Me ocurre que cuando escucho alguna versión de cualquier canción siempre me gusta menos que la primera que había escuchado, por lo general, la original. Rara vez esto ha variado. Habré escuchado, por ejemplo, tropecientasmil versiones del Paranoid de Black Sabbath. Muchas de ellas por la propia banda en distintos directos y con diferentes cantantes; otras muchas por el propio Ozzy en sus distintas formaciones a lo largo de su carrera en solitario; y otras por otras bandas. Da igual, siempre me quedaré con la original del homónimo disco del 70. Y el motivo es tan sencillo como que fue la primera que escuché -años más tarde de publicarse, no vayan a considerarme tan provecto-.
Una de esas raras veces en que esta regla no se cumplió, y la más destacable, añadiría, fue con la que hicieron Los Enemigos del Entonces, duerme, de Rosendo, porque el golpe de intensidad y el chute de tensión que le propinaron elevaron el nivel del tema cuatro peldaños más arriba.
Entiendo que ustedes se preguntarán ‘pero bueno, ¿este tío va a hablarnos de Bowie o va a contarnos su vida?, así que intentaré ceñirme al propósito inicial de este artículo.
No voy a entretenerme cantando las excelencias del afamado creador británico porque es de sobra conocido por todo el mundo y, para aquel que aún no lo conozca, abundan hagiógrafos a los que acudir. Lo que me trae hasta aquí es su canción Heroes, del disco del mismo nombre del 77. No digo que sea la mejor canción de Bowie, lo cual no puede considerarse desdoro en modo alguno ya que el resto de sus composiciones, con las que disputaría tal galardón, no son cualquier cosa precisamente. Pero hay algo que hace muy especial a esta pieza en concreto y es que seguramente sea el tema del que más versiones he escuchado de todo el amplio repertorio del malogrado Ziggy y, sin estar seguro de cuál es la mejor, lo único que tengo claro es que la elegida esta vez no es la original. Pareciera como si esta canción no fuera de Bowie -y de Brian Eno, no lo olvidemos- sino que él hubiera hecho una versión de la canción de otro compositor.
La historia de su creación es de sobra conocida así que la resumiré a grandes pinceladas. Pertenece a la época berlinesa en la que Bowie y Eno creaban esqueletos sonoros que luego dejaban en suspenso hasta que las musas les visitasen susurrándoles el basamento lírico sobre el que sustentar la letra. Y esa inspiración le llegó a David cuando, asomado a una ventana del estudio de grabación, vio cómo, justo al lado del famoso muro, se besaban su co-productor, Tony Visconti, y una joven corista alemana de la cual había quedado ciegamente enamorado. En principio, Bowie lo contó como la historia de dos amantes anónimos, –Visconti estaba casado y no era plan de ponerle en aprietos– como una alegoría del amor contra la intolerancia representada en ese muro. Dicho de otro modo, un ‘nosotros contra el mundo’ que, acompañado por el armazón sonoro y por el crescendo propio de la composición, le brinda un efecto épico muy lírico, si es que esto se puede decir así, sin sonrojarse.
Como ocurrió con muchas de las grandes obras musicales de la época, la publicación de Heroes no supuso en modo alguno un éxito ni en el Reino Unido ni en USA y, al igual que en esos otros casos, ha sido el paso del tiempo el que ha ido acomodando esta creación en el asiento del Olimpo que por derecho le corresponde.
Es una canción que cuanto más se versiona, más mejora y más matices gana. Tanto es así que yo recomendaría a todas las bandas que probaran a hacer su propia interpretación, aunque el resultado no salga jamás del local de ensayos. ¿Y cuál podría ser la clave? Pues sería muy difícil encontrarla. Quizá, como comentaba, su letra que nos habla de una suerte de redención heroica, de una conjura que nos liberará al menos transitoriamente. Quizá no sea eso y el secreto esté en su medio tiempo con esa pesada base a modo de obstinato y esas guitarras aullando por encima. O quizá la melodía, recitada y casi oculta al principio para destaparse completamente al final. En fin, supongo que cada cual encontrará su propia explicación, pero lo curioso es que, tratándose de un tema art-rock(1), funciona adaptada a cualquier estilo. Desde la balada al Heavy Metal pasando por la música Dance o la New Age. Eso sí, en la versión orquestada de Philip Glass que dice pertenecer a este tema, cuesta bastante reconocerlo, la verdad. Podría decir que está basado en el Us And Them de Pink Floyd y nos hubiéramos quedado igual. Aparte de esto, quizá la versión más libre se la podamos otorgar a la banda de Metal suiza Celtic Frost y sobre todo, al artista antes conocido como Prince, luego como What The Fuck y finalmente como el artista fallecido.
Podemos, además, encontrar versiones de bandas tan conocidas como Oasis o King Crimson(2) y de otras tan inopinadas como Apocalyptica o Vómito.
Al final de este artículo podrán acceder a la playlist elaborada ad hoc con un gran número de estas versiones, pero, fuera de carta, les ofrecemos estas otras:
La de Depeche Mode no me entusiasma especialmente ya que el sonido sintético(3) me espanta pero tiene como curiosidad las variaciones en la letra que le añaden comenzando con la segunda estrofa original y aportando una segunda completamente nueva además de mezclar los estribillos(4).
Arcade Fire la han versionado en distintos registros, pero este momento pasacalles tiene su coña
La que hizo Prince, no podía pasar como una más, si no le da su toque personal revienta:
Y finalmente tengo que reconocer que, aunque una de las que más me sorprendieron fue la de Kasabian, mi preferida por mil motivos es la de los Motörhead del gran Lemmy Kilmister(5) que los dioses del Valhalla tengan en su gloria:
Notas para los más frikis:
(1) Así se llegó a definir en aquella época. Brian Eno dijo que se inspiraron en el Waiting For My Man de Lou Reed al que, aun siendo todo un temazo, lograron superar con creces.
(2) Lo de King Crimson tiene su explicación en que su guitarrista, Robert Fripp, fue precisamente el que grabó de forma magistral las guitarras en el tema original.
(3) Ya, ya sé que en la original Eno utilizó sintetizadores para meter ciertos efectos, pero creo se me entiende. Además, en esa época todo el mundo andaba experimentando con las distintas posibilidades que los aparatajes y los estudios de grabación ofrecían.
(4) Precisamente Dave Gahan, fue elegido como vocalista para Depeche Mode cuando le escucharon cantar una versión del tema que aquí estamos tratando.
(5) Lemmy murió trece días antes que el propio Bowie. Si Bowie cumplió los 69 dos días antes de fallecer, Lemmy cumplió los 70 cuatro días antes de su óbito.
Qué bestia! 43 versiones…
A mi me pasa parecido. Me suelen gustar mucho más las originales salvo que haya tropezado con la versión antes que con la original. Pero con 43 versiones supongo que hay posibilidades de encontrar una que me guste lo mismo.
No me puedo creer que no esté la versión que hicieron en castellano en los 80 el grupo Parálisis Permanente, dentro de su LP «EL acto», y de la cual existe un vídeo en directo grabado en la sala Rock-Ola. Hemos cerrado los conciertos de mi grupo haciendo esa versión durante varios años.