Una temporada cuyo denominador común ha sido el declive, a diferentes velocidades, de los jugadores que han conformado el segundo mejor Madrid de la historia, no podía tener otra banda sonora que la de Los Planetas: canciones de nostalgia anticipada, autocompasivas, solo entusiastas en lo hedonista y lo autodestructivo, dolorosas, y, admítase, un punto narcisistas.
COURTOIS – Santos que yo te pinte (Unidad de desplazamiento)
Dime dónde has estado, niña de cara blanca. Dónde has dejado tu risa, que no está donde estaba.
El mejor portero del pasado Mundial no ha tenido el aterrizaje más cómodo en Chamartín. Además de competir con la sombra del arquero de las tres Copas de Europa, una defensa que ha hecho aguas ha empeorado sus números, y determinados fallos en momentos cruciales lo han señalado para una parte de la afición. Por si fuera poco, los rumores de una vida dispersa no ayudan. La vieja maldición de la portería del Real Madrid, solo salvada por unos pocos elegidos: “Santos que yo te pinte, demonios se tienen que volver”.
KEYLOR NAVAS – Corrientes circulares en el tiempo (Encuentros con entidades)
Todo esto que jamás podré comprender, lo que obtuve a cambio de intentar hacerlo bien.
Incomprensiblemente relegado a la suplencia por esa voracidad que acompaña al Madrid, su respuesta fue la de siempre: callar y trabajar más. Su despedida del otro día, emotiva y discreta, prueba que se va sin hacer el ruido que, por rendimiento, hubiese podido formar. Eso sí, con una mochila de cariño y respeto de todo el madridismo: “Será mucho pedir, pero es lo menos que merezco”.
RAPHAEL VARANE – La verdadera historia (Canciones para una orquesta química)
Aquello no estuvo tan mal, pero no podía durar. La felicidad que obtienes es irreal. Ahora me divierto mucho más, en el bricolaje del hogar.
Lejos quedan las primeras temporadas de Varane en el Madrid, en las que creíamos tener una suerte de Baresi y Beckenbauer fusionados en un mismo central. El paso del tiempo ha puesto a cada uno en su lugar y el de Raphael no es precisamente malo: cuatro Champions y un Mundial -tiene hasta título de película de Hugh Grant y Andie McDowell-. Por otro lado, en la vida es importante asumir las limitaciones, dicen. Aunque para espíritus soñadores resulte difícil no recrearse en el “y si…”.
SERGIO RAMOS – Himno generacional #83 (Pop)
Cuando no estés ya, cuando no estés ya, y no haya nadie más.
El capitán es del 86, y no del 83, pero, contemplando la defensa del equipo en su ausencia, no puede haber canción más apropiada: un solar en el que nadie asume galones. Como demostró la vuelta ante el Ajax, no se atisban sustitutos en cuanto a jerarquía, algo muy preocupante teniendo en cuenta el DNI del camero.
MARCELO – Qué puedo hacer (Súper 8)
Qué puedo hacer, si después de tanto tiempo no te dejo de querer (…) He intentado convencerte, pero todo sigue igual que todos estos años, y, una vez más, de qué me sirve intentarlo.
El –abro paraguas- mejor lateral izquierdo de la historia del club cumple doce años en la entidad y nada ha cambiado. Un puntal en ataque, básico en el juego de elaboración del equipo, una preocupante tendencia a la discontinuidad y una autopista a su espalda. Esta temporada, en peor forma que en las anteriores, las carencias defensivas han sonrojado más que nunca (“He pasado por tu banda veinte veces, siempre voy a defender por si apareces, pero nunca vas”). Queda por concretar si Zidane también está cansado de esperar, o si su amor, como el nuestro, aún es infinito.
CASEMIRO – Cumpleaños total (Una semana en el motor de un autobús)
No será peor de lo que era, no será peor, seguro que es mejor.
Suena duro, pero la letra puede aplicarse tanto a su temporada como al posible sustituto que viniese por él.
TONI KROOS – Vas a verme por la tele (Unidad de desplazamiento)
Puede que pienses que va a ser el fin de mis días. Pero cariño, no he terminado todavía.
El alemán ha dejado multitud de partidos grises, acomodado en el pase y sin asunción de responsabilidades. Probablemente desmotivado en un ecosistema que no le resultaba propicio, se dejó llevar. Hasta el punto de que en los últimos meses se ha llegado a plantear su venta, hipótesis herética hace cuatro días. No obstante, la renovación parece calmar las aguas. Si espabila, queda mucho Kroos de blanco.
LUKA MODRIC – Desorden (Súper 8)
He encontrado algunas fotos que hace tiempo no miraba. Estos recuerdos parten mi alma.
Cuando un fuego intenso se consume, el espectáculo ofrece una belleza triste. La hoguera croata aún permanece encendida 35 o 40 minutos por partido y a su calor nos seguimos arrebujando cuanto podemos. Mas sin conseguir evitar la nostalgia de cuando los bosques del mediocampo ardían a su paso.
ISCO – Segundo premio (Una semana en el motor de un autobús)
Sentado esperando a que llames, rezando porque des una señal.
La temporada del malagueño ha sido deplorable. Sin embargo, tanto él como el Real Madrid “es imposible que hayan olvidado lo que los dos podían hacer”. Desconocemos si Zidane también tiene memoria.
DANI CEBALLOS – Un buen día (Unidad de desplazamiento)
Y no he vuelto a pensar en ti hasta que he llegado a casa. Y ya no he podido dormir, como siempre me pasa.
El protagonista de esta canción pasa un día estupendo hasta que recuerda la ruptura con su exnovia. Ceballos se encontraba tranquilo y contento con su nuevo rol en la plantilla hasta que se produjo la destitución de Lopetegui. A partir de la llegada de Zidane, conociendo precedentes, normal que lo invada el insomnio.
MARCO ASENSIO – Brigitte (Súper 8)
Y cómo puedes explicar algo que no has hecho jamás, a veces pienso que tan solo ha sido un sueño y que todo sigue igual.
A su llegada al Madrid, las expectativas sobre Asensio crecieron hasta convertirse en gigantescas: aquellos golazos desde fuera de la frontal, aquella zurda estilizada galopando con elegancia, aquellos controles de balón. Por desgracia, el año que parecía predestinado para su explosión definitiva ha resultado verdaderamente decepcionante. No obstante, los madridistas nos agarramos a sus escasas pinceladas, de manera poco racional, para intentar olvidar este borrón y retrotraernos al verano de 2017 –quién sabe si, como decía Biedma, el último verano de nuestra juventud-.
VINICIUS JR – Alegrías del incendio (La leyenda del espacio)
Parece que hay un incendio, cada vez que nos juntamos. Parece que hay un incendio, cuando tú estás a mi lado.
Su irrupción es aún mayor que la de Asensio. La mejor noticia de este horrible curso. Electricidad pura, con una definición que seguro pulirá. Mucho por crecer, pero ha tirado la puerta abajo en uno de los momentos más delicados. Con buenos asesores y acompañantes, su triunfo se me antoja inevitable.
LUCAS VÁZQUEZ – Porque me lo digas tú (Zona temporalmente autónoma)
Puedes hacerme vudú, no voy a dejar de quererte porque me lo digas tú.
Sus detractores ironizarán con la letra para concluir que Lucas no se va del Madrid ni con agua caliente. En cualquier caso, pese a sus limitaciones -especialmente sangrantes este año-, no se puede negar su compromiso con el escudo. Y su entrega y amor madridistas constituyen la mejor garantía para su permanencia entre los veinticinco elegidos para la 2019-20.
GARETH BALE – No sé cómo te atreves (Una opera egipcia)
No sé cómo te atreves, a venir a decirme que me quieres.
Lesiones, desidia, poca adaptación, mayor compromiso con su selección que con el club, ensimismamiento, quejas, malas caras. Y su representante, a mayo de 2019, nos viene con éstas. Sobran las palabras.
KARIM BENZEMA – El artista madridista (Encuentros con entidades)
Porque ya está aquí el artista madridista. Los centrales del infierno sí que dan de verdad.
El tema, a pesar de incluir algunos tópicos e insidias, parece dedicarle su título a Benzema. Karim siempre fue un artista desde su llegada, pero en esta travesía en el desierto ha demostrado una jerarquía y un tesón sin precedentes. Su sacrificio, incluso físico en el peor de los instantes, no dejan lugar a dudas. Su actitud, como el algodón, no engaña. Y también es de color blanco.
Bonus track: MBAPPE – Espíritu Olímpico (Zona temporalmente autónoma)
Cuando yo voy a misa, que Dios me perdone, porque solo miro donde tú te pones.
Florentino, que es hombre religioso, seguro que comparte este verso. Y desde luego, si esa gitana nos quisiera, Pérez le compraría, en Granada o en la Castellana, la mejor cueva que hubiera.
Enorme. Mi más sincera Enhorabuena Pablo. Artículo para enmarcar.
Un ejemplo de simbiosis músico-deportiva tratada con calidad y gusto; ambas actividades pueden sentirse orgullosas de la relación establecida entre ellas por el autor, y nosotros agradecidos por la degustación del producto. Gracias, Pablo.
[…] respuesta al artículo publicado por nuestro amigo Pablo Rivas en el que se propuso una canción de los Planetas para cada jugador del Real Madrid, nos vemos […]