Es totalmente admirable, hasta enternecedor, cómo un país que supera por poco los 4 millones de habitantes y con solo 27 años de historia como nación independiente tenga tamaño gen competitivo. Se ha visto una y mil veces en baloncesto; en fútbol tuvimos la gran demostración este verano, cuando a base de coraje y calidad estuvieron a punto de ganar el Mundial; y en tenis no se quedan cortos. En 2005 levantaron su primera Ensaladera, comandados por Ivan Ljubicic y Mario Ancic, y en 2016 Argentina les arrebató en Zagreb, de forma muy dolorosa, la que hubiese sido la segunda. Este fin de semana Marin Cilic, que hace dos años perdió el punto clave ante Del Potro, se ha desquitado ganando dos partidos, incluido el definitivo contra Lucas Pouille, para darle la victoria en la Davis a la pequeña gran Croacia.
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— Copa Davis (@CopaDavis) 25 de noviembre de 2018
Partían con la estela de favoritos los croatas, cuyos dos jugadores de individuales, los mencionados Marin Cilic (7) y Borna Coric (12) tenían bastante mejor ranking que cualquier francés. Para colmo, el que más cercaba estaba, Richard Gasquet (26) se lesionó con anterioridad a la gran final y se cayó de la terna de posibles seleccionables. A esto se le añade que Yannick Noah, el entrenador galo, decidió rescatar a Jo-Wilfried Tsonga, uno de los indiscutibles mejores jugadores del país vecino pero que en estos momentos, por culpa de las lesiones, ocupa la posición número 259 en la clasificación ATP. Una decisión extrema en deporte suele ser jaleada o vapuleada por cuestiones resultadistas. En este sentido, el palo a Noah se puede aplicar dos veces: por ponerle a jugar contra Cilic y por hacerlo sin estar en plenitud de condiciones. Tsonga perdió los dos primeros sets y jugó lesionado el tercero, que también cayó del lado visitante.
Esto era el viernes por la tarde y por entonces Croacia ya mandaba 0-1, al haberse llevado Coric el partido inaugural ante Chardy. El número 1 balcánico había podido con el 2 de los franceses y lo mismo de forma viceversa. Los locales llegaron al sábado con match ball en contra. Lo supieron despejar Herbert y Mahut, que ganaron a Dodig y Pavic, para poner el 1-2 en el electrónico y mantener la esperanza anfitriona a flote.
Y Cilic no perdona
Francia saltó este domingo a la pista del Pierre Mauroy con la misma obligación que el día anterior: ganar todo. Noah decidió mover piezas y puso a Pouille (número 32) para plantar cara a Cilic. Los galos tienen actualmente nueve jugadores entre los cien mejores del mundo; Croacia solo tres. Si esto fuese un deporte de equipo, probablemente los locales hubiesen barrido a los locales pero el tenis, por más que la Davis sea una competición colectiva donde el factor emocional también cuenta, es una disciplina individual en el que interesa tener dos-tres punteros que una más que notable clase media-alta -que nos lo digan a España sin Nadal-. Y los balcánicos están en ese punto, ayudados por un gran pico de forma. Esto ha hecho que los visitantes hayan pasado por encima de los defensores del título, que no han sumado un solo set en los partidos individuales.
Y no fue porque Pouille no le pusiera ganas. Simplemente sucedió que se topó con un jugador mejor en el otro lado. Sin firmar un resultado escandaloso en contra (7-6, 6-3, 6-3) el tenista de Grande-Synthe no tuvo ni una bola de break en todo el partido. Contra las cuerdas y manteniéndose como podía, el francés no detuvo a un Cilic al que esta vez no le temblaron las piernas y logró cerrar el encuentro con un maravilloso globo.
Eso le dio la Davis a su país, la segunda y la última de la historia bajo el formato de siempre. La Ensaladera no es la Copa del Mundo – y también está bien que no lo sea- y ésta ya viaja camino de Zagreb. Honra y reverencia a la pequeña gran Croacia, luchadora y competidora como pocas.
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[…] como sus jugadores, que se retroalimentaban con la grada. Competitividad absoluta y admirable la de la pequeña gran Croacia, que llegaba como la tapada entre las favoritas y que entra en la Main Round con más puntos (4) […]