Entraba entre la terna de favoritos en segunda línea y, después de cinco nacionales, esta vez fue la definitiva. Zasko Master, su alias completo, será el representante español el próximo otoño en la Final Internacional que Red Bull celebrará en España. El alicantino, también llamado el Rey de la Métrica por sus espectaculares juegos de palabras y silábicos, se ha ganado su billete este sábado en Barcelona después de cuajar una noche mágica en la que siempre estuvo inspirado. Tenía que ser en la Ciudad Condal, urbe con la que mantiene un idilio especial desde que en 2015 ganó con brillantez una de las semifinales regionales.
Las tradicionales camisetas de baloncesto a las que se liga el hiphop se vieron contrarrestadas por las numerosas elásticas de fútbol que lucían sus asistentes. Fuese por el escenario, por ser “la Champions del freestyle” o por la futbolización de las batallas, un grupo heterógeneo de procedencias y edades poblaban las gradas del estadio del Espanyol, que este sábado no contempló goles y ocasiones. Sí ataques, en este caso verbales y de ingenio, sobre un césped convertido en escenario y el dibujo táctico en un choque de estilos de virtudes y defectos. Los dieciséis gallos llegaron al recinto perico como si un equipo de fútbol se tratase: en un autobús con sus caras serigrafiadas, que también lo estaban en los vestuarios del club blanquiazul.
El primero de los puntos de atención, como en el fútbol antes de que el balón ruede, fue el sorteo de cruces. No había posibilidad de bolas calientes porque eran los propios gallos, una vez salían sus nombres, quienes elegían su lugar en la tabla. Tuvo el comodín Hander, que salió el último y decidió medirse con Kensuke, quien el día anterior le lesionó jugando al fútbol. La consecuencia fue que el valenciano salió a rapear con la pierna vendada y muletas, lo que evidentemente limitó su capacidad de movimiento y, en cierto modo, de ingenio. En cualquier caso, el valenciano pudo tomarse la revancha y venció al madrileño en la que fue la primera batalla del evento. En esta ronda de octavos los participantes rapearon sobre un tema elegido por su rival y después, por patrones, durante dos minutos. Los favoritos fueron pasando y solo Tirpa y Walls, de los que entraban en las quinielas principales, se quedaron en el camino. Concentró especialmente la atención del público el enfrentamiento entre el murciano y Gazir, la joven revelación de las regionales que se ganó al público con ataques directos e hirientes al que hace justo dos años se encontraba en su piel.
En cuartos de nuevo dos pruebas, con una repetición y una innovación. Un 4×4 por patrones, de temática libre, cerró la ronda, que fue abierta con el reto de “pirámides de palabras”. Aquí, los MC’s debían usar en su improvisación términos que aparecían en pantalla en tandas de uno, dos y tres. Sweet Pain, futuro finalista, echó en una batalla sin brillo al lesionado y Hander y llegó dos impactos. El primero golpeó con más fuerza y se tradujo en la eliminación, otra vez, del principal favorito. En una batalla que necesitó una réplica por la igualdad, Force tumbó a Blon demostrando su habilidad con la respuesta instantánea e hiriente. También se quedaron en el camino Errecé, en manos de Zasko, y Gazir, después de dos réplicas ante BTA. Zasko empezó a dejar claro aquí el estilo que le haría por primera vez campeón de España: mente en blanco, juegos de palabras, buen rollo. Como Bnet en 2018, la humillación no fue la nota predominante para vencer, sino la métrica y los estilismos. La forma —hasta cierto punto— sobre el fondo.
Las semifinales las abrían Sweet Pain, que había pasado dos rondas sin necesidad de apretar la máquina, y Force, quien aspiraba a su tercera final nacional consecutiva. El sevillano superó al gallego a base de rimas ingeniosas y contestadas al momento.y, en cierta medida, por una complicidad con el público que él se encargó de alimentar. La otra semifinal la conformaban dos que sabían mucho de nacionales, pero poco de esos niveles. BTA y Zasko, amigos y miembros de un mismo grupo, dejaron la sangre a un lado e hicieron un freestyle libre. “Esto no es una batalla, estamos en un concierto”, llegaron a decir. En una jornada que venía en progresión, la magia que tenía Zasko era superior y le dio la victoria. “Ponemos los valores por delante”, dijo el alicantino sobre el malagueño, que disfrutaba de la victoria de su amigo casi como si fuese suya.
Una final que entraba dentro de lo posible, pero poco probable con esa composición exacta, se abría paso entre el calor húmedo de Barcelona. Sweet Pain y Zasko, estilosos ambos, buscaban relevar a Bnet y convertirse en ganador patrio por primera vez. Como sucedió el año pasado, la balanza se desniveló con claridad y no hubo opción a la duda. Zasko ejecutó mejor los formatos que les impusieron y mostró la regularidad que siempre se le demandaba. El jurado premió la métrica alicantina y coronó a Zasko Master como maestro. El Messi, iluminado, cuando debía. Que la inspiración se alargue hasta la Internacional.
[…] y Zasko: […]