Un triple de Jaycee Carroll culminó una remontada espectacular en los minutos finales para llevarse la segunda victoria de la serie ante un correoso FC Barcelona Lassa (81-80). Ahora, el conjunto dirigido por Pesic deberá pelear con la historia y con las culpas para remontar por primera vez un 2-0 en una final.
El equipo barcelonés jugó un partido impecable durante 38 minutos, llevando el partido al barro y compensando su escaso acierto exterior con las constantes penetraciones de Heurtel. Todo el trabajo se vino abajo en los instantes finales ante el empuje de Sergio Llull, Rudy Fernández y el incombustible y eterno Jaycee Carroll. Los triples del base balear y de Randolph llevaron a Víctor Claver a la línea con la presión de anotar los dos tiros libres para asegurar el triunfo de su equipo. El alero falló, igual que Llull en su segundo tiro libre. Entre Deck y Rudy ganaron el rebote ofensivo. Llull, al contrario de lo que su naturaleza y la dinámica de los minutos finales, dobló la bola a Carroll. El resto es historia.
Los dos protagonistas finales, fueron los máximos anotadores del conjunto blanco. El escolta anotó 25 con un 70% de acierto en triples, mientras que el base alcanzó los 13 tantos. La actuación más destacada del encuentro la protagonizó un jugador del equipo perdedor: Thomas Heurtel. El francés alcanzó los 30 puntos ante una de sus víctimas favoritas, pero poco pudo hacer en el trágico final de su equipo.
El inicio estuvo marcado por la sustancial mejora en la defensa culé, ayudada por una mayor permisividad en los contactos. La temperatura de público y jugadores era propia de un quinto partido o de una final de Euroleague. Los madridistas compensaron su falta de acierto imponiéndose en la lucha bajo el aro, la cual mostró que la intensidad del choque podía alcanzar un nivel superior. La falta de inspiración de Randolph, desatascador habitual de primero cuartos, no fue compensada por ninguno de sus compañeros. Los culés aprovecharon la incapacidad de los blancos para, con un acierto levemente superior y más espacios para correr, tomar una ventaja de mucho valor en un partido de guarismos tan bajos. El conjunto local alcanzó la decena de puntos a escasos segundos del final del primer cuarto (11-17).
El trabajo de Taylor en defensa le condenó (o se condenó a sí mismo) a fallar estrepitosamente en aro rival, a la vez que impedía a su equipo recortar la distancia. Las constantes canastas de Heurtel en sencillas penetraciones evidenciaron las diferencias entre la defensa interior de Ayón y la de Tavares. El mexicano, eso sí, lo compensó en el apartado ofensivo; donde se erigió como líder de su equipo ante el bloqueo del resto de hombres. Tras la resistencia ante el empuje culé llegaría un parcial de 10-0 con el que los locales se colocaron por delante. Sus primeros triples anotados, nacidos de la mano de Carroll, llegaron en este momento. Un pequeño empujón final del Barça, firme y serio frente al vendaval de emociones que se le vino encima, dejó su ventaja prácticamente intacta al término de la primera parte (29-34).
El equipo blaugrana perdió a Ante Tomic hasta los minutos finales después de que el croata cometiera su cuarta falta. La respuesta ante esta baja fue una jugada de seis puntos de los culés, con la que superaron la barrera de los diez puntos de ventaja. Thomas Heurtel extendió su inspiración al tercer cuarto al ampliar su rango de acierto con lanzamientos de tres y de media distancia. La temprana entrada del Barça en el bonus ayudó al conjunto madrileño a mantenerse a una distancia recuperable, algo que hubiera sido imposible con el bajo nivel de acierto de sus bases (Campazzo y Llull), Randolph y Rudy. Después de un encuentro muy irregular desde el 6’75, los blancos lograron encadenar tres triples anotados seguidos. Espoleados tras encontrar este oasis en su desierto de errores, insistieron desde la larga distancia. Esta vez, con menos fortuna. En cambio, sus constantes visitas a la otra línea, la de 4’60, apretaron el choque a falta de un cuarto (53-59).
Un parcial de salida de 10-3, culminado con un triple de Carroll, colocó un rápido y fugaz empate en el electrónico. La actividad de la defensa blaugrana y los espacios que encontraron en el deficiente balance tras pérdida de su rival abrieron distancia de nuevo, la vista durante gran parte del partido. El gran rendimiento de Pangos en ataque en el último cuarto hizo evidente el cambio de dinámica con respecto al primer encuentro de la serie. Esta vez fue el canadiense el que pasó por encima de Campazzo, eliminado a falta de dos minutos. El conjunto blanco continuó a remolque, sin la seguridad necesaria para asustar a un sólido Barça. El empuje final de Llull, todo un clásico en este contexto de partido, lo alargó hasta la extenuación. Nunca es mala idea luchar hasta el final. Siempre te puedes llevar alguna que otra crónica por delante.
[…] El segundo partido de la final sí responde a las expectativas previas: una jungla cuya espesura está constituida por una maleza de brazos subiendo y bajando, contactos constantes destinados a minar fluidez y confianza. Los papeles se reparten según lo esperado. El Madrid no consigue seguir el ritmo y el Barcelona se asienta desde el comienzo: prietas las filas atrás y adelante siempre bajo la batuta de un excepcional jugador, Heurtel, decidido en el día D a exprimir su inmenso talento como nunca antes. […]