La octava etapa de la Vuelta no podía recalar en una mejor ciudad, Igualada, y temo no llegar de los primeros a un chiste tan malo. Lamento no tener la chispa de Chema Bermejo. Desde que se jubiló nadie ha practicado un humor tan fino como el suyo. Recuerdo que en cierta ocasión se resistía a firmar su crónica diaria porque la jornada terminaba en Caravaca y junto a ese nombre aparecía su cara. Viejos y dulces tiempos aquellos.
El caso es que la presente edición de la Vuelta a España va camino de no parecerse a ninguna otra. El francés Nicolás Edet es el nuevo líder de la carrera, el cuarto ciclista que se viste de rojo en ocho etapas y el segundo Nicolás. Miguel Ángel López pierde el liderato por tercera vez en el mismo plazo de tiempo, lo que se puede entender como una anécdota o como un presagio; el destino juega contra Supermán.
Edet formó parte de la fuga de la jornada y su ventaja al frente de la clasificación general (más de tres minutos sobre López, Roglic y Valverde) debería inquietar a los aspirantes oficiales. De 31 años, Edet es un ciclista competente y un escalador aseado que se dio a conocer en la Vuelta a España de 2013, cuando terminó como rey de la montaña. Desde entonces no ha vuelto a ser protagonista de grandes noticias y su mejor resultado en una carrera de tres semanas es el puesto 43 del Tour 2018. Pero igual que la sombra de Walkowiak planea sobre el Tour, la de Giovanetti lo hace sobre la Vuelta. El problema para Edet es que el primer examen lo pasará mañana mismo en la terrorífica etapa de Andorra: cinco puertos en 94 kilómetros con previsión de lluvia. Lo normal es que el maillot cambie de cuerpo, pero hay pocas cosas normales en esta Vuelta.
Tampoco es normal la maldición que parece perseguir al equipo Cofidis desde su creación en 1996: ninguno de sus ciclistas ha ganado una gran vuelta y solo uno logró pisar un podio: Bobby Julich en el Tour 98. Pocos recuerdan que el equipo tenía fichado a Lance Armstrong y canceló su contrato por el cáncer testicular que sufría el ciclista estadounidense, ganador luego de siete Tours de los que fue desposeído en 2012. Quizá haya llegado el momento de que la perseverancia de Cofidis tenga premio. De momento, ya ha ganado una etapa y tiene el liderato en su poder.
El ganador de la etapa fue el alemán Niklas Arndt, que esprintó sobre el asfalto mojado sin levantarse de la bicicleta. Su compañero Tusveld se había caído poco antes y una de las motos de TVE tampoco se libró de la caída. Otros, como Luis León Sánchez, decidieron que no era buen día para jugarse el tipo y optaron por no pelear por la victoria bajo el aguacero.
El resumen es que la Vuelta está para ser emitida en Netflix a capítulo diario. En cada etapa hay un giro de la trama que provoca un deseo irrefrenable de ver el siguiente episodio.
Ojalá la de mañana sea una etapa realmente épica y en la meta Edet pueda disfrutar un poco más de esta probablemente efímera gloria.Que caigan chuzos de punta,que haya ataques sin cuartel,que todos lo den todo y que sin embargo,al final del día,Edet duerma como líder.
Seguramente no será así,y el espejismo de hoy en gran medida se desvanecerá . Quizá Supermán(que lo ha perdido tres veces pero lo ha sabido recuperar también),quizás Roglic,quizás otro dormirá mañana como líder.Pero sería bonito,y justo,que uno de los muchos jornaleros de la gloria ajena tenga tiempo siquiera para saborearla,para echarla de menos el resto de su vida.Mañana etapón,y aunque sea por un día,aúpa Edet.
Dejar que las escapadas lleguen no me importa, pero dejar que una escapada meta un invitado inesperado en la general me parece peor. Es como regalarle 13 puntos al Sevilla y a ver hasta dónde le da en la Liga.
Chiappucci antes de ser Chiappucci casi gana un Tour así. Y Pereiro ganó el suyo.