabe qué sorpresas. Deignan ofreció una exhibición en la carrera, y solo al final la super-estrella holandesa Vos, una de las mejores ciclistas de siempre, parecía capaz de evitar su victoria. Reducida la ventaja a poco más de un minuto, la británica contuvo el pulso con relativa facilidad para ser la primera ganadora en Roubaix de la historia.
Ganar no es fácil siquiera para Vos, que también fue subcampeona del mundo, y por la misma razón no se puede criticar al favorito en la línea de salida, el belga Wout van Aert. De él se espera tanto que ganar tres etapas del Tour (una de montaña, una contrarreloj y un sprint) y conseguir dos medallas de plata en los Juegos y el Mundial parece poco a algunos críticos por la falta de oro. En la Roubaix quedó descolgado ante el ataque de su máximo rival, el holandés Mathieu Van der Poel. Provocado el corte en un tramo de pavés, reducir los huecos entre pequeños grupos de ciclistas resulta imposible. Bastaba algo tan aleatorio como ir cerca del próximo ciclista en caer y que te tirase o te cortase. Cayeron ciclistas tan hábiles sobre la bicicleta como Peter Sagan o el suizo Kung, este varias veces. Van Aert quedó cortado, sin compañeros de equipo y con el resto del grupo esperando que el belga hiciese el milagro. Le quedaron entonces dos opciones: dejarse llevar ante la imposibilidad de alcanzar a los cuatro ciclistas que quedaban por delante, o hacer un esfuerzo e intentar dar caza, por si acaso. El esfuerzo fue tan grande que, en su cara cubierta de barro, se adivinaban los recorridos de las lágrimas.
Van Aert consiguió reducir distancias en parte por la desgracia de Gianni Moscon, el italiano de Ineos que lideraba la prueba con algo mas de un minuto. En rápida sucesión pinchó y cayó, quedando su ventaja con el terceto que le seguía en un suspiro. Hasta allí habían llegado de diferentes maneras: el belga Vermeersch se había metido en el primer corte serio del día y fue sobreviviendo bajas de compañeros y llegadas de otros. Sony Colbrelli atacó a unos 90 kilómetros de meta y Van der Poel poco después. Los tres se unieron y un ataque de Colbrelli termino por destrozar a su compatriota Moscon.
Fue el segundo ataque de Colbrelli, hasta entonces satisfecho con seguir la rueda de Van der Poel en otra exhibición. Siempre hay que ver las carreras del holandés y de Van Aert, y más si corren juntos. Colbrelli había derrotado hacia unas semanas a Evenepoel en le campeonato de Europa, feliz de seguir la rueda del belga y derrotándole al sprint. También era favorito para el Mundial hasta la demostración de Alaphillipe. Su gran nivel de forma le hizo justo valedor a un lugar en la cabeza de la carrera, junto al esperado Van der Poel y el hasta ayer desconocido Vermeersch, los tres, para añadir a las novedades de la carrera, debutantes.
Llegados al sprint, Colbrelli parecía favorito, si bien fue la inexperiencia de Veermesch (debutante en el campo profesional esta temporada y aun con cero victorias) lo que abrió las puertas al italiano. Van der Poel, tras su colección de ataques continuos, acabó tercero. Italia suma otro triunfo más para añadir al álbum de 2021.