Ante el Granada, el Real Madrid completó los mejores 45 minutos de lo que va de temporada. Es probable que el gol de Benzema —1-0 antes de llegar al minuto dos— diese confianza a los de Zidane y descompusiese a los granadinos, que vieron como poco más tarde Montoro, una de sus piezas fundamentales, tenía que abandonar el campo lesionado.
Ir ganando al primer minuto dio confianza a los blancos. Ramos y Varane se asentaron colocando muy arriba la altura defensiva del Madrid, algo que lleva siendo un problema toda la temporada. El equipo jugaba a dos toques con una gran velocidad de balón y un acierto en los pases altísimo. Kroos ejercía de maestro de ceremonias cosiendo cada una de las jugadas a base de toques cortos y muchos apoyos, pero sobre todo poniendo a jugadores de cara a la jugada. La pelota se movía rápido y llegaba en buenas condiciones tanto a Hazard como a Bale, aunque el belga tardó en encontrar acomodo en el campo. El Madrid tocaba y tocaba, agrupándose en torno al balón y teniendo en Carvajal y Odriozola dos salidas siempre abiertas; aunque ninguno de ellos estaba muy acertado con la pelota, siempre daban una opción de aclarar las jugadas.
Fundamentalmente en los primeros 30 minutos, Kroos y Benzema dieron un curso de entender lo que necesitaba el equipo en cada jugada, logrando meter al Granada en su campo, pero sobre todo impidiendo que los de Diego Martínez pudiesen encontrar su fútbol. El mediocampo blanco movía el balón siempre a dos toques y obligaba a los nazarís a correr detrás de él sin poder nunca situarse sobre el campo. El Madrid tenía sus opciones en ataque, pero sobre todo se defendía con la pelota; es decir, hubo momentos en los que dominó el partido sin ser impetuoso en ataque, pero, en esos momentos, el Granada no tenía opción de atacar al Madrid.
Carvajal y Valverde pudieron aumentar la ventaja con un par de claras ocasiones, pero la lesión de Kroos y la entrada de Modric descolocaron y frenaron a los de Zizou, que lograron irse al descanso con un 2-0 gracias a una acción de coraje de Valverde, sin duda el mejor del Madrid los 90 minutos, finalizada con una vaselina de clase de Hazard. Pero las sensaciones empezaban a ser ya otras.
Si al descanso se llegó con un 2-0 que sabía a poco por el fútbol creado, los siguientes 45 minutos nos devolvieron a la realidad de este equipo. Los blancos regresaron del vestuario desconectados del partido, desapareció la secuencia de pases con la que el equipo había dominado la primera parte, pero, sobre todo, con la que se había defendido teniendo siempre el balón. El partido pasó de estar dominado por el escalonamiento Ramos-Kroos-Benzema a volver a estar en manos de Casemiro.
El Granada empezó a tener presencia en zonas donde antes apenas aparecía porque no tenía la pelota. Al mismo tiempo, en el Bernabéu surgieron los fantasmas de siempre. El Madrid es un equipo sujeto con alfileres, que carece de una estructura con la que dominar los partidos y defenderse. Mientras Kroos controló el partido no hizo falta el sobreesfuerzo de Hazard o Bale en defensa, valió con que el alemán gestionase el balón. Cuando eso faltó, el Madrid volvió a ser un equipo de plastilina.
Los de Zizou perdieron el mando y, como siempre, el equipo se puso en manos de Casemiro y de Valverde, hoy disfrazado de Stielike. Pese al golazo de Modric que ponía un engañoso 3-0 en el marcador, la realidad es que el Madrid con sus errores individuales y con su juego metió al Granada en el partido. Un exceso de confianza de Areola —nadie da duros a peseta y menos el PSG—, un córner mal defendido y un barullo fueron suficiente para dejar el marcador en un 3-2 que hizo sobrevolar el empate.
Por suerte para los blancos, al Granada ya no le quedaban balas en la recámara y con los andaluces volcados, pero atacando con fogueo, un balón perdido dio paso a una contra y al 4-2 firmado por James sobre la bocina.
CALIFICACIONES
Zidane: Tiene un problema grave que resolver en defensa. El equipo necesita defender con el balón para poder jugar con las líneas tan adelantadas, porque no se puede permitir el lujo de jugar con Hazard y Bale a 50 metros de la portería contraria. Para eso va a tener que sentar a algún peso pesado (Modric) en el banquillo. En cuanto al ataque: para llevar la iniciativa, el 4-3-3 tampoco le es útil si necesitas defender con el balón como hoy, porque insiste en que nadie juegue entre líneas y quien baja ahí es Benzema, lo que repercute en las ocasiones de gol.
En cuanto a los cambios, ya sabemos que con Zidane nada sigue una lógica. James, que estaba siendo de lo más aceptable del equipo, ha pasado de titular a suplente, y de suplente a estar por detrás en la rotación de jugadores como Modric o Isco, que no están para jugar. Los resultadistas dirán que hizo dos cambios, Modric y James, que hicieron dos goles, lo que demuestra que acertó.
Areola: Se comió dos balones por arriba sonrojantes para un portero de más de 1,90, y luego regaló un gol por exceso de confianza. Muchos habían enterrado ya a Courtois y elevado a la categoría de titular indiscutible al portero francés.
Odriozola: Jugó muy ofensivo, como siempre, pero también muy acelerado y atropellado. Le faltó finura para sus centros y en algunas triangulaciones.
Varane: Bien en su papel de escudero de Ramos, le faltó agresividad en alguna jugada defensiva y temple en alguna con balón. Estuvo vivo para socorrer a Areola en un error y sacar la pelota de la línea.
Ramos: En la primera parte, junto a Kroos y Benzema, se apoderó del balón para afianzar el dominio posicional blanco. En defensa no se vio muy exigido y pese a eso tuvo que frenar con faltas más jugadas de las necesarias.
Carvajal: Jugó como lateral zurdo y se le notó desperfilado en más de una ocasión. Tuvo la posibilidad del 2-0 pero le faltó fe en su remate. Terminó el partido demasiado acelerado. Para debutar como lateral izquierdo su partido fue aceptable.
Valverde: Si Zidane tenía un plan con Pogba, Valverde puede que por físico sea el único de la plantilla que pueda asumir ese rol. Hizo un partidazo que bien podría haber firmado Steve Gerrard. Impagable su trabajo arriba y abajo.
Casemiro: Mientras estuvo Kroos en el campo, el brasileño vivió un partido cómodo y agradable dedicándose a lo suyo, defender y jugar balones de cara. Con la salida del alemán le tocó hacer demasiadas cosas y entonces se le vieron algunas costuras y sus problemas de perfil cuando recibe la pelota.
Kroos: Sus treinta minutos sobre el campo fueron una masterclass de cómo se debe colocar un jugador para jugar a uno o dos toques, de cómo se debe perfilar. Kroos mostró cómo hacer circular el balón en ataque posicional; el alemán es una tricotosa viviente. Con su sustitución el equipo perdió esa cadena de pases y el dominio del partido, algo que se notó más en defensa que en ataque.
Bale: A los dos minutos ya había dado un pase de gol de crack, luego estuvo media hora más o menos activo, poco a poco se fue difuminando hasta desaparecer. En la primera parte le faltó “interés” en cargar el área cuando Karim bajaba a apoyar a Kroos en las triangulaciones. Su segunda parte solo se puede definir de una forma, inicua.
Benzema: Su sociedad en los primeros 45 minutos con Ramos y Kroos es para visionarla una y otra vez. Le sobró calidad en la circulación del balón y le faltó presencia en el área andaluza. Está jugando a un ritmo físico muy alto, ritmo al que no estamos acostumbrados a verle jugar.
Hazard: Posicionalmente estuvo muy perdido todo el partido. Abandonó la banda para buscar pasillos interiores y estar más cerca del gol. Le vi desubicado y falto de ritmo, muy lejos aún del Hazard que hace falta.
Modric: Hizo un golazo, pero su entrada no igualó el trabajo que estaba haciendo Kroos. Le faltó entender que era necesario encadenar pases para dominar el espacio. A Modric le hace falta coger un ritmo que ahora no tiene y sin ese ritmo Luka no es diferencial, sino uno más.
Isco: Tras dos meses sin jugar, a Isco le toca ir entrando poco a poco. Jugó veinte minutos y apenas si aportó nada. El hecho de situarle tan pegado a la banda izquierda tampoco le ayudó.
James: Ha pasado de no contar, a titular, y de titular a jugar ocho minutos. Al comienzo de temporada y durante 3 o 4 partidos fue el mejor o de los mejores sobre el campo, pero con las rotaciones de Zizou y la recuperación de Modric e Isco, James ha vuelto a no contar. Me temo que la grada cada día está más cerca.
Yo también creo que Isco debe entrar poco a poco…..pero en las convocatorias y directo al banquillo.
Es una constante en cada partido.Partido que entra el malagueño, partido que baja el nivel todo el equipo. No es que pierda cada balón que toca – que también – es que lo peor es que sus compañeros bajan muchísimo.
Comparar a Isco con este James es una broma de Zidane que no tiene ninguna gracia.