Esta vez la Copa Web Ellis pasó de manos blancas a negras. Al contrario que en 1995 cuando Nelson Mandela se la entregó a su capitán, François Pienaar. Esta vez fue un emperador, Naruhito, el que pasó el Santo Grial del Rugby a las manos de Siya Kolisi, el capitán negro de la nación multicolor. 24 años después los springboks alzaban su tercer título mundial y la camiseta verde y oro entraba en el olimpo oval, al empatar en títulos con Nueva Zelanda. Mientras tanto Kolisi señalaba al cielo y se santiguaba y lanzaba palabras o rezos. Recuerdos para los que lo miraban desde el tercer anfiteatro. Donde sonreían por encima de todos su madre y Mandela. Testigos de un sueño común.
Siya perdió a su madre durante una infancia que no se adivina fácil. No conoció a Mandela personalmente. De hecho, en junio de 2018, cuando fue nombrado capitán dejó un discurso con sustancia: «No creo que Nelson Mandela hubiera apoyado esto de las cuotas, pero no le conocí. No me gustaría ser seleccionado únicamente por mi color de piel. Seguramente no sería bueno para el equipo y mis compañeros lo sabrían». Antes de que el gobierno sudafricano en colaboración con la Federación impusiera la ley de cuotas, el rugby estaba dominado por los blancos. En el título del 1995 solo un convocado fue negro, en el segundo entorchado (2007) había dos. En la selección de Rassie Erasmus, la mitad de los actuales campeones del mundo son jugadores negros. Aunque el mensaje del seleccionador sudafricano es claro: «Aquí lo importante es el nivel del jugador, independientemente del color de piel».
Con o sin cuotas Siya Kolisi ha demostrado también un gran respeto por la historia y tradición del rugby sudafricano. No es casual que fuera el 6 el número elegido para este campeonato, el mismo que portaba Pienaar en aquel verano (austral) del 95. Si François capitaneó una selección blanca que inspiró (gracias a la hábil estrategia de Mandela) a una juventud negra, Siya ha liderado un grupo más heterogéneo, donde todas las razas y clases sociales del país se han sentido representados. La victoria es también un triunfo vital para Kolisi, que se enganchó al rugby allá por 2007, cuando poco después de encontrar en el rugby una vía de escape, los Springboks le regalaron un título mundial.
«Desde que estoy vivo, nunca había visto una selección así, con diferentes orígenes y razas pero capaz de unirse en busca de un objetivo común», dijo el capitán nada más levantar la copa con la que Sudáfrica asciende en el palmarés hasta situarse a la altura de Nueva Zelanda, también con tres títulos, por delante de Australia (2). Imbuido quizá por el espíritu de Mandela, Siya Kolisi quiso también hacer extensivo este mensaje a todo el país, en una nueva lección del deporte y del rugby hacia la sociedad: «Podemos lograr cualquier cosa si trabajamos unidos. Apreciamos todo ese apoyo, desde la gente de las granjas a los sin techo». Mandela sonreía en el cielo. Kolisi ha llevado su legado a otra dimensión.
Pure joy for the @Springboks as they become the first team to win a Rugby World Cup after losing a match in the pool stages#ENGvRSA #RWC2019 #RWCFinal pic.twitter.com/tjORyicbCQ
— Rugby World Cup (@rugbyworldcup) November 2, 2019
Lee aquí todos los Fotomatones:
- Una mirada contra el racismo (02-09-2019)
- Nadal, a las puertas de la veintena (09-09-2019)
- El otro MVP de Ricky Rubio (16-09-2019)
- Busby, Moussambani en el tartán (30-09-2019)
- Lesiones (14-10-2019)
- Shunin y la gorra de Lev Yashin (21-10-2019)
- Inglaterra y el desafío a la Haka (28-10-2019)
[…] El legado de Mandela (04-11-2019) […]