Crees que me merezco esta pregunta, justo ahora?”. Pep Guardiola fue preguntado en la rueda de prensa después de ganar la FA Cup por cómo paga el Manchester City su sueldo. Pep tenía tanto derecho a sentirse molesto como el periodista a preguntar, porque existe el antecedente de Roberto Mancini: el Manchester City pago su despido, unos nueve millones de libras, a través de otra sociedad de la familia real de Abu Dhabi. Así de cerca estaba el Manchester City de incumplir las reglas del Fair Play Financiero (FPF).
No voy a entrar en una clase de economía y a explicar cómo se calculan los índices, por qué hay gastos que se incluyen en el cálculo y otros que no. Voy a mirar al Fair Play Financiero desde varios puntos de vista para explicar por qué existe y por qué es necesario.
FPF como protección del cartel dominante
Como preámbulo, vamos a exponer lo que el hincha más ingenuo sabe: a los clubes históricos, los grandes de toda la vida, los que se reparten los grandes títulos y mueven el mercado, no les apetece tener “nuevos ricos” como rivales. Esta nobleza de toda la vida (ya saben, Real Madrid, Barcelona, Juventus, Bayern, Liverpool, United, Arsenal, Milán, Chelsea o Inter, en mejores o peores momentos) ha crecido, usando una palabra de moda, orgánicamente. Paso a paso, con sus propios recursos y a través de las décadas. Ninguno de estos clubes quiere un competidor que salte de la nada al todo a base de fuentes de dinero ilimitadas: no solo amenazan su posición de dominio; también encarecen su actividad.
El FPF existe para proteger a los grandes, pero no es una razón que haga la normativa necesaria.
FPF como protección al Club
¿Quién es FIFA o UEFA para decirle a un ciudadano del mundo que se no se gaste su dinero como buenamente quiera? La respuesta es difícil y de hecho se especula que si el Manchester City es sancionado sin jugar la Copa de Europa llevará la normativa de FPF a los tribunales.
La intención es que ningún club se vaya a pique cuando el propietario se aburra del juguete y lo ponga en venta. Alexandre Gaydamak compró el Portsmouth FC de la Premier en 2006 y financió los fichajes que quiso Redknapp. En 2008 ganó la FA Cup y llegó a enfrentarse al Milán en la Copa de la UEFA la temporada siguiente. Ya sin Redknapp en el banquillo el club dejó de pagar sueldos durante tres meses y evitó una orden de disolución al acudir a una situación de administración, con interventores externos que gestionaron el club.
Esa situación condenó al Portsmouth al descenso al ser castigado con nueve puntos. La deuda había alcanzado los 135 millones de libras en 2010 y el club hoy juega en la tercera categoría.
Casos similares al Portsmouth, y hablando solo del Reino Unido, serían el Leeds United, que llegó a las semifinales de la Copa de Europa (perdió con el Valencia) y lleva 16 años lejos de la Premier League, o el fugaz Gretna en la liga escocesa. Brooks Mileson compró un club que había estado jugando en ligas semiprofesionales inglesas (Gretna es la primera localidad escocesa al cruzar la frontera) y fue aceptado en las ligas escocesas en 2002. Con la financiación de Mileson lograron tres ascensos consecutivos y aun en la tercera categoría llegaron a la final de la Copa (que perdieron contra el Hearts) y se clasificaron para la Copa de la UEFA, en la que fueron eliminados rápidamente. Llegado el ascenso a la Premier escocesa, Mileson cayó enfermo y retiró su apoyo financiero. Cuando Mileson murió, en 2008, el Gretna entró en un proceso de liquidación y hoy ha sido reemplazado por otro club, Gretna 2008, que juega en las ligas menores de Escocia.
FPF y justicia de la competición
Además de evitar una espiral de gastos que se lleve por delante a clubes históricos como el Leeds United, el FPF intenta que ningún club gane una ventaja sobre otro por un gasto excesivo e insostenible. En el mencionado caso del Portsmouth, el Cardiff City podría sentirse agraviado por perder la final de Copa ante un rival “dopado”, que no hubiera sido capaz normalmente de contar con cuatro internacionales ingleses (Crouch, Defoe, Glen Johnson, David James), además de D’Alessandro, Kranjcar y Kanu.
Estos dos enfoques sobre el FPF sí justifican la existencia de algún tipo de normativa financiera.
FPF y romanticismo
Como si el dinero entendiese de romance, me podrían decir. No va por ahí el tema; quizá deba decir “autenticidad”. En Inglaterra mi equipo es el Nottingham Forest, club que tuvo unos años de gloria ya un poco lejanos. Si un inversor tuviera ganas de gastar su dinero en el club y consiguiera que en tres temporadas el Forest peleara por la Copa de Europa, ¿sería ese mi Forest? ¿Se perecería en algo, ya no al club que dejó Brian Clough, sino al club que era hace cuatro, ocho o diez temporadas? ¿Tiene algo que ver este City con el que jugaba en Maine Road o el actual PSG con el equipo de Ginola y Valdo?
¿Cómo verían los aficionados del Cádiz a su club de toda la vida si llega un jeque o un oligarca y le mete en la pelea por la Liga? ¿Sería ese el Cádiz CF o un Cádiz Petróleo SA?
A nadie la amarga un dulce, aunque habrá aficionados que prefieran llegar a la cima de otra manera. Pero si el dinero del nuevo propietario tuviera orígenes dudosos, o proviniera de un gobierno que ignorara los derechos humanos o sus empresas pagaran sueldos irrisorios en el tercer mundo… ¿sería entonces un dulce un poco amargo? Algunos aficionados del Manchester City asumen las criticas a la propiedad del club por lo que hacen en Abu Dhabi como un ataque al club que apoyan. Otros desaprueban el régimen y diferencian entre el emirato y el club.
En Inglaterra nadie pone en duda el buen juego del Manchester City, pero la prensa de cuando en cuando recuerda los niveles de derechos humanos de Abu Dhabi, o los trucos de financiación de la propiedad del club y quizá por eso Pep tiene que hacer frente a preguntas que no le gustan.
El último elemento, el de clubes apoyados por regímenes poco respetuosos de los derechos humanos, se aplicaría no sólo a los que son propiedad de las monarquías petroleras de medio oriente, sino a aquellos que tienen patrocinio de las mismas (Real Madrid, FC Barcelona, Arsenal)sino a los que tienen patrocinio de ricos de Naciones de ex-Urss, como Atlético de Madrid, Chelsea o Mónaco.
Gracias por el comentario.
Lo he pensado, el patrocinio no lo he querido tratar en el texto para no hacerlo muy largo, pero está claro que hay patrocinadores mejorables.