Que me disculpe Colombia, pero todo lo que tiene la victoria de Egan Bernal de revolución de los pobres (o de los humildes, o de los modestos) queda matizado (o disminuido, o amortiguado) por su pertenencia al equipo rico que siempre gana. Entiendo que hay liberarse del Imperio Británico para dar valor a lo conseguido por el primer ciclista colombiano que gana el Tour, pero me cuesta, lo confieso. Comprendo que esta victoria hay que conectarla con el esfuerzo de un país que soñó con el triunfo desde su primera participación en 1983, con la insistencia de un ciclismo que primero se tropezó con los prejuicios de la vieja Europa y que luego fue frenado por el dóping que convertía en escalador a cualquier impostor de pelo rubio. Asumo lo anterior, pero tengo que recordármelo constantemente para compartir la felicidad de otros. Sin duda, Colombia es un paisaje indispensable del ciclismo y merecía lo que consiguieron antes Estados Unidos, Australia o Gran Bretaña. Sin embargo, nada más recitar la poesía me ataca la asociación con Ineos/Sky y su monopolio en el Tour. Y entonces se me queda cara de francés.
Es obvio que en mi decepción tienen mucho que ver los sucesivos recortes en las dos últimas etapas alpinas. En la jornada del viernes, el alud inesperado restó heroísmo al ataque de Bernal, y en última instancia a su triunfo en el Tour. Para ser hazaña, su apuesta necesitaba de otro puerto donde conservar o aumentar las diferencias, una montaña para escribir historia y para levantar los brazos. Estoy casi convencido de que lo hubiera logrado, pero ese casi es una incógnita por despejar que me hace sentir casi contento, casi feliz y casi orgulloso.
Para remontar el desengaño, la última oportunidad para la épica también fue mutilada dramáticamente por los malditos desprendimientos. Lo que era sobre el papel una etapa monstruosa (otra), se quedó en 60 kilómetros, cuarto de pastilla para soñar. Imagino los aplausos en el autobús del Ineos. Sus candidatos se ahorraban una infinidad de riesgos y sus adversarios, si es que todavía existían (lo dudo), perdían la mínima posibilidad de ponerlos en problemas.
En un único puerto, solo asistimos a la conjura contra Alaphilippe, cuya resistencia y agonía le han hecho encajar mejor en el papel de héroe: ahora ya sabemos que el rebelde era él. Al final se quedó sin podio y termina en quinta posición, poco consuelo para un país que llevaba treinta años sin soñar tan lejos.
Como sucede tantas veces, el papel de Movistar volvió a resultar indescifrable. Con Nibali por delante a menos de un minuto, la etapa debía ser de un ciclista azul. Concretamente de Valverde. El campeón del mundo, acompañado de Landa, Soler y Nairo, fue víctima de la más absoluta desorganización. El Movistar, que se ha pasado medio Tour tirando en persecución de ciclistas contrarios e incluso propios, no tuvo a bien trabajar en la captura de Nibali. El resultado es que el italiano venció con once segundos de ventaja sobre Valverde y poco más sobre Landa. Así ha sido el papel del único español en el Tour, un rozar el cielo sin atreverse a llamar.
No queda mucho más que decir, salvo repetir mis disculpas a los colombianos del mundo, ahora mismo emocionados porque un niño les ganó el Tour. Y les ganará unos cuantos más. Tal vez esa sea la buena noticia: que en próximos años completará la hazaña que le quedó por hacer y nos borrará el casi de la cara.
⭐️Podiums after Stage 20
⭐️Podiums après l’Étape 20? ?? @Eganbernal
? ?? @petosagan
? ?? @romainbardet
⚪️ ?? @Eganbernal#TDF2019 pic.twitter.com/r0sK76Npf8— Tour de France™ (@LeTour) July 27, 2019
Congrats @eganbernal ? What a rider!! The first of many ? #capo pic.twitter.com/omwVymQaRn
— Geraint Thomas (@GeraintThomas86) July 27, 2019
Antes de leer tu crónica completa quiero referirme a algo que leí no más empezar sobre el doping y los falsos escaladores y compartir un tuit que hice esta mañana no mas acabar la etapa de hoy del Tour, y que es un pensamiento que tengo hace muchos años, por lo que me llena de alegría leer algo similar de una gran periodista como es Juanma Trueba
https://twitter.com/juanluna1111/status/1155139371902885888?s=19
[…] con su equipo. Me explico. No sé si Ineos asumirá con el correspondiente fair play que la eclosión de Bernal significa que Froome y Thomas no volverán a ganar el Tour, que aquí termina el Imperio […]