El año 2022 será el año Saramago: se celebrará el centenario del nacimiento del escritor. Por ese motivo, Alfaguara publicó el pasado 14 de octubre La viuda, la primera novela de Saramago, escrita en 1947 e inédita en español. En 2022, Alfaguara relanzará toda la Biblioteca Saramago con un nuevo diseño de cubiertas creado por uno de los nombres más relevantes del diseño editorial español, Manuel Estrada.
En la charla de presentación del programa cultural y editorial en torno a la figura del Premio Nobel portugués participaron Pilar del Río, presidenta de la Fundación José Saramago; Carlos Reis, comisario del Centenario de José Saramago; el diseñador Manuel Estrada, y Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara.
Tras la muerte de su marido, María Leonor, madre de dos hijos, se siente abrumada ante las dificultades para administrar su hacienda en el Alentejo, las expectativas de la sociedad y el férreo control de su entorno. Después de unos meses sumida en una profunda depresión, decide finalmente afrontar su responsabilidad como propietaria de las tierras, pero su corazón está atormentado por un pecado secreto: a pesar del duelo, su deseo no se ha apagado.
Entre cavilaciones sobre la esencia del amor, el paso del tiempo y los deslumbrantes cambios en la naturaleza, la joven viuda pasa las noches en vela, espiando los amores de sus criadas y padeciendo la soledad propia. Hasta que dos hombres muy distintos irrumpen en su vida y su destino se tambalea inesperadamente.
Escrita en 1947, La viuda es la primera novela del escritor, que vio la luz en Portugal con el título de Terra do pecado por decisión del editor. Ahora, cuando se cumple el centenario del autor, se publica por primera vez en español, respetando su título original. Esta historia escrita por un joven José Saramago anticipa el gran novelista que todos conocemos. En ella está ya presente su personal forma de mirar el mundo y algunas de las características de sus novelas más aclamadas: la extraordinaria fuerza narrativa y un personaje femenino inolvidable, ese talento que el Comité Nobel definió así: «Saramago vuelve comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía», o como él mismo decía, «Hay que vivir aunque sea de cualquier modo, siempre que sea vivir»«.