John Terry se retira. El veterano defensa central de 37 años ha dicho adiós al mundo del fútbol tras 23 temporadas en activo y 17 títulos con el Chelsea. En Stamford Bridge, el londinense capitaneó la etapa más dorada en la historia de los blues. La retirada de Terry, muchas veces criticado por su comportamiento fuera del campo, es también el punto y final definitivo a una generación de futbolistas ingleses de la que siempre se esperó mucho más de lo que después ofreció.
Canterano del Chelsea, Terry siempre tuvo claro que era en su casa donde quería triunfar. «Con 14 años tomé la mejor y más importante decisión de mi carrera: fichar por el Chelsea. Nunca tendré las palabras suficientes para agradecer a la gente del club, particularmente a los fans, lo que significó. Me lo dieron todo tanto dentro como fuera del campo», escribió el ya ex jugador en una carta de despedida que colgó en sus redes sociales. A partir de ahora, a Terry le quedan en las vitrinas de su memoria 18 temporadas, 717 partidos y 17 títulos con el equipo de su corazón.
«Quiero agradecer a mis compañeros, técnicos y al personal del club con los que he tenido el placer de coincidir. Ellos me han guiado por el buen camino hasta jugar 717 partidos para el club que amo. Ha sido un privilegio servirles como capitán», escribía. El central inglés es historia viva del club londinense. Capitán desde prácticamente sus inicios, el primer gran Chelsea que comandó fue aquel de Mourinho, campeón de dos Premier Leagues consecutivas en los años 2005 y 2006. De la columna vertebral de esa plantilla para el recuerdo cada vez van quedando menos piezas en pie: Frank Lampard y Didier Drogba también colgaron las botas y Peter Cech es el único que todavía sigue en activo a gran nivel.
Uno de los momentos más felices en la carrera de esta generación de futbolista fue la consecución de la tan ansiada primera Champions League en la historia del club, que también fue la primera en la historia de un equipo de Londres, tras vencer en una tanda de penaltis agónica al Bayern de Múnich en su propio campo. Aquella final del 2012, Terry la vio desde la grada por culpa de una sanción. Cuatro años antes, había mandado a las nubes el penalti definitivo que podría haberle dado al Chelsea una Champions que terminaría ganando, de la forma más cruel posible para el canterano blue, el Manchester United de Ferguson y Cristiano. Al término del encuentro, su compañero Lampard le definió como «un verdadero hombre».
Tentado por los petrodólares del Manchester City, el central siempre se mantuvo fiel a los colores que amaba. Uno de sus últimos hitos con la camiseta del Chelsea fue levantar la Premier League del año 2015 después de haber jugado, a sus 34 años, absolutamente todos los minutos de la competición. Es más, fue Mourinho quien le sustituyó por primera vez después de 177 partidos al frente del conjunto londinense. La carrera del inglés sería imposible de entender sin la influencia del portugués, que le dirigió en dos etapas diferentes y del que siempre mantuvo una opinión especial. «José Mourinho es el mejor con diferencia con el que he jugado, en el campo y fuera».
El gran drama de Terry es que, durante muchos tramos de su carrera, fue más noticia por lo que hizo fuera y no dentro del campo. En 2010, el central mantuvo una relación extra matrimonial con la novia de Wayne Bridge, su mejor amigo dentro del vestuario. Cuando ambos se vieron las caras en un partido entre Chelsea y Manchester City, el club por el que fichó Bridge, éste se negó a darle la mano en el paseíllo previo al encuentro. Un año antes, Terry fue acusado por el medio News of the World de haber cobrado dinero por dar tours clandestinos en Stamford Bridge.
Inglaterra siempre será la espinita en la carrera del defensa. Todos los logros que conquistó con su club, no pudo emularlos con su país en las 78 ocasiones en las que lo representó. En el Mundial del 2010, después de dos empates consecutivos en la fase grupos, el capitán de los tres leones dijo en rueda de prensa que los futbolistas se aburrían en las concentraciones de las tardes. El seleccionador, Fabio Capello, que meses antes le había retirado el brazalete de capitán después de su affaire, cargó duramente contra Terry por desafiar su autoridad.
Con la retirada del central nacido en Londres, el fútbol inglés da por cerrada una generación dorada de futbolistas que nunca llegaron a explotar en los grandes torneos: Lampard y Gerrard ya están entrenando, Rooney y Ashley Cole apuran sus últimos días en la MLS y otros como Owen o Ferdinand han saltado de los terrenos de juego a la televisión. La selección inglesa está viviendo su cambio de guardia particular.
Después de no lograr el ascenso a la Premier League con el Aston Villa, el equipo en el que ha jugado su última temporada como profesional, John Terry deja el fútbol «mirando hacia adelante para buscar un nuevo capítulo en mi vida». El adiós del eterno capitán del Chelsea e Inglaterra, apodado popularmente como Iron Man, es también el de un central a la vieja usanza, la némesis de los John Stones que hoy están llamados a ocupar su hueco.
Ahora que se retira, conviene recordar algunas de las cosas por las que tuvo que pasar cuando empezaba para ganarse un hueco en el vestuario blue: «Fuera del campo hice muchas cosas por los jugadores del primer equipo. Hacía té, café y cosas tontas como calentar la taza del baño en los fríos días de invierno. Son cosas muy extrañas, pero fue parte de mi crecimiento». Quien le iba a decir a ese canterano que calentaba las tazas de los baños, que terminaría convirtiéndose en una de las leyendas más grandes en la historia del Chelsea, su Chelsea.
[…] John Terry, histórico capitán del Chelsea, cree que Kepa dejó “a Sarri en un lugar difícil”. “Me sorprende que no lo obligara a retirarse”. La prensa británica tampoco ha sido benevolente con el comportamiento del portero español. The Times dice: “Kepa humilló a Sarri. Se avergonzó a sí mismo y a su club”. El exfutbolista y columnista del Daily Mail, Chris Sutton, escribió que “las acciones de Kepa Arrizabalaga en la final de la Carabao Cup fueron una vergüenza. Kepa nunca debería volver a jugar para el Chelsea”. The Guardian criticó que “en alevines a Kepa lo habrían sacado el árbitro o su madre. En el Chelsea se quedó, el portero más caro del mundo a la orden de un técnico braceando en el aire”. Daily Mirror tildó la situación de “rebelión” y “motín”. […]