lunes, noviembre 4, 2024
Google search engine
InicioCulturaEntrevistasLiaño: "Cuando me retiré del fútbol volví a vivir a casa de...

Liaño: «Cuando me retiré del fútbol volví a vivir a casa de mis padres»

Perteneció al último fútbol pegado a la tierra: Paco Liaño. El portero de aquel Superdepor que apareció sin pedir permiso y que nos dejó marcados para siempre. Hoy, Liaño es un hombre de 54 años, padre de dos hijos, que vive en Santander, donde básicamente no se dedica a nada. «Hago tareas de ama de casa». El pasado le permitió comprar tiempo, que es lo que ahora le permite vivir como quiere vivir; hacer deportes de poco impacto «como montar en bicicleta» y seguir dando las gracias al ski en invierno. «El ski me ayudó a olvidarme del fútbol», dice hoy.

—Hace tiempo de todo aquello.
—Sí, ya lo creo. Ahora es totalmente diferente, uno tiene unos años y, sí, claro que me gustaría tener edad para seguir en activo, pero ha pasado tanto tiempo que ya no siento ni nostalgia siquiera.

—Es una bella palabra: la nostalgia. 
—Es verdad. Aún más en mi caso que fue una retirada forzosa por mi problema con las cervicales. Tenía 32 años. Era una edad óptima para un portero y el primer año se me hizo duro. Estaba acostumbrado a convivir con gente joven y, de repente, ves que eso ya se ha acabado en tu vida. Que has vuelto a casa de tus padres y que empieza una nueva vida.

—¿Volvió a vivir a casa de sus padres?
—Sí, el primer año, sí, porque yo aún estaba soltero.

—Fue entonces como el estudiante que regresa de Erasmus. 
—Fue un golpe de realidad. De repente, es lo que le decía: vuelves a un sitio del que te habías ido hace diez o doce años y te das cuenta de que la gente ha envejecido: tu familia, tus amigos, tu gente. A través de ellos ves el envejecimiento que te costaba ver en ti. Pero tienes que entenderlo, tienes que comprender que esta ya va a ser tu rutina de vida.

—¿Había pasado la época más feliz de su vida? 
—Me di cuenta de que había pasado a ser uno más. Salí de esa burbuja en la que, de alguna manera, vivía como futbolista. Mi teléfono dejó de sonar, porque uno deja de ser importante para los demás, para el público.

—¿Y eso es duro?
—No especialmente. Al menos, para mí. No me atraía esa parte de la fama. No la necesitaba para realizarme. Me di cuenta de que podía vivir sin ella, de que no iba a pasar nada. Se puede ser feliz sin ser famoso.

—Aún recuerdo aquel once del Deportivo que alineaba a Liaño; Rekarte, Rivera, Djukic, Albistegui, Nando; Mauro Silva, Fran, Aldana; Claudio y Bebeto y que nos dejó marcados.
—Sí, yo también, porque eso no se olvida nunca: un equipo así, un vestuario así en el que había campeones del mundo y, sin embargo, era tan normal… Hoy me resulta imposible imaginar un vestuario así en un equipo de Primera División. Recuerdo que viajábamos en el mismo avión, que compartíamos hotel con periodistas y les permitíamos tener a ellos unas vivencias y ellos nos permitían a nosotros…

—¿Hizo amistad con los periodistas?
—Claro, Germán Dobarro, Manolo Castelo… que se me ocurran a bote pronto, pero es que nos veíamos todos los días, no tenían que pedir permiso a nadie para hacernos una entrevista: yo recuerdo que incluso me llamaban a casa al teléfono fijo, porque entonces no había móviles… Incluso por las noches entrabas en directo en los programas y no como ahora que está todo grabado…

—Fue el suyo el último fútbol pegado a la tierra.
—El triunfo estaba en la normalidad. Mire, yo iba y volvía andando al entrenamiento, iba dando un paseo viendo el mar, y era agradable que la gente te saludase por la calle; iba a misa a las Esclavas; iba a comprar el pan… Incluso, las madres me decían que era el marido que querían para sus hijas porque yo estaba soltero en aquella época (risas).

—¿Se puede ser tan feliz sin ser futbolista?
—Bueno, ahora soy padre de familia de un chico que va a cumplir 17 años y una niña de 11…. Tengo mis momentos de felicidad, aunque también es verdad que uno está en una edad muy puñetera y empiezas a ver gente que se va muriendo… Pero es que desde que jugué mi último partido de Liga han pasado más de veinte años. Fue en marzo de 1997. El tiempo pasa volando.

—¿Qué contacto le queda con la gente de su época?
—Nada, ninguno, y supongo que será culpa mía que nunca he sido un hombre de darle al teléfono y a veces uno lo piensa y…

—Aquel Deportivo le permitió a usted tocar el cielo.
—Sin duda. Venía de una experiencia difícil en el Racing, en el equipo de mi tierra, donde debuté a los 18 años y, sin embargo, nunca hubo manera… Tuve que salir. Me fui al Sestao, donde jugué un año completo y aparecieron varios equipos que querían ficharme. Pero entonces apareció el Deportivo, en el que se había lesionado Canales, y viví cinco años rotundos, totalmente maravillosos.

—Uno se acuerda de Arsenio, el entrenador.
—Aquel hombre era el triunfo de lo sencillo. Nos demostró que una sola idea funciona mejor que once ideas, porque una idea te une. Nos une. Nos unió tanto que en aquel Deportivo todos éramos uno gracias a Arsenio que, en realidad, era más listo de lo que quería transmitir. Tenía años. Tenía cultura y no te extrañaba que la gente se refiriese a él como El zorro. Había que convivir con él.

—El día que el Deportivo perdió la Liga, con el penalti de Djukic, dijo: «Yo ya venía llorado de casa».
—Él estaba preocupado durante todo el tiempo. No hacía más que decirnos, ‘que no se os suba a la cabeza, que no se os suba que esto no está hecho’. Pero por muy llorado que viniese seguro que lloró también: todos lloramos. A la vista están las fotografías de aquella tarde: yo tenía en la grada a mis padres, a mis dos hermanas y… Luego, de noche, cuando nos fuimos a cenar, entendimos cómo hubiera cambiado todo esto si hubiésemos ganado, si hubiésemos metido ese penalti.

—Se van a cumplir 25 años desde entonces.
—Entonces uno se da cuenta de que ya es imposible que salga un equipo como aquel Deportivo que pueda lograr una Liga o acercarse a lograrla. Eso es lo más grande de entonces: que aún pudiesen ocurrir esas cosas.

—Usted ya también es otro hombre.
—Sí, tengo una invalidez por enfermedad y, aunque podría trabajar en otras cosas que no fuese el fútbol, aprovecho para vivir…, y, sí, tengo una vida de cierto privilegio, una buena situación económica y, mire, hay veces que me encuentro por la calle con chavales de mi época que me dicen, ¡qué suerte tienes de estar así!…, y entonces les contesto que cuando era joven y ellos se iban de fiesta yo tenía que quedarme en casa descansando, porque esto es así. Al final, uno recoge lo que siembra.

RELATED ARTICLES

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisment -
Google search engine

Most Popular

Recent Comments

Perikorro en Con contundencia
Alberto Patiño Varela en Los antimadridistas
Xavi Verger en Vinicius saca el cañón
Perikorro en Vivos con Fati-ga
Diego en Los sufridores
Diego en Viva el rey
Juan De Dios Luna Cijanes en La posesión y los tulipanes
Perikorro en Minority Report
Dr en Las viudas
Diego en Las viudas
Perikorro en Las viudas
Perikorro en Gaspartismo Reloaded
Diego en Viva la Vuelta
Dr en Viva Irlanda
Diego en Viva Irlanda
Diego en Decíamos ayer
Diego en Paz y amor
Dr en Paz y amor
Diego en Paz y amor
Diego en Vuela Supermán
Diego en Vuela Supermán
Diego en El trampolín
Perikorro en Salvar a Barrabás
Coral en Truman
Jose Avellaneda Perez en Los ídolos
María en Calles vacías
Amiguel en El pendejo de turno
Silvia Nebreda en Palabras y lágrimas
Manitu69 en This is Atleti
Alejandro Rincón Rubio en ¿Es Jovic un mediapunta?
Diego A. en Elogio de la locura
Juan De Dios Luna Cijanes en Efectividad máxima
Alfrez en Oda al populismo
Alfrez en Oda al populismo
Diego en Oda al populismo
Manitu69 en Oda al populismo
Fiodor Dostoievski en ¿Suerte o talento?
EUGENIO JORDAN en El cisne blanco
Frank Terraces en Historia del segundo Atleti
Hassandudeim en Historia del segundo Atleti
Perikorro en Aquí un Zidanista
Hassansudeim en Fichar a Descartes
Frank Terraces en Fichar a Descartes
Michael en Nacho y la tristeza
Irene García en Entre cero y nada
Roberto Gómez González en Entre cero y nada
Hassansudeim en Primeras impresiones
Rafael Sánchez Sánchez en Correa, Oblak y feliz año nuevo
Juanma Jiménez en Sólo fútbol
Jules en Sólo fútbol
Che en Trigo limpio
Gracias Faubert en Trigo limpio
Hassansudeim en Trigo limpio
Xabier en Trigo limpio
Juan carlos en Trigo limpio
Óscar Laguna en Ansiedad
Juan De Dios Luna Cijanes en El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos
Joan Del Valle en El tamaño importa (y mucho)
Jose Carlos Torrenova Lozano en Mucho más importante que todo eso
Pascual Vicente Martínez Gimeno en Dos años A La Contra
Vicente Martin-Pozuelo Cantos en Good Bye, Lenin!
yerry en Don Cenizo
IGWT en Relatividad
Manitu69 en Hacerse viejo
Tony en Don Cenizo
Juan De Dios Luna Cijanes en Grandes éxitos de ayer y hoy
Esuardo en Don Cenizo
Juan De Dios Luna Cijanes en Victoria sin identidad
Frank Terraces en Bendita normalidad
Francisco en Victoria sin identidad
Julián Martín Fernández en Rodrygo hace viejo a Vinicius
J. J. Creamer en Los héroes de Bowie
Joselito en Éxito sin cimientos
Juan de Dios Luna Cijanes en Ansufatización
Juan De Dios Luna Cijanes en El ciclismo se ablanda
Frank Terraces en Desapego
Juan De Dios Luna Cijanes en Movistar no se rinde
Juan de Dios Luna Cijanes en Queremos tanto a Roglic
Frank Terraces en Hace dos meses
Juan De Dios Luna Cijanes en Nada por aquí, Neymar por allá
Juan De Dios Luna Cijanes en Hoy me he acordado de Lucho Herrera
Juan De Dios Luna Cijanes en Un colombiano en la luna
Juan De Dios Luna Cijanes en El Tour se achica ante Bernal
Juan de Dios Luna Cijanes en Bernal rompe el cielo
Juan De Dios Luna Cijanes en Bernal quiere el Tour
Eberhard Torres Calderón en Cuarenta años de La vida de Brian
Juan De Dios Luna Cijanes en Pinot quiere el Tour y Mikel Landa no se rinde
Frank Terraces en El Atlético más merengue
Juan De Dios Luna Cijanes en La suerte dispara contra Landa
Diego en El fugitivo
Diego en Sopor de France
Juan De Dios Luna Cijanes en El Talento Desperdiciado I: George Best
Juan De Dios Luna Cijanes en Friedenreich: Pelé antes de Pelé
Frank Terraces en La Feria de la Carne
Frank Terraces en El altar de Pérgamo
Juan De Dios Luna Cijanes en Ni cinco de bola
José Antonio Gutiérrez en No cambies tus sueños, cambia el mundo
Antonio Lopez Lobeto en Los doce trabajos de Hércules
Francisco Pedrajas Raya en Ramos-Florentino: Pimpinela en el Madrid
Antonio Lopez Lobeto en Mi pájaro es mejor que el tuyo
Stockton en Bon voyage
Juan De Dios Luna Cijanes en El problema del Barça es el relato
Perikorro en Tantas mareas, marean
Perikorro en No me gusta el cricket
Carmelo en La venda ya cayó
Antonio Jesús Zarza Moreno en ¿Marino o submarino?
Lorenzo Dominguez Sanchez en Gracias, Florentino
Joaquín en Camino a Vitoria
Robert Lee en El que se va, ya no es
victor martín marron en Quiten de ahí a esa loca
Martín Vallejo platero en El borde de la piscina
Diego en Gracias, Johan
jose antonio medrano en Gracias, Johan
Jorge Florido en Gracias, Johan
Javier en Gracias, Johan
Esteban en Gracias, Johan
Fran en Gracias, Johan
5contraelcalvo en Esperando a Zidane
Perikorro en Esperando a Zidane
Elaine Cristina en Casillas, el homenaje pendiente
Tomás Luis de Victoria en No, lo ponemos todo al centro
Tomás Luís de Victoria en Casillas, el homenaje pendiente
Lucas en Benzema FC
Carlos Antonio Suárez fornelino en Jugarse «nada»
Antonio Lopez Lobeto en Siete equipos para tres descensos
Víctor Raúl Valladares en El Real Madrid se queda solo
IÑAKI ASENSIO CALATAYUD en Ter Stegen, el portero de la T-10
José Ramón García en Ilusión en el nuevo White Hart Lane
JOSE ANTONIO FERNANDEZ PLAZA en Héctor del Mar, tal como éramos
Lucas en Oh, capitán
José Luis Heras en Usted tiene el faro roto
Juan J Rodriguez en Usted tiene el faro roto
Jairo Castillo en El Madrid de la triste figura
Rod en Au revoir
Cristian Galván en Motociclismo e hipocresía
Hassansudeim en La trampa perfecta
Juan De Dios Luna Cijanes en La trampa perfecta
Antonio Lopez Lobeto en Cuestión de fe
Martín Vallejo platero en Marcó Isco, ganó Zidane
Eliseo en Vuelve Zidane
Juan De Dios Luna Cijanes en La esperanza
Juan de Dios Luna Cijanes en La muerte del emperador
Maria Jose en Tropismo
María Jesús en Tropismo
Antonio Lopez Lobeto en El amor no siempre gana
SanEmeterio For Atle en Bienvenidos al espectáculo de minstrel
Elaine Cristina en El empate perfecto
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en La revancha perpetua
Antonio Lopez Lobeto en Al límite de la filosofía
Juan de Dios Luna Cijanes en La ley del mínimo esfuerzo
Antonio Lopez Lobeto en Milagro Kvitova
Carlos Leo Castellanos en Cristiano ya no va de farol
Marcos Da Silva en El tamaño importa (y mucho)
Antonio Lopez Lobeto en Promesas que todavía lo son
Gustavo Del río manzano en Quince años sin el mejor: Chava Jiménez
ROSA MARIA cuesta guerrero en A propósito de Laura
Irene García en Vidrio roto
AA - Rod en Vidrio roto
Juan Luna Cijanes en Solari y la teoría del melón
Antonio Lopez Lobeto en El valor de las palabras
Raúl Ávila en El traje de toda la vida
Miguel Morán en Godín es El Cid Campeador
Ricardo Moreno Castillo en La adolescencia duele
Aminie Filippi en La adolescencia duele
Miguel Angel Hidalgo Mena en Historia de un superviviente
Alfrez en Por los cojones
Paulino en Por los cojones
ROSA MARIA cuesta guerrero en La adolescencia duele
Luis Miguel en Y el presidente, ¿qué?
Oscar Redondo Callado en Tour 2019: Un espanto de recorrido
Santiago Peraza en A LA CONTRA, primer aniversario
Teddy Sagarrasantos@hotmail.com en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Conchita Minguez en Cinco apuntes para seis carreras