Para muchos, el fútbol es el regate, y viceversa: el regate es el fútbol. Sin embargo, es un fenómeno en peligro de extinción. Cada vez son menos los futbolistas que lo intentan o los entrenadores que lo permiten. Su registro decrece año tras año, y no solo en España. Este curso, Sofiane Boufal (Celta) lideró la clasificación de las cinco principales ligas europeas con 144 regates, 261 menos de los que hizo Messi en la temporada 2010-11.
El fútbol de escuadra y cartabón es lo que se lleva ahora. Lo dicen las estadísticas, por si había dudas. El extremo franco-marroquí del Celta terminó la Liga con algo más de cuatro regates por partido. En la 2010-11, Messi promedió 12,27 por encuentro. Otra cuestión es la zona del campo donde se regatea y la eficiencia de las filigranas. En 2.098 minutos, Boufal firmó tres goles y cuatro asistencias. Es decir, intervino en el 13% de los goles de su equipo (53). En la temporada 2010-11, Messi transformó nada menos que 31 goles y dio 18 asistencias en 800 minutos más.
For me, the best ever@sosoboufal19 pic.twitter.com/pbRwj29B4h
— Connor? (@ConnorHarper7_) May 21, 2019
Hoy Messi promedia más o menos los mismos goles y las mismas asistencias: 36 y 15. Sin embargo, sus regates se han reducido. Esta vez, ha quedado segundo en la Liga por detrás del propio Boufal, con 134: 51 menos que en la campaña anterior y 136 menos que en la temporada 2016-17, cuando también fue el segundo máximo regateador por detrás de Neymar (349). En años anteriores, Messi había sumado 381, 374, 406 o 405 regates.
En la temporada recién terminada, en España, el tercer lugar entre los máximos regateadores lo ocupó el jugador del Eibar Fabián Orellana, con 81. Por detrás quedaron Morales (69), Dembelé (68), Rochina (64), Muniain y Correa (63), Coutinho (51), Lemar (48), Benzema (47) o Vinicius (41 en 18 partidos), entre otros.
El declive del regate no solo se produce en la Liga. También sucede en la Premier, la Ligue 1, la Bundesliga y la Serie A.
En Inglaterra, el máximo regateador fue Eden Hazard, con 138 (en la temporada 2013-14, hizo 313), respaldados por 16 goles y 15 asistencias. Sterling y Salah se quedaron en 82 y 81, respectivamente. Por su parte, Deulofeu (Watford) fue el español que más regateó en la Premier: 47 veces.
Allen Sait-Maximin, del Niza, realizó el mismo número de regates que Hazard. Es decir, 138. Sin embargo, su relación con el gol nada tiene que ver con la del belga. Mientras el jugador del Chelsea participó directamente en 31 goles en 37 partidos, el francés lo hizo en diez (seis tantos y cuatro pases de gol). Para encontrar a Neymar en la Ligue 1, hay que bajar hasta la décima posición, con 75 driblings. Eso sí, esta vez solo ha disputado 17 partidos de liga con el PSG por lesiones (15 goles y 8 asistencias). De todas formas, en la 2017-18, y en solo tres partidos más, regateó 142 veces. En los últimos meses de competición, su compañero de equipo Mbappé alcanzó los 64.
En Alemania, sin Sané (221, en la 2015-16) y Dembelé (218, en la 2016-17), otro joven futbolista del Borussia Dortmund se ha proclamado máximo regateador: Jadon Sancho logró 113. Además, respondió con 12 goles y asistió en 17 ocasiones. El segundo fue, precisamente, el hermano de Eden Hazard, Thorgan (71), fichado en el presente mercado de verano por el Dortmund (proveniente del M’gladbach). El primer español en la lista es Thiago Alcántara (Bayern), con 57 regates.
La pandemia se expande gravemente en Italia. El centrocampista Rodrigo De Paul (Udinese) fue el máximo regateador con solo 81 casos de éxito. En la 2016-17, Felipe Anderson consiguió 274 y en la 2015-16, Franco Vázquez, 332. De hecho, este año, el español Suso (Milan) fue el séptimo con 61 (en la 2016-17, fue segundo con 188), los mismos que el defensa lateral Cancelo (Juventus). Cristiano Ronaldo realizó 45: no más de 1,45 regates por partido. Dybala hizo cuatro más en dos encuentros y 642 minutos menos. No obstante, con el paso del tiempo, el portugués siempre fue, sucesivamente, de más a menos: 230, 211, 255, 147, 131, 103 y 31 (su última temporada en el Real Madrid).
Los datos son los que confirman la veracidad de lo que se quiere transmitir.Enhorabuena Marcos.