A un ciclista se le puede reprochar la actitud, pero no la falta de fuerzas. Y lo mismo se puede decir de un equipo entero. Lo que irrita a un aficionado (y me erijo en portavoz) no es que un corredor se quede fundido en mitad de un puerto, sino que permanezca a la expectativa, jugando siempre las cartas de otros. Como ya habrán podido advertir, este es mi enésimo alegato en favor de Mikel Landa. Hay quien no le perdona que no sea la estrella que parecía hace cinco años, cuando fue tercero en el Giro. Los landistas, sin embargo, tenemos más paciencia. Digamos que disfrutamos más de la ilusión (a todas luces incierta) de lo que nos duelen los tropiezos (algo más tangibles). La etapa reina fue un magnífico ejemplo. Desde que el Bahrein tomó el mando del grupo principal en el puerto de La Madeleine nos preparamos para el ataque de Landa. Esa incertidumbre optimista se alargó durante un par de horas y en ese tiempo el mundo nos pareció un lugar más confortable, cargado de maravillosas posibilidades. Cuando Mikel se retrasó del grupo principal torcimos el gesto (no tanto como él), pero dimos por bien empleado el rato anterior. Ya llegará el momento en que todo esté alineado: la forma física, la anímica y las musas. Hasta entonces haremos guardia, no hay mucho mejor que hacer.

Aunque el resultado no fue el deseado, Landa maniobró como se espera de un candidato. Mandó endurecer la carrera con la sana intención de eliminar compañeros del líder. Y lo logró. El problema es que sufrió el mismo castigo que pretendía infligir a sus adversarios. En meta perdió 1:05 con respecto a Roglic y se sitúa ahora a dos minutos del podio y a 22 segundo del cuarto puesto. Evidentemente, no es un drama, aunque esperábamos más y seguiremos esperando (quizá mañana).

Landa, en plena ascensión al Col de la Loze. CORDON PRESS

Absuelto Landa, la carrera asistió a la primera debilidad de Pogacar y a la primera exhibición de Supermán López. El niño perdió 15 segundos con el maillot amarillo y hay quien se lo ha tomado como un golpe de autoridad de Roglic. Yo no diría tanto. Si Pogacar se plantara ahora tendría casi asegurados el segundo puesto, el maillot de rey de la montaña y el de mejor joven; no es mal botín para un debutante. Pero no creo que por su cabeza crucen esos pensamientos, tiene 21 años, hagan memoria de su juventud. Lo más probable es que, picado en su orgullo, vuelva a intentarlo en la etapa de mañana para salir mejor colocado en la contrarreloj del sábado.

Quien pasa a tener un papel fundamental en la trama de la carrera es Miguel Ángel López, ganador en el Col de la Loze. Ya está en el podio y sin nadie que le amenace el tercer puesto. La cuestión es saber si da por satisfecho o si quiere ganar el Tour. Es verdad que entre una cosa y otra hay territorios intermedios. Tal vez quiera ganar más tiempo para alejarse de los contrarrelojistas (Porte, Urán) o tal vez aspire incluso al segundo puesto de Pogacar, a 29 segundos. En ambos casos, es fácil que por el camino se encuentre demasiado cerca de la victoria total como para no probar.

El Tour sigue interesante, que nadie se descuelgue ahora. Roglic todavía no ha dado muestras de flaqueza y ya le toca. Quién sabe. Mañana podría ocurrir todo lo que llevamos esperando 17 días, casi tres años. Y que nadie tenga la menor duda sobre esto: mantener la ilusión en estos tiempos es un triunfo.

3 COMENTARIOS

  1. Landa es bueno, muy bueno. Pero el Tour le queda lejos y para ganarlo necesita un año como el de Carlos Sastre. Por la razón que sea, su carrera es el Giro y tampoco es un botín al que hacerle feos. Yo no podía sacar un 10 en Física, pero había otras asignaturas donde me podía lucir.

    Su intención ha sido buena y mejor ser séptimo intentándolo que quinto sin que te vean.

    La etapa ha sido un poco desesperante porque pasaban los kilómetros y no se movía nadie. En la Madeleine se endureció la carrera pero se echa un falta un valiente o un inconsciente. O ambos dándose relevos. El último puerto es precioso y espero que la carrera vuelva pronto. Y siempre.

    Roglic es el mejor. Pogacar es el segundo mejor. López el mejor del resto, pero sería bueno que ninguno de ellos lo diera todo por hecho.

    Veremos mañana, veremos el sábado. Lo bonito de tener el calendario tan apretado es que enseguida habrá Giro y Vuelta. Siempre parece que falta algo en el día a día cuando acaba una vuelta de 3 semanas.

  2. A pesar de todo Landa puede dormir tranquilo.No se quedará con la duda del «qué habría pasado si…».Eso le habría perseguido mucho tiempo.Ya no.Mientras veía que se quedaba pensé que él y todo el equipo habían hecho algo que recordarán, y que quizá el menos satisfecho sería el patrocinador.

    De Roglic y Pogacar,qué decir.Todavía pueden pasar cosas (queremos que pasen cosas,las que sean,aunque unas más que otras),incluso que López suba aún más,pero han sido los mejores.

    Pero quizá López ha olido la sangre de Pogacar y quiera probar,y veremos si a Tadej le entra la duda (conservar frente a López o seguir atacando a Roglic,si puede) en ese caso.

    y sí,ya hay ganas de Giro!

    Lo de Landa es elogiable pero lo de Carapaz es alucinante.Dolía solo verlo.Qué voluntad!

  3. El Tour de Pogacar es excelente. Además del maillot blanco y el de lunares, 2 etapas y podium. Podría convertirlo en extraordinario, un debut al alcance de los muy elegidos.

    Pero vamos, el tío tiene pinta de sumar 6 o 7 grandes sin mayores problemas

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