Y en la Red Bull Batalla de los Gallos 2018, edición internacional, venció River. Contábamos en la previa que la competición más importante de improvisación en habla hispana se disputaría a escasos 300 metros del estadio Monumental y que se adelantaba su concurso para no coincidir con la Libertadores. También decíamos que los dos gallos argentinos, Wos y Dozer, eran hinchas de los millonarios. El primero, con 20 años y tras perder el año pasado la final, se ha llevado finalmente el cinturón y lo ha dejado en casa.
Los pronósticos que se hacían, la final en general más deseada, fue la que se dio. La que tuviese lugar en 2017. Aczino y Wos, Wos y Aczino, se vieron las caras el año pasado en México D.F. y este domingo 9 de diciembre, el día del Superclásico, lo han hecho en Buenos Aires. En ambos casos la victoria se la ha llevado el MC local, una tónica que se repite y que da muestra de la importancia de lo que supone el apoyo de tu propio público en una competición de esta índole.
En defensa de los aficionados argentinos –y a fe que en estos días la necesitan más que nunca– los bonaerenses que han acudido al Club Hípico han animado a los dieciséis participantes sin importar las banderas, algo que cuesta que ocurra en las batallas de gallos. Sí que en la final llevaron en volandas a Wos, que probablemente hubiese ganado igual, pero que en general fue justo e hizo que los aspirantes estuviesen cómodos y elevasen su nivel.
La elección de su puesto en los cuadrantes según iba saliendo su nombre en el sorteo dejó unos octavos de final bastante equilibrados, con los grandes favoritos y emergentes repartidos para que pudiesen seguir avanzando. Improvisando dos minutos sobre cuatro conceptos que iban saliendo en pantalla, cayeron los vigentes campeones de México y Argentina (Rapder y Dozer). Los vencieron los veteranos Wos y Arkano, en este último caso con un poco de polémica. Las sorpresas agradables las dieron Tecla (Venezuela) e Índico (Panamá), mientras que Valles T (Colombia) y Bnet (España) empezaron a demostrar que venían a jugar un papel importante.
Los cuartos de final dejaron dos grandes imágenes y dos conclusiones antagónicas. El colombiano Valles T se valió del baile del robot para echar a Pepe Grillo, campeón chileno. La otra fue ver al público argentino gritando el verso “la homofobia no se acepta en mi país” que rimó su representante Wos. En cuanto a las conclusiones, se vio cómo Aczino seguía en la competición ayudado por el respeto que infunde a los rivales, mientras que Arkano, el otro gran gallo mediático de la escena, se quedaba en el camino. Lo apartaría Bnet, que se está acostumbrando a ganar a favoritos, en una clase de estructuras y juegos de palabras.
En la búsqueda de formatos novedosos para sacar de la zona de confort a gallos y espectadores, las semifinales trajeron la succión de objetos de un baúl con los que rimar y atacar a capella. Wos aterrizó verdaderamente en la competición aquí y aprovechó la equivocación de Valles T en el enfoque de la batalla para colarse en la final sin muchas dificultades. La otra semifinal es la que más se recordará. El rey actual del estilo, el que podría haber abierto en este 2018 otra manera de ganar batallas, nuestro Bnet, se veía las caras con Aczino, el mejor de la historia, que buscaba el bicampeonato que nadie aún ha conseguido. El madrileño exprimió al máximo sus argumentos, el del adorno en el verso, pero no fue suficiente ante alguien tan completo como el mexicano, que además encontró dos golpes de efectos en el combate para desnivelar la batalla. Cabeza alta de Bnet, que se fue de la competición con una nota altísima en su debut internacional. La final más esperada estaba servida.
Buen formato; ejecución mejorable
Wos y Aczino, por el cinturón de Red Bull. La rutina de la localía vs el sueño de lo inédito. Subidos a un púlpito, como si fuesen políticos, los dos gallos tuvieron un minuto para dar argumentos sobre por qué debían ser ellos los campeones. El mitin rapeado, que Pablo Iglesias había demostrado que funcionaba, también tuvo gancho en su modo batalla de Red Bull. Aquí hubo equilibrio.
El segundo round copió el formato 2×2 que ya se había probado con éxito en la final nacional de España: un rapero iniciaba el patrón y el otro debía rematarlo. Ni siquiera estos gallos que son los mejores a nivel mundial han explorado las posibilidades de esta idea, que aún no son capaces de ejecutar bien. Aquí creció Wos, ayudado por su gente, que le dio el impulso de un abuelo que sujeta la bici a su nieto cuando el niño aprende a montarla. Los 120 segundos finales, en modo clásico y con ataques continuos, quizá dejaron a Aczino un poco por delante. El resultado era Wos o réplica y el jurado optó por lo primero. No resultó injusto y hasta Aczino parecía contar con ello, contento probablemente después de haberse llevado el primer asalto el pasado año en casa.
Wos, por su parte, tampoco se volvió loco de alegría. ¿Su forma de ser? ¿Temeroso de Boca? Aún no lo sabemos. Lo que sí es que el cinturón se queda en Buenos Aires y que la venganza, más que fría, se sirve invitando a tu gran enemigo a casa. También que los argentinos tienen civismo deportivo. Poca broma cuando recordamos aquella Libertadores de 2018 que fue una auténtica locura. La Batalla de los Gallos fue limpia y tuvo mucho nivel. Chapeau. De los que usaríamos para bailar un tango, claro.
[…] salió el pasado domingo a competir precisamente con tu camiseta en la final internacional de la Red Bull Batalla de Gallos. Quería preguntarte si te gustan las batallas, si las sigues y qué te parece la relación actual […]