Con el Mundial de Japón que se iniciará el próximo mes de septiembre en el horizonte de todos los combinados, el Francia-Gales de hoy viernes en el Stade de France de París (21 horas) servirá para inaugurar el legendario Torneo VI Naciones, que alcanza en este 2019 su 125ª edición, la vigésima con el actual formato de seis selecciones.
Tras un magnífico año 2018 coronado con la segunda victoria de su historia ante Nueva Zelanda, Irlanda, actual vencedora del torneo, del Grand Slam y de la Triple Corona, parte como favorita para repetir entorchado, si bien deberá luchar contra los antecedentes: el XV del Trébol únicamente ha conseguido ganar el torneo más prestigioso del hemisferio norte en una ocasión cuando coincidía con año de Copa del Mundo. Fue, precisamente, en la última edición del Mundial, en 2015, un año que fue justo también la última vez que los irlandeses, grandes dominadores en la actualidad del VI Naciones con tres títulos en el último lustro, repitieron campeonato de forma consecutiva. El conjunto entrenado por el neozelandés Joe Schmidt, que dejará su puesto tras la cita mundialista en Japón, debutará mañana en el Aviva Stadium ante Inglaterra en un encuentro que puede ser prácticamente definitivo para quitar a los ingleses de la lucha por el primer puesto. El renqueante Johnny Sexton, con molestias en un tendón de la rodilla desde finales de diciembre, parece que será de la partida para liderar a Irlanda en el Millennium Trophy, la primera prueba de nivel de un calendario con tres partidos a domicilio y en el que tendrán que visitar el BT Murrayfield de Edimburgo (jornada 2) y el Principality Stadium de Cardiff (jornada 5).
Precisamente, a priori ese encuentro en la última jornada en la capital galesa entre Gales e Irlanda parece designado a ser el partido que decida el campeón de este Torneo VI Naciones. Junto al XV de La Rosa, los Dragones se sitúan en un segundo nivel de favoritismo tras sumar dos subcampeonatos en las últimas tres ediciones. En el último año también del neozelandés Warren Gatland como entrenador, los galeses atraviesan por un momento de forma casi tan dulce como los irlandeses (cuatro victorias para Gales en los tests de noviembre, incluidos triunfos de mérito ante Australia y Sudáfrica) y cuentan con un factor a su favor en la lucha por el torneo ante la citada Irlanda e Inglaterra: su calendario es más benévolo. Tanto Inglaterra como Irlanda tienen que viajar a Cardiff, mientras que sólo la visita al BT Murrayfield de Edimburgo en la jornada 4 parece un escollo ligeramente complicado para los galeses.
Mientras, Inglaterra, el tercero en discordia en la lucha por el campeonato, espera recuperar, tras su nefasto VI Naciones del año pasado, la versión estelar de los entorchados del 2016 y el 2017 con el australiano Eddie Jones al mando, el primer seleccionador extranjero en la historia del combinado inglés que también podría dejar su cargo tras la disputa del Mundial. Inglaterra, que en la edición anterior perdió hasta la Calcutta Cup por primera vez desde 2008, tiene a su alcance el triunfo en los tres partidos que disputará en Twickenham, pero cuenta con un importante hándicap en la lucha por el trofeo: los dos encuentros determinantes para el título ante Irlanda y Gales los disputará a domicilio. Un importante inconveniente para los Owen Farrell y compañía que tienen, además, la vista puesta más a largo plazo, en ese Mundial de Japón en el que tienen que hacer olvidar su Mundial de 2015, en el que quedaron vergonzosamente eliminados como anfitriones en la primera fase. No en vano, cabe recordar un apunte: Inglaterra es el único país del hemisferio norte que sabe lo que es proclamarse campeón del mundo, tras su entorchado en Australia 2003.
Por su parte, Escocia, que ha conseguido meter a dos de sus equipos en los cuartos de final de la Champions Cup (Edinburgh Rugby y Glasgow Warriors; domina Irlanda con tres equipos clasificados, Leinster, Munster y Ulster), parte como lejano cuarto favorito al título merced a su más que evidente mejora en el juego en los tres últimos años, si bien los escoceses no terminan más arriba de la tercera posición desde que se proclamaron campeones en el año 1999, la última edición con el formato de cinco selecciones. En esta edición, el XV del Cardo tiene un calendario más o menos asequible (recibe a Italia, Irlanda y Gales; visita a Francia e Inglaterra), pero sus precedentes no son nada halagüeños: desde que venciera al XV del Trébol en Dublín el 20 de marzo de 2010, los escoceses únicamente han vencido a Italia lejos de Murrayfield. Demasiado lastre para un joven combinado que progresa adecuadamente, pero al que todavía le falta para poder llegar a ser campeón.
Por último, ya fuera de las Islas Británicas, los dos representantes europeos de la parte continental afrontan el VI Naciones condenados a pasar desapercibidos. Muy lejos de su mejor versión desde hace demasiados años (su último título fue en el año 2010), Francia inicia claramente este año un relevo generacional de cara al Mundial del 2023, en el que será la anfitriona. Los galos, dos veces subcampeones mundiales, siempre han conseguido llegar a la final de la Copa del Mundo cada tres ediciones, por lo que, de repetirse esa fórmula, en Francia 2023 les tocaría de nuevo llegar a la final tras las del Mundial de 1987, el Mundial de 1999 y el Mundial de 2011. Lejos de cualquier cábala azarosa, los franceses afrontan este VI Naciones sin tiempo para la contemplación, ya que sus únicos dos encuentros en el Stade de France son ante Gales y Escocia, tienen que visitar Twickenham y el Aviva Stadium y cierran su participación en la última jornada en el Olímpico de Roma quién sabe si jugándose la cuchara de madera con el país transalpino.
Porque la única certeza que una vez más nos deja el inicio del VI Naciones es que la Italia del irlandés Conor O’Shea parte otra edición más como máxima favorita para ocupar el último puesto por decimocuarta ocasión en sus veinte participaciones, cuarta de manera consecutiva. Los italianos, que acumulan diecisiete derrotas consecutivas en el torneo desde que vencieron el 28 de febrero de 2015 en Murrayfield a Escocia (19-22), tienen un calendario descorazonador (Gales e Irlanda visitan Roma, mientras que los transalpinos viajan a Escocia y a Inglaterra) antes de concluir el torneo con el citado encuentro ante Francia. Eso será ya el próximo sábado 16 de marzo, día en el que, después de un mes y medio de competición, la 125ª edición del Torneo VI Naciones de rugby tendrá un nuevo campeón en su palmarés.
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