José Mourinho está viviendo una de sus temporadas más complicadas en el banquillo del Manchester United. Todo lo contrario a su primera etapa al frente del Chelsea. En Stamford Bridge, el portugués demostró que su Oporto campeón de Europa no era una casualidad y que detrás del asistente de Bobby Robson en el Barça había, no un traductor, sino un entrenador en mayúsculas.
Aquel Chelsea contaba con una columna vertebral que aún hoy podemos repetir de memoria: Cech, Terry, Lampard y Drogba. Por no hablar de los Gallas, Carvalho, Makelele, Duff o Robben. Un equipo inolvidable para todos los aficionados blues que dominó el fútbol inglés con dos Premier League consecutivas. De entre todos estos jugadores de altísimo nivel, Mourinho siempre mantuvo una relación especial con Frank Lampard. Pese a que el capitán era John Terry y el que se llevaba las portadas por sus goles era Didier Drogba, el centrocampista londinense fue una pieza fundamental en el engranaje de aquel equipo gracias a su visión de juego y llegadas desde segunda línea.
Cuando Lampard decidió colgar las botas en 2017, el técnico de Setúbal le definió como “uno de los mejores jugadores a los que he entrenado y uno de mis mejores amigos dentro del fútbol”. Unas palabras que chocan con las que le dedicó en 2014, cuando, en su segunda etapa dirigiendo al Chelsea, probablemente en estado de shock, el portugués disparó con balas de cañón a su expupilo por haberse marchado al Manchester City: “Cuando decide irse a un competidor directo, las historias de amor se terminan”. Ese día, sky blues y blues se enfrentaron en el Etihad y Lampard, que acababa de saltar al campo, frustró la victoria del club de su corazón con un gol marca de la casa sorprendiendo desde atrás. La no celebración posterior, así como los aplausos de los aficionados del Chelsea desplazados y la cara que se le quedó a Mourinho, dejaron para la historia uno de los momentos recientes más épicos de la Premier League.
Después de retirarse en el New York City de Villa y Pirlo, el ya exfutbolista inglés no tardó en volver a ponerse el chándal. Este verano se anunció su incorporación como nuevo entrenador del Derby County de la Championship. Conocidos popularmente como los carneros, el Derby saltó a la fama a finales de los 60 y principios de los 70 cuando, bajo el mando del carismático Brian Clough, lograron pasar de la segunda división inglesa a ser campeones de Premier League y llegar a las semifinales de la Copa de Europa. La sombra de Clough es muy alargada pero Lampard ya ha logrado su primer éxito en el banquillo del Pride Park.
En el momento en el que el sorteo de la Carabao Cup determinó que Manchester United y Derby County se verían las caras en Old Trafford, elex centrocampista del Chelsea no pudo ocultar su entusiasmo por enfrentarse por primera vez contra el que durante tantos años fue su entrenador: “Lo estoy deseando. A nivel personal, es un técnico que ha tenido una gran influencia en mi carrera, especialmente en nuestra primera experiencia. Lo respeto completamente por eso. Será bonito que nuestros dos equipos se enfrenten”. Mourinho, por su parte, también se mostró “encantado” de que este partido se celebrase y reconoció que sería “la primera vez” que jugase contra uno de los futbolistas a los que había dirigido.
De esta primera vez no ha podido salir peor parado el portugués: eliminado en el mes de septiembre del primer título de la temporada a manos de un exjugador que no lleva ni diez partidos en los banquillos. Para colmo, el gol que propició la remontada del Derby, que comenzó perdiendo con un tanto a los tres minutos de Mata, fue obra del canterano del Liverpool Harry Wilson, que celebró mostrando al público de Old Trafford la palma de su mano, en alusión a las cinco Champions reds y al mismo gesto con el que, en su día, Fernando Torres silenció el teatro de los sueños.
Si vestido de corto Lampard ya golpeó a Mourinho con un gol que le impidió sumar tres puntos de oro, cuatro años después, ahora con el chándal de entrenador, el excentrocampista londinense ha castigado de una forma todavía más severa al hombre que le hizo descubrir que “era mejor futbolista de lo que creía y podía ser un jugador top”. Esta eliminación no ha sentado nada bien a los aficionados red devils y los rumores sobre la destitución de Mourinho son cada vez mayores, al tiempo que su relación con los pesos pesados del Manchester United se resquebraja. Esta semana, la prensa inglesa habla del nacimiento de una estrella y la caída de un mito.