Mientras Dwight Filley Davis intercambiaba golpes en el Longwood Cricket Club, a las afueras de Boston, tuvo un sueño. Fue a finales del siglo XIX, en una época donde dominaba la especialidad de dobles formando pareja con su compatriota Holcombe Ward. Con él ganó durante tres años consecutivos el campeonato nacional de los Estados Unidos y entre medias se inventó una competición. Dwight imaginó un torneo por equipos nacionales en el que las mejores raquetas estadounidenses se enfrentaran al equipo formado por las Islas Británicas. Así nació en 1900 el International Lawn Tennis Challenge Trophy en el que EE.UU. arrasó, con la participación de Davis, por 3-0 a su rival. Él y el resto de sus compatriotas fueron los encargados de levantar el primer trofeo, una ponchera rematada con adornos de flores obra de Rowlan Rhodes. No sería hasta 1945, coincidiendo con la muerte de su creador cuando la mal llamada ensaladera cambiaría de nombre adoptando el segundo apellido de este: Copa Davis. Han pasado 118 años desde entonces y un nuevo raquetazo sacude ahora la historia del tenis.
“Tuve un sueño hace mucho tiempo, que era crear un evento único. Quería que los jugadores pudieran representar a sus naciones en un evento único”, las palabras no son de Dwight Filley son de Gerard Piqué. Las pronunció el pasado miércoles en Madrid cuando presentaba en sociedad su revolución tenística, el nuevo formato de la Copa Davis. Una realidad que ha transformado uno de los torneos con más tradición del mundo del deporte y que durante una semana reunirá en un mismo lugar a 18 naciones compitiendo por esa copa ideada por Davis (el nombre no se toca) y diseñada por Rhodes. “La idea era crear una competición que pueda generar por si mismo una serie de beneficios para que se repartan entre las federaciones porque al final son estas las que invierten en el futuro del tenis, son las encargadas de crear las estrellas del futuro”, deslizó Piqué también en Madrid donde se celebrarán las dos primeras ediciones, consciente de que fuera del mundo onírico, el dinero es también fundamental para que la pelota cruce la red.
Los inicios de una revolución
Esa idea llevaba tiempo gestándose en la cabeza del central del FC Barcelona, concretamente tres años, cuando comenzó a dar los pasos para la creación de su empresa Kosmos. Acostumbrado a jugar en equipo, creó el suyo para este proyecto y no solo se rodeó de tenistas (Galo Blanco es el director deportivo), también de expertos del marketing deportivo y de magnates de los negocios. Gerard, un icono del mundo del fútbol, no quería ser un intruso en un deporte y una esfera que no le pertenecían, por mucho que acudiera como espectador VIP a los principales torneos del circuito. “Ambos teníamos muchos intereses en desarrollar la competición por equipos en el deporte del tenis, por la pasión y la emoción que rodea a la Copa Davis” explica a A LA CONTRA Edmund Chu, socio fundador de Kosmos. Su figura será clave para conseguir relanzar la competición, el momento en que conoce a Piqué también: “Nos presentaron amigos en común, en ese momento SECA estaba trabajando con la WTA para desarrollar una competición por equipos, mientras que Gerard comenzaba a hablar con la ITF. Elegimos trabajar juntos para construir este nuevo concurso formal”. Edmund es también el director general de la agencia china Seca Worldwide (consultoría deportiva) y el presidente de la escudería Techeetah de Fórmula E. El empresario chino forma junto a Hiroshi Mikitami, presidente de Rakuten, las otras dos patas sobre las que se asienta la empresa presidida por Gerard Piqué.
El tridente Piqué-Chu-Mikitami resultó invencible en la asamblea de la Federación Internacional de Tenis celebrada el 16 de agosto en Orlando. Ese día dieron un vuelco a la historia consiguiendo el apoyo del 71% de las federaciones nacionales. Edmund estuvo allí y sabe que detrás de ese resultado hubo muchas horas de entrenamiento: “Pasamos mucho tiempo hablando con las federaciones nacionales y asegurándonos de que formaban parte del proceso, escuchamos sus inquietudes e intentamos abordar todas ellas de la mejor manera posible”.
Ese apoyo mayoritario no impidió que las críticas y las dudas sobre el nuevo formato saltaran más allá de las pistas de tenis. “Los cambios son siempre percibidos de manera compleja. Cuando cambias una competición de 118 años de historia siempre va a haber tradicionalistas que no lo acaben de entender” afirma para A LA CONTRA Javier Alonso, Director General de Kosmos. “La realidad es que la Copa Davis lleva 10 años bajando en cifras de audiencia e interés. Por eso hemos propuesto soluciones y para ello hemos concentrado a 18 selecciones en un mismo lugar, consideramos que incluso a las selecciones que eliminen a las primeras de cambio van seguir con interés el torneo. Al estilo de lo que ocurre en el Mundial del fútbol”, explicaba el ex director de carrera de Dorna Sports y actualmente hombre fuerte de Gerard Piqué. Las críticas resuenan a intrusismo cuando se advierte que este formato terminará ‘futbolizando’ el tenis, en Kosmos suben a la red para responder: “Si la Copa Davis creciera no podríamos proponer un cambio estructural, por eso entendíamos que había que cambiar el formato y vimos que había un interés -admite Edmund Chu- ya que las federaciones acordaron con nosotros que era necesario adaptar la Copa Davis al mercado actual”.
Las principales raquetas hablan
Las quejas de los tenistas han sido una constante en los últimos tiempos. El calendario, los cambios de superficie o el descanso han sido algunos de los argumentos recurrentes. Por eso sorprendió el poco entusiasmo que despertó entre las principales raquetas del circuito la implantación de una competición que adelgaza los esfuerzos. “No vamos a encontrar una semana que contente a todos” aseguró Piqué, “para un jugador septiembre puede ser más atractivo, pero para un torneo noviembre parece la fecha ideal”. La Copa Davis 2019 se celebrará del 18-24 de noviembre lo que supondrá alargar el calendario tenístico. Para el 2020 no se descarta disputarla en septiembre donde entraría en competencia directa con la Laver Cup, auspiciada por Roger Federer.
“Federar está en un punto de su carrera que prioriza torneos muy emblemáticos. Porque tiene la edad que tiene y las piernas le dan para lo que le dan. No he hablado con él directamente pero sí con gente de su entorno y no me han cerrado la puerta”, así hablaba Piqué sobre las dudas del suizo ante la nueva Copa Davis. Es cierto que Roger nunca se ha caracterizado por disputar esta competición que solo ha ganado una vez (2014), y a lo selectivo de su calendario se une también el apoyo mostrado a la Laver Cup, el torneo de exhibición por equipos que se disputa en septiembre y que ahora rivalizaría con la remozada Davis. Un conflicto de intereses deportivos y económicos.
El revés que supondría la ausencia del suizo podría ser paliado con las otras grandes raquetas del circuito. El apoyo de Rafa Nadal al cambio de formato ha resultado clave para que este salga adelante. “Las conversaciones con Rafa siempre han sido muy positivas respecto al evento y que se haga en Madrid, aún le gusta más, si no está lesionado lo jugará” confirmaba Piqué. El central azulgrana intenta ganarse desde el fondo de la pista a la otra gran estrella del momento: “Con Djokovic estamos confiados de poder alcanzar un entendimiento. Es una pieza fundamental, puede ser futuro número uno en breve y a él le encanta la Davis”. Las conversaciones con Novak han sido continuas durante todo este tiempo explicó Piqué ya que al ser el serbio el Presidente del Consejo de Jugadores para poder alcanzar un acuerdo con los tenistas y con la ATP, la opinión de Nole vale mucho. “Mi viaje a Sanghai no fue por sus declaraciones. Fui por el tema de inversores y el viaje estaba previsto desde hace semanas porque sabía que coincidía con el parón de selecciones”, se justificó el futbolista, quien aprovechó también para hacerle saber al serbio lo importante de su concurso.
Los premios, el otro aliciente
La nueva Copa Davis supondrá una inversión por parte del grupo Kosmos de 3.000 millones de dólares en 25 años y la ITF repartirá en la fase final un total de 27 millones entre federaciones y tenistas. “Se multiplica por tres el valor de los premios actualmente”, revela Alonso. “Para un evento de esta magnitud tienes que buscar inversores externos, eso llevamos haciéndolo tiempo” admite el central del Barça que ha viajado por medio mundo en busca de ellos. “La figura de Piqué influye totalmente a la hora de buscar inversores. Venimos de China de firmar el acuerdo con uno de ellos, antes lo hicimos con Larry Ellison”, revela Javier Alonso. El encuentro con Ellison ocurrió en Wimbledon donde Piqué se personó para mantener una reunión con el fundador de Oracle y una de las 10 mayores fortunas del mundo según Forbes. “Nos sentábamos con él por primera vez y sus asesores nos advirtieron que disponíamos de 15 ó 20 minutos. Ellison se puso a hablar con Piqué y estuvieron 2 horas y media. Es un enamorado del fútbol y la conversación pasaba del balón a la raqueta y viceversa. Eso solo puede conseguirlo un tipo como Gerard”, asegura Alonso con una sonrisa.
Pese a haber sido aprobada y ser ya toda una realidad a la nueva Copa Davis todavía le quedan escollos por superar. El más duro podría ser la creación de un torneo similar por parte de la ATP, la asociación de tenistas, que además repartiría puntos para el ranking. “Nadie sabe si pueden coexistir o no. La Davis es una competición de 118 años de historia, mientras que la competición que pretende crear la ATP es todavía un proyecto, no está ni constituida”, dice Piqué. Desde Kosmos la puerta con la Asociación de Tenistas siempre ha estado abierta, conscientes de que son proyectos que se solapan, más allá de que se celebraran en fechas distintas. Djokovic, sin ir más lejos, ya dijo en Sanghai que ante esa dualidad elegiría siempre el torneo ATP y habiendo puntos y dinero en juego no sería el único. Por eso Piqué y los suyos necesitan ganarse a los tenistas y juegan con la baza del apoyo de las federaciones nacionales.
Por el momento Kosmos de la mano de ITF y respaldado por nombres tan potentes como BNP, Oracle y Rakuten entre otros llevan varios sets de ventaja, con un proyecto muy sólido tanto económica como deportivamente. Algo de lo que también se beneficiará Madrid como sede los dos próximos años: “vamos a hacer programas para la Comunidad de Madrid, haremos actividades con las universidades para los estudiantes, estamos montando un congreso de deporte para que se celebre esos días…, queremos convertir a Madrid en la capital del deporte esa semana”, aseguran desde la empresa liderada por Piqué, quien seguramente nunca se hubiera imaginado que Madrid sería el epicentro de su otro gran sueño, el de sus primeros pasos como empresario.
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