Hola, Juancar.
¡Cómo se lo tiene que estar pasando tu abuelo allí arriba! No para Messi de darle motivos para sonreír. El último, ese hat-trick con el que Leo celebró su sexto Balón de Oro. El preámbulo del festejo es una de las imágenes del fin de semana después de que sus tres pequeños saltaran con la dorada pelota al césped del Camp Nou para entregársela. Luego Messi, para evitar las posibles suspicacias y celos entre ellos cerró el partido con tres goles, uno para cada uno. También marcaron Griezmann y Luis Suárez, demostrando aquello de que los amores macerados por el tiempo pueden ser tan fructíferos como los flechazos.
Siempre resulta indescifrable la relación con el gol. Solo hay que ver a Luis Suárez, caníbal en La Liga y huérfano de inspiración en Europa. El uruguayo es un ñu con alma de guepardo. Porque uno le ve correr con ese tranco desgarbado, sin la velocidad punta de sus mejores días, errático a veces en los controles y no vislumbra un 9 de talla mundial por ningún lado. Mucho menos advierte la genialidad que se inventó ante el Mallorca. Un truco de James Bond. Un disparo con la culata de su revolver. Si Rosalía iluminó el Palau, Suárez taconeó en el Camp Nou.
Pensé en el agente británico más internacional cuando el uruguayo salió indemne y (además) con la chica en brazos de ese atolladero. El mañana nunca muere es la decimoctava película de la saga Bond, la segunda interpretada por Pierce Brosnan. Y bien podría titularse así el (pen)último capítulo de la carrera de Messi. Por más que Leo alterara biorritmos en París con aquello de «se va acercando el momento de la retirada», no parece cercana la puesta de sol en los dominios de Messi. Todo lo contrario, el argentino responde al desafío del tiempo a base de hat-tricks. 35 colecciona ya con el Barça. Ni el Agente 007 tiene tantas películas.
Hace ya un tiempo me preguntaste si el Barça no se apagará de repente cuando Leo decida colgar las botas. El escalofrío todavía perdura. Porque nadie alcanza a imaginar el día después de Messi. Quizá el verdadero Error del Milenio, aquel denominado Efecto 2000 con el que nos atemorizaron hace ya dos décadas, se produzca entonces, cuando el fútbol sea incapaz de pasar a la siguiente fase y el Barça se convierta en un equipo unidimensional.
Mientras tanto, en el horizonte vuelve a aparecer El Clásico y sobre ello quería preguntarte. No sé si con la última ristra de lesionados en el Madrid consideras que el cambio de fecha ha terminado perjudicando a los blancos. El ambiente en lo extradeportivo, eso sí, parece más calmado. Ojalá solo sigamos hablando de fútbol en esta correspondencia.
Pd: El gol de Son nunca será mejor que el de Ronaldo. O’Fenomeno lo marcó en nuestra infancia.
Un fuerte abrazo.
Emmanuel.
[…] preguntabas sobre si el Madrid ha salido perjudicado con el aplazamiento del Clásico. Lo fácil sería pensar que sí por la baja de Hazard, aunque el belga todavía no había ofrecido […]