En cualquier actividad de la vida está presente el talento. Hablamos de hombres y mujeres que sobresalen sobre los demás en cualquier faceta. Que son capaces, gracias a sus capacidades, de dar soluciones inusuales a cualquier problema que se les presente, con unos percentiles inalcanzables para el resto de la población. Y por desgracia, para el que carece de él, el talento no se adquiere, se lleva desde la cuna.
Y como no podía ser de otra manera, en el fútbol también existe el talento del jugador. Pero aquí es un poco más complicado. Sencillamente, porque no hablamos sólo de talento sino de talentos: el físico y el técnico. Y sólo los más grandes de este deporte han sido capaces de reunir en una alianza ambos conceptos y llegar a lo que muchos aspiran y sólo los elegidos consiguen la excelencia. Hablamos de Pelé, Maradona, Di Stéfano o Johan Cruyff, por citar algunos… Y por supuesto, los contemporáneos Messi y Cristiano.
Dicho esto, voy a explicar en qué afecta la carencia de alguno de estos talentos en dos jugadores del Real Madrid que, por diversas circunstancias, están de gran actualidad. Hablo de Marcelo e Isco. El brasileño está muy cuestionado por su rendimiento y sus constantes lesiones musculares. Isco no goza de la titularidad que el desearía y esta situación provoca numerosos debates.
Es incuestionable que ambos son talentos técnicos que dominan con seguridad todas las acciones en las que el balón es el protagonista: controles, golpeos, pases, centros, etc. Pero resulta que en un partido de fútbol cada jugador disfruta del balón no más de 2 minutos. ¿Qué hace los 88 restantes? Se le reclama entonces su talento físico. Y ahí está el problema.
Su porcentaje es muy bajo. No son veloces, no son potentes, su consumo de oxígeno para repetir esfuerzos de alta intensidad es muy bajo, necesitan recuperar más de 20 segundos que es el margen que la competición les regala antes de un nuevo esfuerzo. Su IMC (porcentaje de masa corporal) es alto, lo que ocasiona que su peso aumente en el momento que aparece la inactividad. Y como consecuencia su fuerza relativa (potencia por kilo corporal ) disminuya.
Y en el fútbol actual un porcentaje alto de estos percentiles físicos influyen no solo en el desarrollo del juego, sino en muchas ocasiones en el resultado. Lo vimos en el reciente partido de Liga en San Mamés entre el Athletic y el Sevilla. Iñaki Williams, el joven delantero del Bilbao, recorrió 55 metros en conducción (a una velocidad de 34,5 km/h) y con la frescura suficiente que le permitió su talento físico para el golpeo y hacer gol y protagonizar la victoria de los leones.
¿En Marcelo e Isco es posible que su porcentaje bajo de datos objetivos en capacidades condicionales fundamentales (resistencia, fuerza y velocidad) tengan una influencia determinante en su situación? No lo sé. Lo que me consta es que todos estos datos los maneja el cuerpo técnico del Real Madrid que cada semana debe informar al entrenador para elaborar las alineaciones.
Y lo que es incuestionable y está fuera de cualquier debate es que el talento físico en fútbol es fundamental para el desarrollo del talento técnico.
Toda la razón.