Únicamente se puede definir a los Cleveland Browns de una forma: lo impredecible que conduce a la derrota. En el siglo XXI, no hay ninguna franquicia en todo el deporte profesional estadounidense que pueda transmitir mayor condición de infausta y perdedora que la franquicia de Ohio: sólo dos campañas con balance ganador (2002 y 2007) y una deriva maniática (o temerosa o, tal vez, al contrario, visionaria) en los últimos tres años que conduce, desde el 3-13 del 2015 y el 1-15 del 2016, hasta la temporada de 0 victorias y 16 derrotas del curso pasado (un récord negativo que comparte con los Detroit Lions del año 2008). La llegada desde Kansas City de John Dorsey para reemplazar a Sashi Brown como general manager (el entrenador Hue Jackson continúa, al igual que Paul DePodesta, el ideólogo, junto a Billy Beane, del moneyball sabermétrico en los Oakland Athletics) supone un acicate dado los aciertos recientes de Dorsey (Alex Smith, Jamaal Charles), pero la verdad es que ahora mismo los Browns no han olvidado ninguna de sus dos facetas: ni la de impredecibles, ni la de la derrota.
Por ejemplo, en el puesto de QB, los Browns han mandado a los Packers a la que fue su apuesta en el draft del 2017 (DeShone Kizer) y han utilizado su número 1 de este draft para seleccionar al magnífico Baker Mayfield (la mitad de USA, la parte que odia al exquarterback de la Universidad de Oklahoma, le compara con Johnny Manziel, mientras que la otra mitad, la parte que le ama, le compara con Russell Wilson y es más acertada esta segunda comparación), pero han decidido que el QB titular sea el limitado Tyrod Taylor, al que ficharon después de llevar a los Bills a los playoffs el año pasado. La retirada del incombustible Joe Thomas es un contratiempo más o menos esperado, al igual que los problemas con su tratamiento del talentoso y problemático Josh Gordon (fue el jugador del equipo con más yardas por recepción tras su regreso el año pasado), y el conjunto de Ohio todavía tiene algún deseo por alcanzar (Dez Bryant, cortado por los Cowboys) para lograr cierta estabilidad competitiva, pero también es cierto que los Browns se han movido adecuadamente en la agencia libre (Gaines, Hubbard, Hyde) y en traspasos (Landry, Randall), y que cuentan, gracias a su voraz acumulación de picks del draft en los últimos años, con una excelente camada de jóvenes (Christian Kirksey, Joe Schobert, Emmanuel Ogbah, Myles Garrett, David Njoku, Jabrill Peppers, Denzel Ward, Austin Corbett, Nick Chubb, Antonio Callaway) para creer que las victorias tienen que empezar a llegar a lar orillas del lago Erie. Porque por mucho que en Estados Unidos a Cleveland la llamen “El error junto al lago”, una victoria en 32 partidos en dos años es una situación insostenible hasta para los pacientes aficionados de los Browns.
- Entrenador: Hue Jackson (3ª temporada).
- Jugador estrella: Jarvis Landry.
- Otros jugadores determinantes: Tyrod Taylor/Baker Mayfield, Josh Gordon, Carlos Hyde, Damarious Randall, David Njoku, Myles Garrett, Joe Schobert.
- Balance 2017: O victorias, 16 derrotas, último en su división.
- Objetivo 2018: Empezar a ganar partidos.
- El pronóstico de Luis Bustos: Eliminado en la Wild Cards Round.
- El pronóstico de Sergio Alberruche: No alcanza los playoffs.
[…] allá de que los Cleveland Browns no perdieran un partido oficial por primera vez desde el 24 de diciembre de 2016, el empate de anoche entre el conjunto de la ciudad junto al lago Erie y los Pittsburgh Steelers […]
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