La sensación de ser libre. La ruleta rusa de la escalada. Compartir unas horas con la muerte practicando uno de tus hobbies. Es posible que exista la muerte como un ser que vaga por el planeta seleccionando a quien le ha llegado el momento de desaparecer, pero también cabe la posibilidad de que se convierta en tu compañera de viaje. Y en ese momento en el que tu vida pende de escasos milímetros o de un paso en falso, es ella quien te ayuda a que continúes tu camino.
Free Solo es el documental que se ha llevado el Oscar este año. Y no es para menos. Este reportaje hace un excelso seguimiento a la vida de Alex Honnold, uno de los mejores escaladores del planeta. En el documental, Honnold detalla cómo se prepara para conseguir superar una obsesión. La escalada de El Capitán, una de las paredes más complejas de escalar. Ubicado en el parque nacional de Yosemite (California), el reto del estadounidense es subirlo una vez más, pero esta vez, en la modalidad de solo. Sin cuerdas, sin paracaídas, sin nadie que esté pendiente para rescatarte a tiempo. SOLO. Vivir o morir depende de colocar un pulgar o la uña del dedo gordo del pie en el sitio exacto.
Durante toda su preparación comparte su día a día. Vive en una furgoneta, gasta menos de 1000 dólares al mes, evita comer carne porque está concienciado con el medio ambiente y practica la escalada. Una vida simple, pero cargada emociones. Sin ningún lujo, pero con la necesidad de compartir unos minutos con la muerte.
Alex Honnold es metódico, tiene un poder de concentración increíble. Mientras él escala, tiene cámaras a su lado, un dron que le persigue y hasta algún pájaro que pasa cerca de él para desearle suerte. En ese momento, en el que cualquier cosa le puede distraer y puede perder la vida en el intento, te das cuenta de lo que va a conseguir (y no es un spoiler, ya que en el primer plano te destripan el final). Por momentos te dan ganas de ponerte unos pies de gato e irte a trepar por el primer montículo de arena que te encuentres al salir de casa. Por qué no mandar todo al carajo, comprarte una caravana e intentar llevar una vida simple pero a la vez intensa. Mientras te va animando a probar algo salvaje, algo que te haga sentir vivo, él va subiendo los casi 1000 metros que tiene El Capitán.
La obsesión crece según avanza el documental. Tras su primer intento fallido, es cuando llega la verdadera obsesión. Entrena más, estudia al milímetro la ruta, cada grieta, cada resquicio de la montaña. Se aprende cada movimiento de memoria hasta que sabe que ha llegado el momento. Es en ese instante cuando pone fin al reto más importante de su vida, hasta ahora.
La otra cara, la del miedo, la muestran los que están a su alrededor. Sus propios cámaras tienen sus minutos de protagonismo cuando él se encuentra en la Boulder Problem (una de las partes más difíciles de la ruta). Estos retiran la mirada, asustados, como si fuesen ellos los que se encuentran a 600 metros de altura. Al mismo tiempo, su pareja, Sanni McCandless, traga saliva y sufre como nadie, porque sabe que puede ser la última vez que le vea. Tras tanto sufrimiento, estallan de felicidad cuando Alex logra su reto. La dicotomía entre los que temen a la muerte y aquellos que saben que, de una forma u otra, cuentan con su beneplácito, hace de Free Solo un documental intenso en el que chocan entre sí mil sensaciones diferentes.
Muy buen artículo y muy bien definidas las sensaciones, pero si quieres trepar ve a una pared, no a un montículo de arena.