No hay carrera como el Giro de Italia. A escasos días de que todo se ponga en marcha, la expectación es máxima y la ilusión por ver una prueba espectacular también. Con un recorrido a la altura de lo que debe ser una grande de tres semanas, con un cartel plagado de estrellas, varios españoles buscando protagonismo y la puesta de largo del nuevo Ineos (el antiguo Sky), no faltan ningún aliciente. Podríamos enumerar 3.000 motivos por los que no perderse ni un minuto de la Corsa Rosa, pero es algo que no hace ni falta ya.
La montaña es el plato estrella de la edición de este año, aunque también habrá tres contrarrelojes que deben jugar un papel fundamental en el desarrollo de la carrera. Y más si tenemos en cuenta que los dos grandes favoritos, Primoz Roglic (Team Jumbo Visma) y Tom Dumoulin (Sunweb), son dos de los máximos especialistas en esta disciplina, por lo que será clave quién esté mejor en la lucha contra el reloj porque será ese el que lleve la iniciativa.
Dos buenos equipos con ellos
Ambos cuentan con buenos equipos para apoyarles. En Jumbo Visma acuden todos sus jóvenes escaladores, con Bouwman, Kuss, De Plus y Tolhoek, cuatro ciclistas que disfrutan de las grandes pendientes como si de Marco Pantani se tratase. Y en el bando contrario destaca la presencia de Sam Oomen, otro joven corredor que podría ejercer de jefe de filas casi que en cualquier equipo y que aquí estará supeditado a Dumoulin, de quien deberá ser su sombra.
Llega en plena forma Roglic, con unos resultados absolutamente colosales en los últimos meses. En esta misma temporada ya se ha llevado el Tour de los Emiratos Árabes Unidos, la Tirreno Adriático y el reciente Tour de Romandía, mientras que Dumoulin, como suele ser habitual, no se ha dejado ver tanto, aunque siempre es una garantía en las carreras de tres semanas. En las tres últimas que ha corrido ha firmado una victoria y dos segundos puestos. Nadie pone en duda que se va a plantar en Bolonia, ciudad que acoge la salida, con un estado de forma más que óptimo.
Otros aspirantes
Al lado de Roglic y Dumoulin, un puñado de aspirantes con intenciones perversas y piernas magníficas. Para empezar, Simon Yates (Mitchelton), ganador de la última Vuelta a España y al que solo una crisis gigantesca pudo derrotar en el Giro del año pasado. También el colombiano Miguel Ángel López (Astaná), formidable escalador, el eterno Vincenzo Nibali (Bahrain), en plena forma por lo visto en el Tour de los Alpes y el dúo telefónico que configuran Mikel Landa y Richard Carapaz.
Y todo esto teniendo en cuenta que por el camino se han quedado Alejandro Valverde, aquejado por una caída en la previa de la Lieja Bastoña Liega y el colombiano Egan Bernal. El murciano ya se vio obligado a retirarse en la decana del ciclismo mundial y las complicaciones han ido más allá, hasta el punto de que nos vamos a quedar sin poder ver al maillot arco iris surcando las carreteras transalpinas. El líder de Ineos, por su parte, se ha roto la clavícula en uno de sus últimos entrenamientos previos al Giro. Son las dos bajas más significativas y que se han conocido esta misma semana.
En definitiva, un duelo en la cumbre, las montañas más decisivas del ciclismo mundial, la presencia de Ion Izagirre y Mikel Landa como aspirantes nacionales y la pasión desbordada del pueblo italiano, amantes como nadie de su deporte y de su carrera. Aprovechen para hacer vida social estos días, porque a partir del sábado, manda el rosa, manda ‘Il Giro’.
Esperando con ansia el inicio de una de las grandes, luego de habernos deleitado con esta gran temporada de clásicas y vueltas que hemos visto hasta ahora. Un poco triste por la baja de Egan Bernal, en quien teníamos los colombianos puestas las mayores esperanzas en esta carrera, la primera de las grandes que iba a asumir como líder. Esperamos que el giro no nos decepcione luego de las magníficas y emocionantes ediciones que hemos visto los últimos años. Muchas gracias a Alacontra por sus escritores de ciclismo.
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