Un nuevo cambio generacional se avista en la NFL. Los quarterbacks de la última gran generación se han hecho mayores y una nueva oleada de jóvenes talentos empiezan a deslumbrar en la liga. Los que en su día jubilaron a los Dan Marino, John Elway, Joe Montana o Bett Favre ven ahora a una nueva generación de novatos que poco a poco les irán retirando de sus puestos de trabajo.
En 1998, una nueva camada de quarterbacks entraba en la NFL. Era una generación plagada de talento y que tuvo su gran año en el draft de 2004. Desde 1998 con la selección de Peyton Manning, ganador de dos anillos (Colts 2006 y Broncos 2015) hasta Flacco en 2008, que también levantó el Vince Lombardi (Ravens 2012), aquella gran generación ha ganado 14 veces la Superbowl.
Tom Brady es el mejor proyecto de esa generación. Sin ser elegido entre los primeros y aunque nadie confiase en él (selección 199º del draft por New England Patriots), el quarterback de la franquicia de Boston ha conseguido cinco títulos para los de Massachusetts. Ben Roethlisberger o Eli Manning son los siguientes en la lista, con 2 anillos cada uno para su equipo. El primero ganó en 2005 y 2008; el segundo, las finales de 2007 y 2011, convirtiéndose hasta el año pasado en el único quarterback que había conseguido derrotar a Brady en una Superbowl. Brees y Rodgers se unen también a la lista junto a Flacco. Los tres jugadores llevaron a su franquicia al éxito tan solo en una temporada (Brees con los New Orleans Saints en 2009 y Rodgers con Green Bay Packers en 2010).
Carr, Romo, Vick, Alex Smith o Philip Rivers son algunos de los nombres de aquella excelente generación que no han conseguido salir campeones de la NFL. Rivers tiene la oportunidad de hacerlo esta campaña, ya que los Chargers se encuentran disputando las finales divisionales. En los cuatro partidos de esta semana, los quarterbacks millennials y la vieja guardia se enfrentan en su carrera a la Superbowl LIII, en lo que van pareciendo ya las últimas bocanadas de la gran generación que empezó en el año 98 con Manning.
Y es que es en 2016 cuando los primeros quarterbacks de esta generación millennial empiezan a aparecer en la NFL. Aquel año, Goff (puesto 1), Wentz (2) y Prescott (135) llegaron a la liga en busca de establecer un nuevo reinado. Los tres, desde entonces, han llevado a sus equipos dos temporadas a los playoffs y, en el caso de Wentz, ya ha sido campeón de la NFL. Al año siguiente, Trubisky (2), Mahomes (10) y Watson (12) llegaron a la NFL para coger las riendas de los Bears, Kansas City Chiefs y Texans y, un año más tarde, los tres han clasificado a sus franquicias para la postemporada. Además, Mahomes logró dar 50 pases de touchdown esta temporada: Brady tardó 8 años en conseguirlo y Peyton Manning, 16, si bien dejó el récord en 55. Mahomes, en su segunda temporada, la primera como titular, ya ha conseguido situarse a tan sólo cinco pases de esa marca.
En cualquier caso, fue en el último draft cuando se provocó el quarterback boom de esta generación. Por segunda vez en la historia del draft, junto con el del año 1999, hasta cinco jugadores de esta posición fueron elegidos en la primera ronda: Baker Mayfield (1, Cleveland Browns), Sam Darnold (3, New York Jets), Josh Allen (7, Buffalo Bills), Josh Rosen (10, Arizona Cardinals) y Lamar Jackson (32, Baltimore Ravens). Los cinco han debutado esta temporada en la liga y todos han conseguido hacerse con el puesto de titular. Curiosamente, el último que consiguió empezar como titular, Lamar Jackson, ha sido el único que ha llegado a los playoffs. Además, se convirtió en el quarterback más joven en disputar un partido de la postemporada. Y todavía hay más, ya que las últimas píldoras de esta nueva generación están ahora mismo despuntando en la liga universitaria:
Trevor Lawrence
En todas las comidillas, cafés y cenas familiares en los Estados Unidos se está hablando de él. A sus 19 años y siendo jugador freshman (jugador de primer año universitario) ha conseguido llevar a la Universidad de Clemson al título de la NCAA, un logro que solo había conseguido Jamelle Holieway en 1985 con Oklahoma Sooners (Tua Tagovailoa también ganó la final el año pasado con Alabama siendo freshman, si bien saltó al campo desde el banquillo tras reemplazar en la segunda mitad a Jalen Hurts). Todavía le quedan dos años más como universitario para poder dar el salto a la NFL, pero en su primer año ya ha demostrado muchas cosas. Su 1,98 de estatura y sus 97 kg de peso, muestran su gran planta como quarterback. En su etapa de instituto, Lawrence consiguió sumar casi diez mil yardas de pase, dando 120 touchdowns.
Mike Farrell, ojeador de talentos para Rivals, cree que Trevor Lawrence es el mejor proyecto de quarterback que ha visto en su carrera: «Es la combinación perfecta de todo lo que necesita un jugador para triunfar en su posición. El tamaño, su potente brazo, su precisión, su visión y su movilidad son perfectas». Mike Farrell argumenta que siguió a jugadores como Stafford o Vince Young, pero que Trevor Lawrence es diferente. De momento, en su primer año universitario, ya ha levantado el trofeo de la NCAA tras derrotar a Alabama por 44 a 16 y le quedan dos años más para seguir pulverizando todos los récords.
Tua Tagovailoa
En el draft de 2020, seguramente, tendremos la oportunidad de ver cuál es la franquicia que lo elige. Algo inusual en su posición es la característica de ser zurdo, muy pocos quarterbacks han lanzado con la mano izquierda. Pero aunque sea la mano menos dominante en este deporte, no se le da nada mal. 3.507 yardas y 52 pases de touchdown le avalan. Desde niño recibía constantes broncas por saltarse las oraciones familiares o por romper las ventanas de su casa por estar jugando con el balón, pero lo que nadie sabía es que poco a poco se estaba formando una estrella. Sus movimientos en el pocket, su fuerza en el brazo y su visión, le hacen un quarterback muy completo.
El entrenador de Clemson, Dabo Swinney, habló antes de disputar la final de la NCAA del joven quarterback de Alabama. Sus piropos hacia el jugador fueron inmejorables: «Tiene un poco de Favre y otro poco de Vick, es muy bueno. Es preciso en el pocket y en sus movimientos. Él solo incendió la defensa de Oklahoma (en las semifinales del College National Playoffs Championship)». Uno de sus ídolos es Mariota, con el que comparte lugar de nacimiento. Según él, es su ejemplo a seguir y en el que se ha fijado para realizar todos sus movimientos. Actualmente, ya tiene un campeonato y un subcampeonato de la NCAA, y todavía cuenta con un año universitario más en el que se formará e intentará redimirse de la derrota del pasado lunes y llevar a Alabama de nuevo al título.
Justin Herbert
Su presencia dentro del pocket, la fuerza de su brazo, la precisión de sus pases, todo esto, sumado a su movilidad, son las razones por las que muchos de los scouts de la NFL le valoran como uno de los quarterbacks con más futuro. Muchas franquicias han preguntado por él esta temporada. Oakland Raiders, New York Giants o Jaguars son algunas de ellas. El joven quarterback de la Universidad de Oregon y, además, criado en la ciudad de Eugene (la ciudad más grande del Estado de Oregon) ha decidido seguir aprendiendo un año más, acabar el ciclo universitario y salir al draft en el año 2020.
Josh Allen, que fue elegido por los Bills la temporada pasada, también eligió quedarse un año más en la NCAA. Con un equipo con mucho menos nivel, sus estadísticas se vieron afectadas, pero como jugador, muchos scouts universitarios afirman que «mejoró como líder y, como jugador, superó la adversidad de jugar con un equipo con menos talento«. Esto mismo puede pasarle a Herbert y no sería nada malo. Entrenadores suyos cuentan a NBC que ha llegado a llorar de rabia cuando las cosas no le han salido. Es muy competitivo y la parte negativa de eso es algo que necesita mejorar.
Su 1,98 cm de altura y sus 109 kg de peso le hacen poseer una constitución perfecta para su posición. Sus títulos de mejor jugador ofensivo de la PAC-12 y sus ganas de mejorar le convierten en uno de los quarterbacks más deseados del draft de 2020.
Dwayne Haskins
Toda franquicia que requiera de un quarterback este año podrá seleccionar a Dwayne Haskins. Su etapa universitaria no ha sido del todo redonda, ya que su primer año no lo jugó y en su segundo tan solo disputó ocho partidos. Esta temporada, el quarterback de Ohio State ha explotado, consiguiendo casi cinco mil yardas de pase, de las cuales 50 acabaron en touchdown, en los 14 partidos que jugó.
Lanza bien, se mueve bien en el pocket y sabe aguantar la presión. Son las mejores cualidades de un quarterback que puede llevar a cualquier franquicia a donde se lo proponga. Con suerte, la próxima temporada veremos hasta donde es capaz de llegar el joven Dwayne Haskins.
Una nueva generación de quarterbacks ha llegado o está próxima a llegar a la NFL (tampoco conviene olvidar a Kyler Murray si se decide por el football u otro proyectos de este draft como Daniel Jones o Drew Lock). Durante una nueva época, nos iremos aprendiendo sus nombres, viendo sus primeros éxitos y olvidando a esta última generación que tan buenos domingos nos han hecho pasar. Porque el quarterback boom millennial ya está aquí.
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