Después de hacer la lista de los maillots más feos de la historia del ciclismo (probablemente) tocaba, sin perder demasiado el tiempo, la relación contraria: la lista de los más bonitos (posiblemente). Como toda clasificación es altamente subjetiva, las discusiones están permitidas aunque en este caso son altamente improbables. Porque estos fueron los mejores.

Renault (1978-85)

En julio de 1985, Renault anunció su retirada del ciclismo profesional. Cinco días antes, Bernard Hinault había ganado con el maillot de La Vie Claire su quinto Tour de Francia. El despecho mueve el mundo. Terminaba así la historia de un equipo que había ganado seis Tours, dos Giros y dos Vueltas.

La desaparición del equipo ciclista fue uno de los muchos recortes del nuevo director general de Renault, Georges Besse, asesinado un año después por haber despedido a 21.000 trabajadores en 18 meses. Pero esa es otra historia, y mancha.

Fulminado el equipo, quedó su maillot. Para muchos, entre los que me encuentro, no ha existido otro jersey con tanta personalidad, ninguno tan vinculado al éxito. Todavía hay algo que inquieta al divisar a los ciclistas del Renault en cualquier foto.

El diseño del maillot fue una genial adaptación del nuevo logo de Renault encargado en 1972 al artista Victor Vasarely, padre del op-art (optical art). Para crear el logo, vigente hasta 1992, Vasarely se inspiró en La cinta o banda de Moebius, un prodigio físico-matemático que me gustaría mucho explicar aquí, pero soy de letras.

El caso es que el maillot es elegante y clásico, llamativo sin ofender, con la perfecta exposición del patrocinador principal y los secundarios: primero Gitane (fábrica de bicicletas comprada por Renault) y luego Elf, el lubricante de la fábrica de coches.

La Vie Claire (1984-1991)

El desembarco de Bernard Tapie en el mundo del ciclismo fue a lo grande. Fichó a Bernard Hinault (sin tanto protagonismo en Renault por el auge de Fignon) y consiguió uno por uno todos sus objetivos. El primero, una vez contratada la estrella, fue diseñar un maillot único. El primer boceto que le presentaron era completamente negro y estaba inspirado en los All-Blacks (en Francia gusta mucho el rugby, quizá demasiado). Hinault dijo que con ese maillot arderían bajo el sol del Tour y se descartó la propuesta. Fue entonces cuando una becaria de la agencia de diseño levantó la mano y nombró a Piet Mondrian, un pintor vanguardista. En concreto se refirió a su obra Composición en rojo, amarillo y azul. No hay noticias de que la becaria saliera de esa reunión a hombros, pero lo hubiera merecido. Tapie ya tenía maillot. Y era perfecto. La publicidad se podía ubicar en las cuadrículas de Mondrian sin alterar la singularidad de la prenda.

Composición en rojo, amarillo y azul, de Mondrian.

HInault ganó con Mondrian su quinto Tour y Tapie consiguió que La Vie Claire, su empresa de alimentación saludable, pasara de ser reconocida por un 18% de los franceses en 1984 a un 73% año y medio después. También saltó la banca con sus pedales automáticos Look, los primeros del ciclismo profesional, inspirados en las fijaciones de los esquís (el logo de la marca también se rodeó de cuadrículas de Mondrian).

Peugeot (1901-1989)

Con ustedes, el equipo más laureado de la historia del ciclismo (ojo, en carreras de tres semanas): diez Tours, tres vueltas y, curiosamente, ningún Giro. Los cuadros negros de Peugeot son un clásico en la iconografía del ciclismo. Aparecieron en 1963 y son una alusión evidente a las banderas de cuadros que ponen fin a las carreras de coches y motos. Sin embargo, el origen de esas banderas ajedrezadas no está claro. Hay quien asegura que la tradición procede de los manteles de cuadros que cubrían las mesas en competiciones hípicas de Estados Unidos. Cuando las mujeres querían avisar a los hombres de que la comida estaba lista, hacían ondear los manteles, señal de que las competiciones habían terminado. Lo que parece seguro es que empezaron a utilizarse en el siglo XIX en las carreras de caballos y en algunas pruebas ciclistas, pero cuesta saber quién tuvo la ocurrencia. En la Fórmula 1 no se dejaron ver hasta 1950, en el Gran Premio de Silverstone.

Pero vayamos a lo nuestro. En el equipo Peugeot corrieron desde Trousselier (ganador del Tour de 1905) a Thevenet (1975 y 1977), pasando por el inolvidable Tom Simpson, que murió en las rampas del Mont Ventoux con ese maillot enfundado (aunque en su versión de campeón inglés). El último éxito reseñable del equipo lo consiguió en 1984 Robert Millar, ahora Philippa York, cuando se proclamó rey de la montaña del Tour.

El maillot, junto a la escarapela de BP (British Petrolium), combina igual con un culotte que con unos vaqueros.

Molteni (1958-1976)

Quedará para siempre como el maillot de Eddy Merckx, aunque el genio también corrió en Solo Superia, Peugeot, Faema, Fiat y C&A. Cuando en lejana fecha descubrimos que la marca italiana Molteni producía salamis, sufrimos una leve decepción. Pero nos recuperamos pronto: el Caníbal estuvo bien alimentado. Pietro Molteni y su hijo Ambrogio dieron forma a su pasión por el ciclismo con un equipo único, quizá la primera apisonadora del ciclismo moderno.

Bianchi (1905-1966)

Este el maillot representativo de Fausto Coppi, más allá del amarillo y el rosa. El color no es casual, aunque con los años haya virado del celeste al turquesa. La leyenda más romántica asegura que Eduardo Bianchi, el fundador, se inspiró en el color de ojos de la Reina Margarita de Saboya, a la que regaló una bicicleta y enseñó a montar (en bici, aclaro). En justa correspondencia, ella le habría regalado el escudo de armas de la marca. Otros, más prosaicos, cuentan que Bianchi se hizo con un excedente de pintura militar de color gris y azul. De esa mezcla nació la passione celeste y un maillot que en Italia es la bandera de los coppistas.

Fuente, Perurena y Miguel Mari Lasa.

Kas (1958-79/1985-89)

Vayamos letra por letra. La K de Kas corresponde al apellido Knörr, instalado en el País Vasco en 1870, cuando Roman Knörr huyó de la guerra franco-prusiana. Lo que empezó siendo una fábrica de cervezas se transformó luego en una fábrica de gaseosas llamada El AS. En 1954, y para dar nombre al primer refresco de naranja que se producía, la K del apellido se fusionó con el AS de la gasesosa. Así nació Kas. La vinculación con el ciclismo fue temprana: cuando Bahamontes ganó el Tour de 1959 estaba patrocinado por Kas, aunque no había rastro de la marca en su maillot (todavía se corría por equipos nacionales). El jersey clásico se dejó ver por vez primera en 1960 y apenas sufrió alteraciones hasta 1979, con la obligada excepción del Tour, donde el amarillo predominante dejaba paso al azul. Kas y su versión cola (Kaskol)  dieron nombre a un equipo que a veces fue una selección española y que siempre fue una selección vasca. Entre 1985 y 1989 Kas volvió al ciclismo profesional pero nada volvió a ser lo mismo. Sólo permanecía el maillot, imponente en sus dos versiones.

Ti-Raleigh (1967-1983)

Otro equipo mítico durante un par de décadas. Empezó inglés y terminó holandés. A sus ciclistas se les recuerda cono rodadores excelsos, «locomotoras humanas», que diría el gran Javier Ares. El diseño del maillot es clásico y un recordatorio inconsciente del paso de los Tercios por Flandes. La marca de bicicletas Raleigh, nacida en 1888 en Nottingham, toma su nombre de la calle donde el fundador se compró su primera bicicleta.

Pedro Delgado, José Miguel Echavarri, Ángel Arroyo y Sean Kelly.

Reynolds (1980-1989)

No podía faltar aquí el maillot que nos alegró la infancia. Pocos saben que Reynolds es el apellido de la familia estadounidense que popularizó el uso industrial y doméstico del aluminio. A la fábrica localizada en Izurtzun le corresponde el mérito de dejarse convencer por Echavarri y apostar por el ciclismo. Por el equipo pasaron muchos de los mejores ciclistas de los 80 y 90: Arroyo, Laguía, Delgado, Chozas, Gorospe, Gastón, Hernández Úbeda, Carlos Hernández, Enrique Aja y, por supuesto, Indurain. No hubo mejores veranos que aquellos.

Bic (1954-1974)

Llegamos a otro equipo histórico, heredero del Saint-Raphael y el Ford France. Bic ya formó parte de la caravana del Tour en 1952, dos años antes de tener equipo ciclista, y todavía cuenta con presencia en el desfile publicitario que precede a cada etapa. El nombre del ilustre fabricante de bolígrafos merece un aparte. Marcel Bich renunció a la hache de su apellido para no generar equívocos en el mercado anglosajón, conocido es que la palabra inglesa bitch significa «puta» y derivados. Luis Ocaña ganó su Tour con el maillot naranja del Bic, motivo más que suficiente para idolatrar este jersey. Para la historia de la publicidad quedará un lema que martillea las cabezas de toda una generación: «Bic naranja escribe fino, Bic cristal escribe normal».

Sky (2010-2019)

El equipo Sky trajo la postmodernidad al ciclismo, aunque tal vez en exceso. Su optimización de la tecnología llegó a la indumentaria de sus corredores. Los maillots tenían una diferente densidad de tejido en función de la temperatura y porcentaje de humedad de cada carrera. Y, además, eran endemoniadamente bonitos.

2 Comentarios

  1. Sin duda, Renault y Peugeot. Me gustaba, o creia que me gustaba, el Alfa-Lund pero una vez revisitado me gusta menos. Lo que pasa es que yo era de Lejarreta al princpio de mis dias de aficionado.

    El de Reynolds es, sobre todo, un clasico y siempre ira asociado a Perico, Arroyo y los primeros Tours que dispuaton y a Gorospe en Serranillos. Movistar ha tenido algunos maillots de merito, tambien

  2. En esta lista faltan varios maillots de una belleza inconmensurable como fueron el BH, Carrera, Polti, Gatorade y Credit Agricole

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