Partamos de la premisa de que si uno hace algo que el resto del mundo no entiende nunca es necesario dar explicaciones: los amigos no las necesitan y los enemigos no se las creen. Así que la entrevista/rueda de prensa de Messi al menos basta para saber quiénes estamos en el bando de sus amigos. Porque sus enemigos ya sabemos que van a crucificar a D10S incluso para salvar al mismísimo Barrabás, que ya se sabe que la historia se repite.
No había más que ver la furibunda reacción de la caverna madridista (y parte de la culé), que ya respiraba aliviada al imaginar a Messi vistiendo otra camiseta. Uno no sabe si reaccionaron así porque tendrán que sufrir un año más a D10S (por lo menos) o porque Leo decidió dar sus primeras palabras a un PERIODISTA en vez de a una caverna que, por otro lado, ha quedado bastante “retratada”: todas las primicias del caso han llegado desde Argentina o desde Brasil. Ni más ni menos que a 10.000 kilómetros de la casa de los Messi o de las redacciones cavernícolas.
Una caverna que no ha dejado de criticar el órdago que echó el argentino a la Junta (no al club). Pero ¿qué se supone que debería haber hecho? Si se callaba como en Roma o en Liverpool: mal. Si alzaba la voz como ha hecho: peor. El silencio de gran parte de la plantilla en todos estos años ha jugado en favor de una Junta que podría y debería haberse enfrentado a un Motín del Hesperia 2.0. ¿Que se queda por dinero? ¿O porque nadie puede pagar su ficha? Como si el problema de alguien que tiene dinero para gastar en esta vida y en tres más, fuera ese. Messi, cuando se retire, no podrá ganar más ligas ni más Champions pero seguirá facturando 100 millones de euros al año. Baste pensar que alguien que apenas ya puede balbucear, como Maradona, sigue siendo contratado como “comentarista”.
Por eso estuvo impecable el argentino en su charla con Uría: suficientemente claro y contundente remarcando que no hay proyecto deportivo desde hace 3 o 4 años, que lleva mucho tiempo avisando a Bartomeu de que no confía en su proyecto, y que él quiere seguir, pero compitiendo. El argentino podría haber argumentado su exposición dando casi 1.000 millones de razones, y muchas con nombres y apellidos: Arda Turan, Aleix Vidal, André Gomes, Digne, Coutinho, Dembelé, Paulinho, Yerry Mina, Douglas, Malcom, Arturo Vidal, Griezmann… O haber apuntado a la “extraña” política presidencial de traer pseudo-fichajes de brasileños random con nombres sacados del PC Fútbol como Robert Gonçalves, Marlon, Gabriel Novaes, Emerson Royal, Matheus o el reciente Maia a razón de una media comisionable de 3 millones de euros.
Si Messi hubiera hablado antes del 10 de junio, la misma caverna que ahora le acusa de no querer cumplir un contrato le habría acusado de desestabilizar al equipo con la liga y la Champions aún pendientes. Pero sí habló ahora para dejar claro que el presidente nunca cumple su palabra. Y que él nunca llevaría al Barça a juicio. Porque Bartomeu sí que le llevaría a él. Con el Barça ya lo hizo una vez haciendo que el club asumiera un delito fiscal cometido por su junta. Solo una sutil diferencia entre ser un futbolista culé y alguien que tiene una foto posando como jugador del filial del equipo de baloncesto del Espanyol como mayor logro deportivo.
Algunos le achacarán a Leo no haber pedido disculpas a la afición por el 2-8, por un final de temporada para olvidar en general o por no haber dado la cara hasta ayer. Sus amigos no las necesitamos. Sabemos que su gestión de la capitanía y el liderazgo de grupo, fuera del terreno de juego, nunca han sido su punto fuerte. Los dioses siempre tienen algo de humanos. Por eso, incluso en ese punto de crítica, asumiremos que más vale tarde que nunca y consideraremos las explicaciones de ayer como unas disculpas implícitas.
Así que para el barcelonismo hoy el día ha amanecido mejor. Si hay que asumir que Messi, en verdad, mentalmente ya está fuera y que ésta es su última temporada, solo queda disfrutar de sus últimas genialidades. Y confiar en que su última imagen de azulgrana no va a ser mirando el suelo de Lisboa sino alzando su 11º liga como capitán. Porque de pensar hace dos días en tener dificultades para clasificarse para la Champions el culé ha pasado a creerse claro candidato a ganar la Liga. ¿Y será porque se queda Messi o porque se queda Bartomeu?
Soy madridista, pero no me veo en ninguna caverna.
Me parece que la permanencia de Messi en el Barça es una nueva noticia para el Madrid. Ya no es el mismo Messi, pero cobra como si fuese la suma de su mejor versión y de paso la de Cristiano. Se queda sin ganas de quedarse y criticando a directiva y compañeros de vestuario.
Y el Barça aplazando un año más la renovación necesaria.
Ni Florentino hubiera escrito el guion.
Messi no se queda, a Messi no le dejan irse, confundir estas dos ideas es confundir el blanco y el negro.
La gente necesita creer, de eso llevan viviendo las religiones desde que el hombre es hombre. Y creerse esto es eso, un acto de Fé. Así somos los humanos, seres débiles y desvalidos que necesitamos agarrarnos a construcciones imaginarias para aplacar nuestros desasosiegos. D10s ha hablado, una palabra suya bastó para sanarme.