No me concedo demasiado mérito (ninguno, para ser exactos), pero lo pensé cuando Griezmann anunció su salida del Atlético. No en el preciso momento, aclaro, sino algo después, tampoco mucho. Al principio creí, como todo el mundo, que Griezmann se marcharía al Barça porque así lo había acordado el verano anterior. Esa sigue siendo la opción más probable, pero sospecho que no la única. Recuerdo que la noche de autos José Ramón de la Morena preguntó al respecto a los directores del Sport y El Mundo Deportivo y ni Ernest Folch ni Santi Nolla dieron por hecho el traspaso al Barcelona. Es más, manifestaron dudas, incluso críticas hacia el jugador después del numerito de La Decisión. Fue entonces cuando lo imaginé de blanco.
En la víspera de la final de Copa, Messi estuvo esquivo y algo molesto cuando le preguntaron por Griezmann, lo que se puede entender como una reacción normal o no tanto. Ha pasado el tiempo y desde Barcelona siguen sin llegar noticias sobre la operación. En mitad de esa indefinición no parece descabellado imaginar la irrupción del Real Madrid, que anda en busca de estrellas que le den lustre a su revolución. Añadamos, aunque pudieran ser detalles nimios, que Zidane es francés, tanto como Benzema, y que Griezmann se declaró madridista en tiempos pretéritos.
La asociación no requiere grandes dotes detectivescas y ya la han manejado otros compañeros. De no poder fichar a Mbappé o Neymar, el único golpe de efecto sería la contratación de Griezmann. Por primera vez el Real Madrid (léase Florentino) arrebataría un jugador al Atlético y al Barça al mismo tiempo, y conociendo al presidente el dato no habrá pasado inadvertido.
Es verdad que Florentino Pérez se apresuró a negarlo en la entrevista que le hizo De la Morena en la noche del lunes, diría que de manera más rotunda que otras posibilidades, pero ya sabemos cómo son estas cosas. Nada excita tanto a un presidente con dinero como sorprender a los periodistas.
¿Necesita el Real Madrid a Griezmann? La pregunta sobra en tanto en cuanto las consideraciones deportivas no proceden en este caso. Habrá quien dude de su encaje con Hazard y quien opine que los buenos futbolistas siempre hacen falta. Pero insisto. No es esa la cuestión. Hace tiempo que dejó de serlo. El objetivo es ilusionar al madridismo (a una parte, ignoro si mayoritaria) y ganarse el centro del escenario. Desde ese punto de vista, Griezmann lo tiene todo. Y de lo demás se tendrá que encargar el entrenador, el actual o el próximo.
El asunto resulta todavía más apasionante porque ni Mbappé ni Neymar parecen objetivos inalcanzables. Eso se desprende en los últimos días de las declaraciones del delantero francés y de la resignación del entrenador del PSG, Thomas Tuchel: “No puedo prometer que seguirán en el equipo”. El resultado es que el mercado, antes vacío de grandes talentos, se ha llenado de pronto de futbolistas excelentes.
La otra novedad es que el dinero no será el único argumento de persuasión. El Real Madrid dispone de jugadores que podrían formar de las operaciones y hasta convertirlas en trueques con compensaciones menores para un lado u otro. Me explico: dudo que el Manchester United no acepte cambiar a Pogba por Bale. O que el PSG no se sienta atraído por una oferta por Neymar que incluya a Benzema, Isco y Sergio Ramos. Añadan algún otro jugador a la cesta si el objetivo es Mbappé. Asensio podría ser otro cromo codiciado. Y quien tenga buen ojo también concederá importancia a futbolistas como Ceballos, Marcos Llorente o Reguilón.
Para hacerlo todavía más interesante, el Barcelona entrará en el mercado con el reclamo de Coutinho y la carta escondida de Dembelé. Y no olvidemos al Bayern o al United, también en plena reestructuración, o al propio PSG, necesitado de un cambio.
Tal vez Griezmann se imaginó el pasado año la última Coca-Cola del desierto, pero ahora ya no lo es. La estantería está llena y el primer gran movimiento provocará los siguientes.
La duda es cómo gestionará el Real Madrid (léase Florentino) la nueva situación. Durante un tiempo demostró su habilidad en las pujas, pero el escenario es distinto. Este verano es más importante saber cambiar cromos que gastar dinero. Entender de fútbol antes que de marketing. Solo espero que cada vez que se mire al espejo la secretaría técnica le asesore convenientemente.
Florentino puede negar – ya lo hizo, hasta 3 veces: Never, never, never.
Y ya sabemos dónde acabó aquello.
Hace algo un mes el mercado ofrecía poca cosa para el Madrid, Hazard que parece está hecho , la posible opción de mercado de Erikssen, las dudas calidad-precio de Jovic y se supone que Pogba como petición/exigencia de Zizou, pero en 20 dias todo ha cambiado , Mbappe se pone el solo en el mercado y si no es él pone a Neymar, Griezman que parecía tenerlo hecho con el Barça ahora parece que no , Dybala sale a la venta y veremos si del perdedor de la final no sale algún nombre también . En ese mercado es donde Florentino es feliz … veremos a ver que pasa, de momento ,¡¡¡ minipunto para Juanma !!!.
Lo mejor del artículo, sin duda, su última frase.
Una de las cosas que nos asegura el éxito es la oportunidad. La oportunidad es el momento en que se realiza una acción.
En el caso de Grizman,ya se ha fallado en ese concepto, de hecho hoy vale 20 millones más y sobre todo,arrastra una ficha más cara que el año pasado,además de ser un año mayor que para un delantero es más preocupante.
Dicho lo cuál,el Madrid tiene puestos que urgen soluciones,demasiados diría yo y otros con sobresaturación ,precisamente en el puesto de Grizzman .
Ya veremos como acaba, pues viendo a Zidane y su empeño en arreglar lo roto y desechar los repuestos,además de su querencia a jugadores franceses , la verdad es que no me sorprendería