Todo era mentira. Para empezar, la fingida incertidumbre de esa especie de documental que nos brindó hace un año para reinventar el periodismo. Griezmann tenía claro que acabaría en el Barça. Y entiendo que tampoco tenía dudas el Atlético, ni el Barcelona, ni por supuesto Piqué Producciones. Todo fue un engaño disfrazado de espectáculo. Ignoro si al Atlético le interesaba la impostura por la final de Champions en el Metropolitano. O por ganar tiempo. O porque mejor es algo que nada. O porque lo dijo Simeone. Me cuesta creer que algo se mueva en el club sin conocimiento del Cholo. También me pregunto si merece la pena mentir durante todo un año.
Sea como sea, lo de ahora es feo. Godín se despidió con la dignidad de un ídolo y, dos días después, Griezmann se marcha como se largan los niños. Comprendo el dolor de los aficionados del Atlético y también entiendo que quieran disimularlo. A cualquier jugador/trabajador le asiste el derecho de cambiar de aires, motivado por el dinero o por lo que le venga en gana. Lo reprochable, en este caso, no es el abandono, sino la sensación de que el último año no fue verdad, de que igualada la mejor de las ofertas, a Griezmann no le bastó el Atlético.
Ahora lo más probable es que el chico termine en el Barça, que ha debido de asaltar el Banco de Inglaterra en fecha indeterminada. Si después de fichar a Dembelé (105) y Coutinho (160), y este verano a De Jong (86) y De Ligt (85), todavía le quedan cien millones para Griezmann, se impone conceder a Bartomeu el Nobel de Economía. Lo menos probable es que los acontecimientos den una voltereta inesperada y que Griezmann termine en el Madrid. Deberíamos descartarlo por completo, pero sabemos cómo es el fútbol y cómo son los niños. También sabemos cómo es Florentino.
El asunto daría para otro documental con mayor audiencia todavía. Primera escena: el muchacho Antoine duda si fichar por el Barça o por el Madrid mientras se hace la pedicura con la vista puesta en el horizonte. Finalmente dice Barça, que siempre deseó jugar allí, pero por alguna extraña razón nadie le cree.
Te deseo toda la suerte del mundo,Juanma.
No nos conocemos personalmente,pero si mucho a tus Padres.
Un abrazo
Susé Castaño
Inapelable y certero artículo y el mejor que yo le haya leído sobre algo del Atleti, y eso que se encuentra en la acera de enfrente, pero precisamente por esa perspectiva deberían ser más objetivos y sin embargo no aciertan una sobre lo que sienten y cómo viven la absoluta mayoría de atléticos, y la muestra y excepción del fenomenal análisis se encuentra en la frase: «Comprendo el dolor…y…que quieran disimularlo», pues si Vd lo dice así nos sentimos, y todos mis vecinos de grada, familiares y miembros de grupos de wasap varios pues desconocemos nuestro estado de ánimo ¿?.