Un jugador de Real Madrid, Barça o Atleti puede jugar 38 partidos de Liga, 13 de Champions, siete de Copa y unos nueve con sus selecciones nacionales. Esto si no participa en el Mundialito, la Supercopa de España o la Supercopa de Europa. Este es el menú anual al que optan Karim Benzema, Oblak o Messi. Lo hacen a tirones, exprimiendo calendarios y sin entrenarse, debido a los viajes continuos. Se cuentan con los dedos de la mano aquellos que no sufren más de una lesión muscular a lo largo del curso.
Estos tres clubes representan más del 90% del share de la liga. En tiempos de pandemia, de campos vacíos, son los que capitalizan la señal de las teles. Sus directivas y aficionados asisten atónitos al horario que le viene bien a la Liga. Los equipos prestan gratis a sus jugadores a las diferentes Federaciones, que no son capaces ni de pedir disculpas si los devuelven a trozos. Todo esto después de un emocionante bolo amistoso. Para ello, rompen la competición, destrozan los planes de los entrenadores y castigan a los aficionados que pagan. Tenemos que esperar dos semanas para ver cómo Luis Enrique prueba a Llorente de lateral derecho o el seleccionador belga hace ir a Hazard a que le vean las heridas de guerra. Cojonudo todo.
Este es el panorama que tienen los tres clubes más grandes de España con la LFP, la UEFA y la RFEF. Una bicoca.
No contentos con esto, Madrid y Barça, sin duda los equipos más taquilleros de Roures y Tebas, cobran menos que cualquiera de los diez primeros de la Premier. La competición española, acaparadora de Champions y Balones de Oro, no puede vender sus derechos a más precio de lo que cobran el Leicester y el Wolves. Zidane hace su trabajo. Tebas no realiza muy bien el suyo.
Miles y miles de millones después, la UEFA, que ha estado exprimiendo la teta de la Champions, deja a los clubes tirados cuando llega el Covid.¿Dónde están sus ayudas? ¿Dónde las líneas de financiación o algo tangible que les hayan conseguido desde Zúrich?
Estos mismos son los que consienten que a los clubes estado, a los jeques y a los petroleros, al PSG o al City, les salga el dopaje financiero por cada uno de los pespuntes de sus escudos. Algún día les cambiará la voz como a Bosé.
Y estos, todos estos, son los que están hablando de solidaridad, avaricia, desconsideración e infidelidad de Madrid, Barça y Atleti. Godzilla acusando a Roger Rabbit de ser un monstruo.
Pues de esos polvos, estos lodos, señores. Están recogiendo todo lo que llevan años sembrando.
No es que apoye la Superliga, es que es la salida lógica de los que de verdad hacen que gire la rueda. Si hubiese cordura, ahora Tebas debería estar preocupándose de cómo compaginar LaLiga con la nueva competición para que estos tres la sigan jugando. Y el resto de clubes, empujando para que no se vayan de la misma. A ver luego cuánto cuesta para las teles un Levante-Villarreal.
Tenía escrito un parrafazo contestando punto por punto a lo que aquí se argumenta. Luego, descubrí que el Levante y el Arsenal ocupan la misma posición en sus respectivas ligas.