Lo tuvo cerca. Frente a un equipo que fue netamente superior futbolística, táctica, mental y físicamente durante los 180 minutos de la eliminatoria, el Barça estuvo a punto de dar la sorpresa: aguantó hasta 10 minutos del final con la eliminatoria igualada. E incluso pudo llevársela si hubiera mediado un Iniestazo de fortuna, cuando se cumplían 10 años de aquel mágico gol. Ahí reside el verdadero mérito de este equipo: viendo ambos partidos y el planteamiento clementista de Don Honesto lo extraño era que la eliminatoria no se hubiese resuelto a favor de los reds mucho antes, como aquella de 2013 frente al Bayern Múnich (7 a 0 en el global). La suerte, muy favorable en la ida, los tres goles a favor y las bajas de las figuras rivales habían hecho albergar alguna esperanza a algunos culés. Pero pocas. Porque los verdaderos cruyffistas en realidad sabían que no había ninguna señal para ser optimista en esta semifinal. Por partes.
La fecha. 7 de Mayo. Definitivamente, el día de los imposibles. Porque tal día como hoy hace 1.400 años en Constantinopla colapsó la cúpula de la basílica de Santa Sofía. Parecía imposible. Y en este mismo día de hace 33 años un equipo rumano de nombre Steaua ganó la Copa de Europa. Lo cual parecía más imposible aún.
El rival. El nombre del Liverpool permanecerá para siempre en los libros de historia del fútbol como el equipo que remontó un 3-0 en una final de Champions. Si lo hizo en 45 minutos, ¿Cómo no iba a ser capaz de hacerlo en 90? De hecho, en 55 ya lo había logrado. Origi, tras un fallo estrepitoso de Jordi Alba, y Wijnaldum avasallando físicamente por dos veces a la defensa azulgrana, demostraron que Salah y Firmino tienen compañeros que los pueden reemplazar en partidos importantes. Si en vez de con ellos el Liverpool hubiera jugado con Chutinho, que firmó su carta de despido del Barça, y Boateng, tal vez el Barça estaría preparando en este momento su novena final.
La trayectoria. Si se hacía un repaso rápido a la trayectoria fuera de casa en partidos europeos durante las dos temporadas anteriores, este grupo de jugadores ya había perdido por 4-0 en París. Por 3-0 en Turín. Y por 3-0 en Roma. Tras la remontada contra el Paris Saint Germain se decía que el equipo había aprendido la lección. Dybala les recordó que habían copiado. De Roma, proclamaban a los cuatro vientos que se habían extraído conclusiones. Pero no la más importante: que un hombre con la tristeza de espíritu de Valverde no puede transmitir la alegría de jugar al fútbol. Por algo cuando las cámaras enfocaban en el minuto uno su cara y la de Klopp era difícil adivinar quién llevaba tres goles de desventaja en la eliminatoria.
Y lo más importante: el fútbol. Al Barça le dieron donde más le duele. La maldición de Johan Cruyff se hizo presente porque su legado fue, es y será que el Barça solo podrá ser campeón de Europa si su fútbol causa admiración. Incluso teniendo partidos malos. Y hasta horrendos. Pero sin perder el estilo. Ganar “a lo Madrid”, sin un estilo de juego, con altas dosis de fortuna futbolística y arbitral es precisamente eso, “ganar a lo Madrid”. No a lo Barça. Y dos años de Valverdismo han borrado cualquier atisbo de fútbol cambiándolo por un horrendo resultadismo agarrado a Messi, donde nueve de cada diez partidos producen bostezos. Porque por su fútbol, el equipo que jugó de amarillo hoy en Anfield se pareció más al C.D. Ilipense de Zalamea de la Serena que al Fútbol Club Barcelona. Por eso, gracias a Johan, los culés saben que perder así es bueno porque hoy ganó el fútbol. Y mañana ganará el Barça.
Ganar a lo Madrid, con grandes dosis de fortuna futbolistica y arbitral? Cuatro veces en 5 años ? Te ha tocado a ti la loteria 5 veces en cuatro años. Juan Rodríguez Briso, hoy solo tenias que escribir del Barca y del Liverpool, a ser posible con imparcialidad, no has podido, no puedes, cuestionate trabajar de otra cosa, en la que si puedas tener el estilo que demandas de TU equipo, te pega mas estibador de barco que ponerte delante de un teclado.
Sr. Rodríguez Briso, deje de escribir tantas pavadas que ya tienes usted una edad….
El Barça, a pesar de sus millones, es un equipo como el 99% de los equipos, tiene que jugar mucho y bien para ganar la Champions.
El Barça (y el 99% de los equipos restantes) no tiene a un capo por presidente, no dirige sorteos, no dispone de árbitros afines y no cuenta con porteros rivales que le regalen goles. Si el Barça (y el 99% de los equipos restantes) gana una Champions es porque es el mejor de todos. El Barça (y el 99% de los equipos restantes) no gana la Champions y queda a 17 puntos del campeón de Liga.
Muy acertada la crónica, y efectivamente prefiero perder contra un equipo que juega al fútbol, que ganar a lo Madrid como ha hecho estos últimos cinco años o como lo hizo en las cinco primeras mal llamadas copa de Europa.
13.oiga,van 13, según la UEFA y la FIFA, que son los que lo tienen que certificar. Cuidado, no se ahoge con tanta espuma que echa por la boca. Cuando se despierte mañana, el Madrid seguirá ahí.
Él plumilla es un listo que no sabe sumar. 13 Champions son muchas más que 5. Saludos cordiales
[…] en el fútbol profesional, un córner sacado como en un partido de solteros contra casados. Un mal final para un Barça que debe analizar muchas cosas desde la seriedad y no desde el resultado, un gran final para un […]
Qué tendrá que ver el Madrid en esta película, de la que es un simple espectador?
Pero si, tenemos suerte. Suerte de que una remontada histórica (ayudada por los desmayos de un jugador que pasó de héroe a villano) no desembocase en otra goleada.
Suerte de que el equipo sea capaz de ganar en Múnich rutinariamente.
Suerte que el equipo vaya a Paris, Roma y Turín y gane los partidos.
Suerte de tener un punto extra de competitividad en partidos tan duros.
Suete de saber que esta temporada ha sido un desastre y no necesitemos culpar a ningún otro club, ni caer en desprecies a rivales o en infantiles “y tú más”
Que suerte, tío, pero qué suerte. Y que suerte turnen otros clubes, porque si la razón a los desastres de Roma y Liverpool está en la suerte del Madrid, sólo nos queda esperar el escenario del próximo concierto del Barcelona, donde sin duda regalará una noche inolvidable mientras lamentan la suerte del Madrid y siguen sin explicar la debacle.