A lo largo de las últimas dos temporadas se me hacía muy difícil entender la titularidad de Gabi en los partidos importantes del Atlético de Madrid. No entendía esa obsesión de Simeone por ponerlo en el campo. Adoro a Gabi, no me malinterpreten. Es una de las mejores cosas que le ha pasado al equipo colchonero en las últimas décadas. Entendía simplemente que sus mejores momentos habían quedado atrás. Pensaba que ralentizaba el juego. Que la salida de balón se resentía. Que había mejores opciones en el banquillo. Aunque es muy probable que tuviese razón, la realidad suele ser más tozuda. El único tipo que pidió el balón el día que el Qarabag echó al equipo de la Champions, fue Gabi. El tipo que se echaba al equipo a la espalda cuando las cosas se ponían complicadas en Bilbao, en Getafe o en Valencia, era Gabi. El tipo que se salió en la final de la Europa League de Lyon (y en el resto de finales), fue Gabi. Por eso estaba en el campo. Por eso no estaban los demás.
Nada más terminar el partido del Atleti frente al Leganés, un partido atroz que no ha merecido ganar, dicho sea de paso, he pensado en el antiguo capitán rojiblanco. No soy dado a hacer cábalas, ni apuestas, ni ejercicios de realidad ficcionada, pero tengo la sensación de que ese partido no se hubiese escapado con él en el campo. Y no, no es una cuestión de cojones, figura que ahora parece reivindicar el rebaño de la exquisitez homologada. Tampoco es una cuestión de espíritu colchonero, concepto tremendamente líquido a estas alturas de profesionalismo. No. Se trata de personalidad. De tenerla o de no tenerla. El Atleti 2018-2019, al menos hasta el día de hoy, no la tiene. Y tenemos un problema con eso.
El Atleti no está bien. Llevamos suficientes partidos de temporada como para no tener que seguir engañándonos. Hemos visto tramos buenos, que alientan a soñar, y otros infames que invitan al desánimo. Los resultados, para lo bueno y para lo malo, han maquillado la realidad hasta el punto de que el equipo sigue estando en la pomada, que dirían los castizos. Ni se ha ganado ni se ha perdido nada todavía. Conviene tenerlo claro para ahuyentar histéricos y enfrentarse a los cenizos. Pero es necesario hacer un ejercicio de autocrítica antes de que sea demasiado tarde. La realidad no es ya que no hayamos visto ese paso adelante que vaticinaban los eruditos sino que hemos dejado de ver al equipo fiable y poderoso que acostumbrábamos a ver. Ese que destacaba por tener una personalidad arrolladora.
Se acabó. No me apetece seguir jugando a construir castillos en el aire. Yo lo que quiero es ganar. No voy a volver a seguirle el juego a los que, como papagayos, repiten tópicos publicitarios como ese de que el Atleti tiene la mejor plantilla de la historia (que habría que verlo) o que con esos jugadores hay que jugar a otra cosa. ¿A qué otra cosa hay que jugar? Eso es cómo decirle a los Jayhawks que tocan demasiado bien como para hacer country. Que con los músicos que tienen lo que deberían hacer es Música Clásica o Rock Sinfónico. No, por favor. El Atleti tiene que jugar de aquella forma que le permita seguir siendo el Atleti. Punto. No porque lo diga yo sino porque eso es lo que le ha llevado hasta aquí. Evolucionar, sí (aunque habría que matizar qué significa eso). Cambiar, no. Lo que hay que tener, sobre todo, es personalidad. Eso que el equipo ha dejado de tener.
Los Beatles no necesitaban al mejor batería del mundo. Necesitaban a Ringo Starr. Sería estúpido tener que dejar de ser los Beatles para que el mejor batería del mundo se sintiese cómodo y pudiese desplegar todo su esplendor. Yo no sé qué tipo de jugadores necesita el Atlético de Madrid pero si que sé que no necesita aquellos que demandan que el equipo tenga que ser otra cosa para que ellos puedan brillar. Soy el primero que no entiende ciertas alineaciones de Simeone, pero después de ver el partido de Leganés, empiezo a tener dudas de que sea él quien se equivoca. Si los nuevos fichajes no son capaces de mejorar el equipo, por lo menos deberían ser capaces de no debilitarlo. A día de hoy no lo veo. Lo que sí que veo es un mar de dudas. En el campo y en el banquillo. Lo que veo es un equipo inseguro, un colectivo falto de confianza y un plan que parece trazado para agradar a todos menos a uno mismo.
Y sí, Simeone no es ajeno a todo esto. Llegado a este punto incluso resultaría fácil unirse a ese grupo de carroñeros que, escondidos en el delicioso perfume de la mayoría, esperan a que pase por el desfiladero de las Termópilas. No me esperen ahí. Me sigo fiando mucho más de él que de los que le insultan.
Mi opinión es parecida, los nuevos: Gelson, Vitolo, Lemar, Kalinic y Arias, no mejoran los que no están: Tiago, R. Garcia, Gabi,,, además de los que deberían tener buen nivel, no lo tienen: Filipe, Griezmann, Costa, Godin. Eso creo que explica lo que tenemos.
Una vez más el esbozo que me hago tras el partido se concreta en tú crónica casi al 100%.
En el comentario de Jesús no se cita a quien para mí muestra más claramente esa falta de personalidad, Rodrigo (no de él de forma individual, si no del equipo, pero que como integrante no la aporta). En el descanso del partido contra la Real en los vomitorios escuchaba en cada corrillo admiración tremenda por el juego del en su día canterano y sin embargo yo había visto un excepcional jugador pero completamente inoperante para el equipo,al estilo Isco o el Neymar del Barça, y de hecho dijé a mis compañeros de grada que es buenísimo buenísimo pero pal Barça y que seguro que en un par de años Gilma se saca un montón de kilos cuando el Barcelona tenga que sustituir a Busquets…necesitamos grandes jugadores pero de nuestra «personalidad»…otro ejemplo es el de Vidal que nadie sabe que pinta en el Barça y que yo tampoco considero de nuestra «personalidad» aunque seguro que sí lo consideran los de ‘el rebaño de la exquisitez homologada’? (genial).
Por otro lado además de el Cholo (jamás dudar de él) parece que Godin tambien lo ha detectado pues frente al Borussia inició unas arrancadas para acabar de delantero que salieron fatal y contra la Real muy bien y que no hacía desde la temporada de la Liga y que suelen ser propias de equipos cuyos jugadores no transmiten proyecto común (Ramos nos eliminó de los dos últimos mundiales y eurocopa el solito con esas ínfulas de Beckenbauer que más bien eran la carga del General Custer)
Pues yo creo que no es personalidad o si lo es pero no en la figura de Gabi o en el centro del campo. Creo que lo que este año se esta notando es el bajón de Godín y que por culpa de las lesiones Giménez se ha perdido la mitad delos partidos hasta el momento.
La defensa es la que esta como un flan, las jugadas a balón parado nos están matando y lo peor es que no se que esto vaya a cambiar pronto.
Es posible que el rol de Gabi defensivamente que lo tendría que estar haciendo Saúl se note. Es mes el día del Dortmund creo que esa es la razón de la goleada, quitar a Saúl para meter a Correa.
Y otra cosa, este año no se porque sera, pero el Cholo es incapaz de hacer cambios que afecten positivamente al equipo, cada vez que mueve el banquillo el equipo se cae, quizás sea por eso que los 3 últimos partidos no ha hecho todos los cambios.