Juan José Jiménez (Cádiz, 1957) dice que tiene “muy mala memoria”, pero toda una generación recuerda a Sandokán. No inspiró ninguna de sus aventuras ni protagonizó la serie de mediados los 70, pero solo hace falta revisar imágenes suyas de la época para descubrir que perfectamente pudo haberlo hecho. Juan José tiene tan mala memoria que ni siquiera se sabe el nombre de sus sobrinos recién nacidos. A su favor argumenta que no tiene “contacto” con ellos. Sin embargo, con Jorge Mágico González tampoco guarda relación y, a pesar de haber “conocido a muchos futbolistas”, su talento le resulta inolvidable. En Cádiz, ambos coincidieron durante seis temporadas. En su presencia, Mágico nunca llegó tarde a un entrenamiento ni se quedó dormido. “Quizá el jet lag le duró dos o tres años”, explica con guasa. En 1991, uno colgó las botas y el otro tomó el avión de regreso a su país natal. Su gran amistad con Lola (así es como llamaba al salvadoreño, por su parecido con Lola Flores) y el regate que le hizo Maradona lo hicieron famoso. “Mientras la gente se va yendo, yo sigo en la historia”. La temporada 1982-83 del Real Madrid también pasó a los anales como la de las cinco finales perdidas, «aunque es peor ahora: quedarte en blanco, sin hacer nada”.
—Mágico y tú apenas os lleváis un año de diferencia. Ambos terminasteis vuestras etapas en el Cádiz la misma temporada. ¿Se despidió cuando se fue?
—Sí, claro. Éramos bastante amigos.
—¿Mantienes el contacto con él?
—No. Los horarios allí son distintos. Son muchas horas de diferencia. Es casi imposible contactar con él.
—Dicen que es un poco escurridizo.
—Allí, sí. Eso me han dicho algunos periodistas. Que es muy difícil localizarlo. Que lo tienen al lado y después desaparece y ya no lo ve nadie. Las cosas de Jorge.
—Pocas veces un club de fútbol se ha identificado tanto como el Cádiz con Mágico. Un jugador que además no era de la casa. Su hogar, sin ir más lejos, estaba a miles de kilómetros. Con un océano de por medio.
—Hombre, es que Mágico era el mejor jugador del mundo. Era un crack. Fue un placer jugar con él. Porque, además, jugando con él siempre tenía que estar pendiente. Te hacía pases que no te esperabas. Siempre tenía que estar al pie del cañón.
—Fuiste de los que mejor congenió con Jorge. Le llamabas Lola, por Lola Flores.
—Él se llevaba bien con todo el mundo. Lo que pasa es que la gente de provincias se iba y los de Cádiz, como yo, nos quedábamos. Nos íbamos a tomar algo después del entrenamiento o después de partido. Él venía a comer a mi casa, porque vivía solo. Otras veces comíamos en la calle. Era un tío excepcional.
—También ibais juntos al banco o de compras.
—Sí. Igual se compraba ropa, dos o tres vestimentas, se la ponía varios días y luego desparecía. Incluso en unos carnavales, me compré un disfraz y él otro y a la siguiente semana, que también era carnaval, me regaló su disfraz.
—Tienes muchas anécdotas con él.
—Cuando estábamos más juntos era en las concentraciones. En los viajes, menos. Porque ahí era cuando él aprovechaba para echarse la americana por lo alto y dormir.
—Dicen que se quedaba dormido en el vestuario.
—Yo el tiempo que estuve aquí con él, nunca lo vi dormido en el vestuario. Quizá cuando vino, que yo estaba en el Madrid, pues puede ser que le afectara el cambio horario. Las temporadas que estuvo conmigo nunca llegó tarde. Siempre era el primero corriendo. Muchos dicen que son amigos de Mágico González y que han estado con él tomando cervezas. Hay mucho bulo de por medio.
—Pero aun así, hay testimonios de conocidos y de personas que también jugaron con él que lo reconocen. Pepe Mejías le hacía de acompañante y se encargaba de que asistiera a los entrenamientos.
—En esos años también tenía cocinero. Pero yo no lo viví eso con él. Cuando vine al Cádiz después del Madrid, no tuvo ninguna falta a un entrenamiento. Corríamos por la playa y era el primero. Por eso digo que igual fue el cambio cuando vino de El Salvador. Quizá el jet lag le duró dos o tres años (risas).
—En la etapa de Manuel Irigoyen de presidente, pagaba más en multas de lo que cobraba.
—De todas formas, antes te multaban por nada. El club hasta te descontaba del sueldo las tarjetas. En aquella época, si te faltaba un pantalón de deporte, que cualquiera lo podía haber cogido, también te lo descontaban. No había tantas marcas publicitarias. Daban lo mínimo. El Cádiz estaba en Primera, pero también estuvo en Segunda antes de que viniera Mágico. En el ascenso de Elche no llevábamos ni publicidad ni el escudo del Cádiz en la camiseta.
—Tampoco se pagaba lo que se paga ahora. A posteriori, tú también tuviste problemas económicos.
—No, claro. Yo en el año 91, cuando me retiré, cobraba una miseria. Ahora, me parece bien que se cobre todo lo que se pueda cobrar. Antes no se ganaba tanto dinero con el fútbol.
—Hay pocos futbolistas de tu época que vivan de lo que ganaron entonces.
—Hay muy pocos. Si lo analizas, es bastante difícil que alguien haya podido guardar algo. Los de mi época están por ahí haciendo su vida, trabajando en otros sitios.
—Como es tu caso.
—Yo he trabajado de todo. En Navantia, en la central térmica, en las torres de electricidad de Cádiz, quitando el cableado… Donde he podido trabajar, he trabajado. De hecho, tengo 37 años cotizados. Antes de jugar al fútbol también estaba trabajando. Ahora ya estoy jubilado.
—Mágico jugó con Maradona durante una gira con el FC Barcelona (2 partidos). ¿Su modo de vida le cerró puertas?
—No. A él le gustaba mucho jugar al fútbol, pero no le gustaba tanta presión, tanta gente. De hecho, me parece que se quedó dormido en una de las convocatorias con el Barcelona y no fue. Después estuvo cedido en el Valladolid, hizo goles, pero creo que le cayó mejor la zona de Cádiz, donde es un ídolo.
—Fue feliz en Cádiz.
—En Cádiz encontró la horma de su zapato.
—¿Cómo era el uno contra uno de Mágico, La culebrita?
—Eso era increíble. Sabiendo que te la iba a hacer, te la hacía. Nos la hacía a nosotros también en los entrenamientos. En el momento que cogía la pelota, te podía salir por cualquier lado. Jugaba con las dos piernas y esa es una ventaja bastante grande para un futbolista.
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—Tú has jugado contra Maradona, has sido entrenado por Di Stéfano, ves jugar a Messi. Tres de los mejores jugadores de la historia del fútbol. ¿Mágico era mejor que alguno de ellos?
—Mejor que Messi y mejor que Maradona. Maradona llegó a admitir que Mágico González era el mejor. Además, jugaba con las dos piernas. Maradona era zurdo y Messi también lo es. Entonces, al jugar con las dos piernas tenía muchas más posibilidades de regate y de tiro. Que Maradona dijese que Mágico era el mejor jugador tiene que valer para algo.
—Tú también lo piensas.
—Yo sí. Era increíble.
—Además, a Maradona lo sufriste en tus propias carnes. Uno de sus regates más famosos te lo hizo a ti.
—Sí, me lo hizo a mí, por eso me hice famoso (risas). Fue una jugada más de un partido, como si te hacen un caño. Fue un Real Madrid-Barcelona en el Bernabéu. El gol de Maradona fue el 0-2, aunque al final terminamos 2-2. Fui a cubrir el balón para evitar el gol y me regateó. Nunca fui con la intención de lesionar a nadie. De hecho, en mi vida profesional, nunca lesioné a ningún futbolista.
—Te harías daño en el golpe con el palo.
—No, no. No llegué al palo, para eso están las manos. Si me doy con el palo, no me levanto (risas).
—Son situaciones que igual no tienen mucha trascendencia, pero que al final con los vídeos la gente es lo que acaba recordando.
—Para mí, mejor. Eso va a perdurar. Dicen que para lo bueno o lo malo que hablen de uno. Mientras la gente se va yendo, al final, yo sigo en la historia. Porque, aunque yo me muera, seguirán saliendo esas imágenes. Ojalá algún nieto las pueda ver.
—¿Cómo de fuerte es tu vinculación sentimental con el Real Madrid?
—Indudable. Siempre he sido del Real Madrid, he jugado en el Real Madrid y sigo perteneciendo al Real Madrid. Soy empleado del club desde hace tres años. Voy a los aniversarios de las peñas, a inaugurar sedes. Haciendo un poco de representante del Real Madrid. Disfrutando.
—No tanto como el Cádiz.
—Al Cádiz lo sigo a muerte. Fue el primer club de mi vida. Jugué siete temporadas en Primera con el Cádiz. Ahora, al viajar los fines de semana con el Madrid, me pierdo muchos de sus partidos.
—En las tres temporadas que estuviste en el Madrid, coincidiste con Del Bosque, Camacho, Santillana o Juanito.
—Con Juanito tenía mucha amistad. Casi siempre andábamos juntos Juanito, Pineda y yo. Él estuvo aquí en mi casa en Cádiz y yo estuve con él en Fuengirola. Fui a Tarifa a acompañarlo a un homenaje. En fin, teníamos un vínculo bastante bueno. Incluso salíamos juntos con las mujeres allí en Madrid. De hecho, cuando llegué yo a Madrid me iba a ir a un piso alquilado y él me dejó el suyo y el coche de su mujer. Éramos como hermanos.
—Antes de ganar la Copa de la Liga y la Copa de la UEFA, sufriste la temporada 1982-83. La temporada de las cinco finales (Liga, Copa del Rey, Copa de la Liga, Supercopa y Recopa).
—Es peor ahora, no ganar nada y quedarte en blanco, sin hacer nada. No tuvimos la suerte de enganchar ninguna, pero llegar a cinco finales es un hito bastante importante. El fútbol es así. Hicimos una buena temporada, pero, a la hora de la verdad, perdimos los últimos partidos. La siguiente Liga también la ganó el Athletic empatado a puntos con nosotros. Estábamos ahí arriba siempre.
—Aquella temporada no tiene nada que ver con la crisis que está atravesando el equipo ahora.
—No, crisis no. Lo que pasa es que la gente se acostumbra a ganar. Siempre no se puede. Serían unas Champions muy aburridas, sin contrincantes. El Madrid ha tenido sus oportunidades. No se mereció el empate del partido de Copa contra el Barcelona, porque hizo mejor fútbol y atacó más. Luego está la cuestión de los goles. A raíz de ahí, en una semana se fue al garete todo. Pero en el 2015, hace cuatro años nada más, no se ganó nada tampoco y después vinieron tres Champions, más las Supercopas, la Copa y los Mundialitos.
—¿Hubieras tenido sitio en este Real Madrid?
—Eso nunca se sabe. Cada uno tiene su época, su estilo de juego. Nosotros jugábamos con un delantero centro, Charlie Santillana, que nos solucionaba muchas veces la papeleta. Pero el Madrid lleva unos años jugando sin delantero centro. La gente se mete con Benzema y lleva no sé cuántos goles en Liga y Champions. Le quitas el 9 a Benzema y le pones el 8 y la gente estaría contenta con él. Para la gente el 9 tiene que ser goleador. A mí me gusta mucho, porque tiene una buena visión de juego, baja a recibir, busca huecos, la espalda del contrario. Lo que pasa es que esta temporada también han faltado los goles de Cristiano.
—¿Qué te parece el regreso de Zidane?
—Me parece perfecto. Nadie daba un duro por él y luego se ganaron muchas cosas. Él necesitaba un relax. Como cuando uno está en casa agobiado y tiene que salir a dar una vuelta para despejarse para volver más tranquilo y relajado. Zidane se llevaba muy bien con los futbolistas, no tenía problemas con ninguno. Ponía a quien tenía que poner. Puede ser interesante su vuelta porque hay jugadores que no contaban para este entrenador o el de antes. Los futbolistas que andaban mal o que no querían jugar ahora tendrán que luchar. Es un aliciente más para el Real Madrid.
—Jugadores como Isco, por ejemplo.
—Con Isco están pasando cosas muy raras. No sé como ha sido el tema. Como hay muchos comentarios, uno ya no sabe a quién creer. El problema tiene que solucionarlo con el club y luego, supongo, que el entrenador hablará con él para ver si está a su disposición o si va a seguir al mismo nivel. Él no es el único que no ha estado bien. También ha fallado gente que no ha dado su mejor versión.
—Di Stéfano tenía fama de duro, de borde quizás. Un carácter más parecido al de Mourinho que al de Zidane. ¿Te hubiese gustado más la vuelta del portugués?
—No tiene importancia. Yo soy del entrenador que venga al Real Madrid. Lo que de verdad importa es que ganemos títulos. Zidane viene avalado, porque en tres años ha ganado nueve títulos. Hay diferencia, porque a Mourinho lo han echado los últimos dos o tres años de sus equipos. Zidane fue una pena que se fuera, todavía más en el momento en el que se fue.
Muy buen articulo deportivo.Generoso en informacion y exhaustivo el lis conentarios.Enhorabuena Marcos.
[…] José. Un gaditano con alias de personaje de Emilio Salgari. Con sus pelos –que no le falte la cinta– y sus barbas, la grada del Ramón de Carranza tuvo a Sandokán entre sus héroes. Llegó a jugar […]