Si la primera semana de confinamiento me decantaba por la fantasía y la segunda por la ciencia ficción, en esta tercera pongo la voz de la mujer en el primer plano. Para ello cojo prestado el nombre de la magnífica asociación para la igualdad de género en la cultura y mezclo a Clásicas y Modernas. Tomando, de nuevo, sus propias palabras, sólo así «reconocemos la deuda de todas nosotras con las mujeres que nos precedieron». Este es mi menú: Lady Bird, Austen y Fleabag
PELÍCULA: LADY BIRD
Lady Bird no es una película sobre la vida de una mujer de 17 años en Estados Unidos. Lady Bird es todo eso, pero mucho más. Bajo la apariencia de la típica película de adolescentes americana (con sus habituales fiestas de instituto, sus chicas populares y unos padres que no se enteran de nada) Greta Gerwig esconde mucho más: el drama juvenil contando sin histrionismo, la búsqueda de la individualidad, la contradicción de tener muchas ganas de ser adulta y a la vez mucho miedo. Si no me creen a mí crean a The New York Times, que la calificó de «perfección en la pantalla grande»
LIBRO: ORGULLO Y PREJUCIO, DE JANE AUSTEN
En pie. Estamos ante una Clásica, una escritora clave en la historia de la literatura universal. Relegada a un segundo plano por la sistemática marginación de la mujer en la cultura, Jane Austen ha vuelto a revivir en los últimos años gracias al reconocimiento y puesta en valor que las mujeres modernas han hecho de su obra. Tiempo atrás teníamos que soportar oír que sus libros eran cursis o libros para mujeres. Un lector atento se habría dado cuenta del empoderamiento de sus personajes femeninos, la crítica mordaz a su sociedad y el leitmotiv que cruza cada una de sus obras: el derecho a una educación igual para hombres y mujeres. Las lectoras siempre lo supimos y gracias a nosotras nunca volverá a ser olvidada.
SERIE: FLEABAG
No puedo decir si Fleabag es una comedia o es un drama. Pero sé que es una serie maravillosa creada, escrita y protagonizada por la cabeza privilegiada de Phoebe Waller-Bridge. Lo más llamativo puede ser la continua ruptura de la cuarta pared o hablar de sexo sin tapujos, pero la verdadera novedad es la forma en la que nos cuentan la vida de una europea treintañera en una gran ciudad. Nada es ideal, todo es siempre más turbio de lo que nos habíamos imaginado y el humor (y a veces el alcohol) nos salva de nuestras miserias. Si no fuera porque Girls manoseó hasta el infinito aquello de «La voz de una generación» la voz madura de aquella generación millennial sería la de Fleabag.
A mí me costó engancharme con Fleabag porque la primera temporada me parece muy errática. El supuesto humor a costa de explicitar el sexo me parece demasiado efectista y facilón y las tramas algo confusas así que por momentos me desconectaba. Después la cosa coge ritmo y sí que merece mucho más la pena. La actriz sí que me pareció buenísima, sus miradas a cámara quizá lo mejor de la serie.