Hace un par de días leí en estas mismas páginas un artículo magnífico sobre chavales muy jóvenes de todo el mundo. Con edades comprendidas entre los 17 y los 21 años están destinados a liderar el fútbol de la próxima década por sus características técnicas, tácticas y físicas. Era un análisis muy exhaustivo y pormenorizado que abarcaba todos los puestos sobre el terreno de juego. Los aspectos técnicos y tácticos estaban claros. Sin embargo, la definición de los aspectos físicos se limitaba a hacer notar el poderío físico y la talla.
Como especialista en preparación física voy a intentar aportar un poco más de luz sobre lo que se entiende por “poderío fisico”. El fútbol actual requiere un despliegue físico brutal para hacer frente a las demandas que la competición exige. Hablamos de futbolistas con estructuras musculares más propias de atletas que compiten en decatlón con tallas de 1,90 y peso que oscilan entre 85 y 90 kilos. Y con unas fuerzas relativas —potencia por kilo de peso corporal— muy altas.
Estás descomunales medidas antropométricas requieren un consumo de oxígeno muy alto en cada partido (no olvidemos que el fútbol es un deporte aeróbico). Sin embargo estos chavales también gozan de un volumen de oxígeno máximo muy alto, por encima de 50 mililitros por kilogramo y peso, lo que les permite afrontar las múltiples acciones explosivas que se dan en los partidos sabiendo que está garantizado que su corazón, en apenas 15-20 segundos, estará preparado para repetirlas una y otra vez. Y por si esto no fuera suficiente, estos superdotados, en una gran mayoría, gozan de una velocidad punta que ronda entre los 33-35 km/hora. No olvidemos que Haaland y Mbappé se mueven entre los 36-38 km/hora en cuanto a punta de velocidad.
Resumiendo: estamos ante una generación privilegiada por sus prestaciones técnicas, tácticas y físicas que nos hará disfrutar a aficionados y profesionales, y que aumentará más si cabe el magnífico espectáculo del fútbol. De hecho, muchos clubes ya han emprendido una alocada carrera para fichar a estos talentos que no solo tienen una excelente calidad técnica sino el músculo necesario para mostrarla con eficacia e intensidad en cada partido.