Dentro de pocos meses, nuestra existencia será un poco menos placentera. Con la ansiada primavera llegará el final de Juego de Tronos. Muchos años de disfrute, reuniones clandestinas, gritos de alegría y llantos quedarán ya enterrados en nuestra memoria. Recordaremos Poniente toda nuestra vida y estoy convencida de que seguiremos viajando a lo largo y ancho del Mar Angosto durante muchos años. El legado de G.R.R Martin está en nuestras manos y tenemos la obligación de expandir su obra y su mensaje a través de las generaciones venideras antes de que nos corten la cabeza y la claven en una pica.
Dejando el dramatismo de lado, en este 2018 no hemos pasado demasiada hambre delante de la televisión. Ha sido un año donde las continuaciones han llenado el hueco de estrenos poco sobresalientes o llamativos salvando algunas excepciones y donde España ha empezado a hacerse un hueco en la ficción televisiva internacional gracias a unos cuantos monos rojos y a unas máscaras de Dalí. Reconozco también que he tenido que dejar fuera muchísimas series que me han regalado momentos inolvidables este año (Fariña, Maniac, Bodyguard, The Good Fight, The Handmaid´s Tale…), pero la idea es hacer una breve lista y no un papiro interminable. Sin más dilación, me dispongo a contaros cuáles han sido esas series que más me han hecho disfrutar en este 2018. Si tienen poco tiempo y han de elegir el primer plato, empiecen por Heridas abiertas, y denle a Amy Adams un sonoro Emmy y un brillante aplauso.
The Terror
Para todos aquellos que se dejen llevar por el título, aviso, The Terror no es una serie de terror. Es el nombre de uno de los dos barcos en los que viajan unos expedicionarios en el año 1845, en busca de una nueva ruta comercial a través del Ártico. The Terror generó muchísimas expectativas antes de su estreno y la serie es buena, muy buena, de un calado emocional a la altura de Ridley Scott. The Terror es una gran obra, una superproducción de una calidad espectacular. La maestría de los diálogos en medio del hielo y el hecho de que se deje de temer a los monstruos de ahí fuera para empezar a temer al monstruo que cada uno llevamos dentro —algo muy parecido a lo que ocurre en The Walking Dead— hacen que la serie se vuelva perturbadora, profunda, imprescindible. Cojan el abrigo, porque van a pasar mucho frío.
Killing Eve
HBO volvió a llevarse el gato al agua con este maravilloso experimento. Killing Eve ha sido sin duda la revelación de la temporada y nos ha regalado a dos de los mejores personajes femeninos del año. Necesitamos charlar un ratito sobre Sandra Oh y Jodie Cormer. La primera está sencillamente sensacional interpretando a una detective con un sexto sentido, que juega con su moral y con su instinto mientras se balancea por una delgada línea entre el éxito y el caos. En la otra esquina del cuadrilátero, Cormer, la asesina más original que ha conocido la televisión en los últimos años. El clásico juego del gato y el ratón pero «feminizado», que ya era hora. La trama es divertida, llamativa, adictiva. A veces, chocan un poco ciertos clichés políciacos con la normalidad del personaje de Oh, pero la tensión en la historia y entre los dos cuerpos de las protagonistas son una droga deliciosa. Caigan en sus brazos y sean felices.
La maldición de Hill House
Todo, absolutamente todo lo que ocurre en La maldición de Hill House está perfectamente pensado, construido, ejecutado y justificado. La serie no cae en la trampa de resumir el terror a un par de sustos y apariciones, el terror se puede palpar en cada esquina, en cada detalle, en cada una de las mentes de los personajes. Lo importante en Hill House es aquello que se intuye, no aquello que se ve, y no hablo precisamente de fantasmas. No sé si a los que habéis visto la serie os pasará lo mismo que a mí, pero me dan más miedo los vivos que los muertos; los recuerdos, que lo sobrenatural, el pasado y lo que ocurrió en él, que el propio presente. El miedo no es una estrella fugaz en La maldición de Hill House, es un lastre que llevas cosido a los talones capítulo tras capítulo. Así es como la serie de Netflix ha conseguido traspasar la pantalla, con una buena dosis de drama familiar y miedo que juega con nuestros sentimientos y nos sumerge en un estado de sugestión continuo. Se recomienda consumir con compañía, con la luz encendida y en pequeñas dosis.
Heridas abiertas
Me pongo de pie para recibir a la que para mí, es la mejor serie del año. Sin haber podido digerir todavía su espectacular y sorprendente final —advierto que deja secuelas—, todavía sueño con la mirada perdida de Camille, la protagonista de Heridas abiertas que interpreta la sobresaliente Amy Adams. Camille es una periodista con tendencias suicidas y problemas con el alcohol que vuelve a su pueblo natal en la América más profunda para investigar el asesinato de dos adolescentes. Si la tensión en Hill House tiene forma de miedo, la de Heridas abiertas tiene forma de trauma, de un intrincado laberinto psicológico. Una relación tormentosa con una familia sacada del circo de los horrores y una banda de pueblerinos sureña con oscuros secretos e intenciones son el caldo de cultivo perfecto para que Adams despliegue todo su potencial como maestra de la interpretación a flor de piel. La cicatriz que te deja Heridas abiertas no te provoca picores cuando cambia el tiempo, te persigue mientras duermes.
Jessica Jones (T2)
Muchos consideraron que el regreso de Jessica Jones no estuvo a la altura de lo que habíamos visto en la primera temporada. Si tenemos en cuenta que Kilgrave ya no la atormenta y que no hay villano alguno en esta segunda tanda de problemas, podríamos considerar que la serie cojea. Sin embargo, queridos amigos, nuestra fabulosa Jessica se basta para mantener la serie a flote de una manera brillante. No solo Jessica se supera a sí misma, su amiga Trish, interpretada por Rachael Taylor, da rienda suelta a su imaginación y se lleva también gran parte de los aplausos de esta segunda temporada. Trish tira del hilo que lleva al pasado de Jessica, a lo que ocurrió en el accidente en el que (supuestamente) murió toda su familia. Y hasta aquí puedo leer. Jessica se vuelve todavía más oscura y si en la primera temporada buceamos a través de sus traumas, en la segunda lo haremos atravesando su corazón, lo que la hace mucho más vulnerable e impredecible. Jessica Jones para servirles.
American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace
En este comentario no voy a hablaros de Ryan Murphy. Ni de Gianni Versace. Ni de Penélope Cruz o Ricky Martin. Voy a utilizar estas líneas para ensalzar únicamente a Darren Criss. De hecho, yo le habría cambiado el nombre a la serie, sin ninguna duda. Su interpretación de Andrew Cunanan lo absorbe absolutamente todo. Es el protagonista total de la serie se mire por donde se mire, algo que, según dicen, no hizo demasiada gracia a la familia Versace. La creación de Ryan no pretende ser un biopic de la vida del modisto italiano, yo la entiendo más como una construcción perfecta del perfil psicológico de Andrew Cunanan, y por eso, la serie triunfa. Porque Cunnanan es magnético, perturbador, insaciable. La caracterización de los personajes (ver a Pe convertida en Donatella Versace no tiene precio) y la tarea de investigación alrededor de la vida de Cunanan son exquisitas. Darren se empapa con toda la esencia de Cunanan y nos regala una de las interpretaciones del año. Viajen con él a Miami Beach, espero que sobrevivan al intento.
Arde Madrid
Irreverente, apasionada, un derroche de personalidad. Podría estar describiendo perfectamente a Ava Gardner, pero da la casualidad de que el carácter de la diva de Hollywood sirve perfectamente para explicar qué hace grande a Arde Madrid, la serie creada por Paco León y Anna R. Costa que ha revolucionado el final de año en Movistar +. Arde Madrid es uno de los animales más bellos del 2018. Viajamos a la España oprimida y en blanco y negro de los 60, más concretamente, a Madrid, un lugar donde Ava Gardner encontró la liberación y el placer en las noches capitalinas. Pero mientras Ava se quitaba el collar de diamantes de su cuello, el pueblo trataba de quitarse el yugo que le cortaba la respiración. Ese contraste queda perfectamente interpretado por Ana Mari (Inma Cuesta), Manolo (Paco León) y Pilar (Anna Castillo), sirvientes y pueblerinos, los verdaderos protagonistas de esta historia. Y no es nada fácil dejar a la mismísima Ava Gardner (Demi Mazar) como segundo plato. Todos los personajes de Arde Madrid son tratados por igual, construidos a imagen y semejanza los unos de los otros y eso les hace más reales, más humanos, menos intocables. Presenciamos sus costumbres, sus manías, su defectos, su excesos, un sinfín de escenas cómicas y dramáticas que construyen un relato apasionante y extremadamente divertido.
Daredevil (T3)
El demonio de Hell´s Kitchen volvió por todo lo alto. No lo hizo saltando de azotea en azotea, ni tampoco dando palizas en callejones oscuros, volvió para volverse loco, para nadar en las profundidades de su mente y encontrarse de repente y de frente con Wilson Fisk. El regreso de uno de nuestros villanos favoritos ha sido el motor de esta maravillosa tercera y última temporada (incomprensible decisión por otra parte). La tensión narrativa de cada uno de los capítulos, con un enfrentamiento entre Matt y Wilson que nunca llega pero siempre puede sentirse cerca y el desarrollo y evolución del personaje de Karen Page son algunos de los motivos por lo que recomiendo encarecidamente que se disfrute lentamente, no solo de la tercera temporada, sino de todo lo que nos ha dado Daredevil, la mejor serie de superhéroes creada hasta la fecha.
The Americans (Final)
He tenido que dejar fuera a muchas candidatas para poder meter a The Americans en esta lista, y no lo he hecho por su última temporada, sino como homenaje a toda la serie en sí. Porque me ha roto el corazón. El castigo mayor para Elizabeth y Philip Jennings, dos espías de la KGB que sostienen un matrimonio «falso», no es la cárcel, no reciben el merecido por sus crímenes. Su castigo no es una condena a muerte, es algo mucho peor, regresar a Rusia vivos, pero perdiéndolo absolutamente todo. No se me ocurre peor ni mejor final para una serie poco aclamada por la crítica y poco valorada por el público. Para mí, The Americans es casi perfecta. Siguiendo la línea de los grandes personajes femeninos que nos ha dejado el 2018, no pierdan detalle de la evolución de Elizabeth, sencillamente impresionante. Creo que en The Americans no se nos da un minuto de descanso, la serie es una prueba de resistencia. Cierren los ojos y déjense llevar hasta la Guerra Fría, no van a tener mejores guías que Elizabeth y Philip Jennings.
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