Hace unos meses, el partido contra el Manchester City (derrota clara en el Bridge) supuso el final del ciclo de Frank Lampard al frente del Chelsea. Todavía dirigió el equipo unos días más, posiblemente mientras se formalizaba el acuerdo con Tuchel. Aquel City iniciaba una racha que le ha llevado a sentenciar la Liga y el Chelsea daba comienzo a una reconstrucción sobre la marcha, buscando asegurar la clasificación para la próxima Champions League y, por qué no, pelear por un título, europeo o doméstico (FA Cup).
La previa de la semifinal de Copa disputada entre City y Chelsea llevaba la etiqueta de posible final de Copa de Europa dentro de unas semanas. Si el Madrid quiere evitarlo debería tomar nota del partido jugado en Wembley.
Tuchel alineó a Kepa en la portería, una línea de tres centrales con Azpilicueta, Thiago Silva y Rudiger. Los carrileros, James en la derecha y Chilwell en la izquierda. El eje del medio del campo lo ocuparon Jorginho y Kanté, y por delante de ellos Mount, Zychech y Werner. La formación, por descontado, no es rígida en su 3-4-3. A la hora de defender las posesiones largas del City, el Chelsea disponía de una línea de cinco con Jorginho y Kanté muy cerca de ellos. A la vez, los carrileros atacaban cuando tenían la ocasión. Una de las mejores opciones de gol del partido fue una llegada de James rematada por Chilwell.
La primera parte tuvo pocas ocasiones pero dejó un claro aviso al City: Werner se fue por velocidad de la adelantada defensa de Guardiola y Zychech marcó un gol anulado por un ligero, aunque suficiente, fuera de juego. Una jugada similar al inicio de la segunda parte sí acabó con el gol que daría el partido al Chelsea.
Digamos que el Chelsea no se limitó a esperar y correr. Los primeros 20 minutos fueron suyos, todo el juego y hasta un 65% de posesion. Mount rompía a Fernandinho con facilidad y el Chelsea saltaba así líneas del City. Cuando el City intentó hacerse con el balón, los tres centrales superaron con facilidad al ataque celeste.
Cuando el Chelsea tuvo la opción de correr, su ataque se mostró más veloz que Días y Laporte. Cancelo y Mendy fueron cogidos fuera de posición con facilidad. De hecho el Chelsea hizo así tres goles, dos anulados, y tuvo el 2-0 poco después de su primer gol.
Que el City no pudiese crear ocasiones de gol podría tener su motivo en los cambios de Pep (hasta 8) pero cuando tu ataque cuenta con Sterling, De Bruyne, Torres y Gabriel Jesús es complicado no ver titulares entre ellos. Fue más que nada una labor defensiva excelente del Chelsea, que aguantó cuando tuvo que hacerlo y supo mantener a ratos el balón en su poder. Fue justo vencedor del partido.
El Madrid tiene una difícil tarea por delante si quiere llegar a la final de Estambul. El Chelsea, por supuesto, la tiene igual de complicada.
Y a lo dicho, añadiría que lo que más me sorprendió fue la cantidad de gente con la que llegaban arriba y cómo llegaban: 3 o 4 habitualmente, bien escalonados y espaciados, y el resto esperando atrás para que no les cogieran a la contra. No es muy tranquilizador