En el fútbol, el marketing es a los jugadores como el chapado en oro a los relojes, hace que el peluco brille, pero luego no te duches con él si no quieres ver lo que hay debajo.
Cuando representantes y medios de comunicación contribuyen a elevar al cuadrado las cualidades de un pelotero, tenemos glamour a kilos y, en casi todos los casos, sobrevaloración del futbolista a raudales. No es lo bueno que sea es lo maravilloso que digo que es.
Podemos hablar de Dybala, Coutinho, Ceballos, Martial… y, me temo que de Asensio también, como chicos que nos han cegado con el fulgor de las estrellas, cuando es bastante posible que hablemos simplemente de bengalas. Jugadores estupendos, pero por debajo de la definición de futbolista referencial.
Pero así es lo del balón redondo, un deporte que construye escenarios donde Dembelé está a un planeta de distancia de Mbappé, para luego situar al delantero del PSG a galaxia y media del super fichaje del Barça. El fútbol no hace quinielas, va y las resuelve.
Así que teniendo esto claro, a Dios por pongo por testigo de que me voy a mojar las canillas, porque sin la emoción del riesgo no hay la satisfacción del “os lo dije». Para eso estamos y a eso hemos venido. O sea que…
Del Madrid del próximo año llevamos ríos de tinta y trillones de golpes de tecla. Hazard, Pogba, Eriksen, Jovic, Mané, Neymar… Muchos posibles, pero poco se habla de un chavalito que ya está fichado y con el que yo me voy a arriesgar a que me acaben poniendo un punto en la boca y un candado en el teclado. Señores, les hablo de Rodrygo, ese crack que viene. Un chavalito de 18 años (19 cuando vista de blanco) de regate endiablado y que juega diciendo beep-beep, como si fuera el Correcaminos delante de una manada de coyotes. Un niño que va a deslumbrar al Bernabéu, porque juega bonito.
El brasileño es un talento de la naturaleza, un chico con el mapa genético en forma de balón de fútbol y al que le vamos a disfrutar de lo lindo.
A los amantes de Vinicius y Brahim les llega un plato fuerte en la carta. Rodrygo, simplemente, es mejor que ambos. Tiene lo de los dos anteriores, pero a más velocidad de ejecución. De extremo es un deleite para el paladar más exigente y como segunda punta, vuelve el estilo Bebeto.
Rodrygo es de esos jugadores a los que la camiseta del Madrid les va a quedar como a Brad Pitt el hoyuelo. Después de decenas de fichajes planos, por fin, un chico que levantará al aficionado del asiento y al televidente del sofá.
Le falta el cuajo de la experiencia, le falta el gol de la veteranía y le falta el nombre que da ser camiseta puesta en el mejor equipo del mundo, pero hay por quien merece la pena esperar, y este chaval lleva la palabra crack escrita en la frente.
En fín, que luego no digáis que no os lo dije (o todo lo contrario).
Apostar por la evolución y/o el rendimiento futuro de chicos de 18 y 19 años es complicado. Rodrygo es un jugador de clase , hábil , rápido y afilado, pero a sus casi 19 años solo es el proyecto de gran jugador como lo era Asensio hace dos años. Ya hemos visto muchos Bojan, Deulofeu,Jesé y similares, el Atleti fichó hace unos años a Ángel Correa, el nuevo Messi, el cabezón DÁlesandro en River era una joya deslumbrante, yo me conformo con que sea como Robinho , pero más inteligente.
[…] tiempo escribí en A La Contra, que este futbolista me parecía mejor que Vinicius y Brahim. Por aquel entonces, Rodrygo era candidato al Castilla y un espectador impaciente de la […]
Felicitaciones Por el pronóstico de Crack que le has hecho a Rodrygo !!!!!