lunes, febrero 17, 2025
Google search engine
InicioOpiniónEl fútbol español no quiere perder su oportunidad

El fútbol español no quiere perder su oportunidad

Hace justo ahora más o menos un año, durante el Chicago Air and Water Show que se celebra cada verano en North Avenue Beach, conocí a un preadolescente español recién aterrizado en Estados Unidos debido al trabajo de su madre. Tras las presentaciones pertinentes, alguien aludió a mi profesión laboral y, al escucharlo, la pregunta de aquel niño, mitad temeroso, mitad ilusionado con su nueva etapa en un high school en Lincoln Park, no se hizo esperar: “Oye, ¿aquí podré ver los partidos del Real Madrid, no? Es que yo soy muy del Madrid y, si no puedo ver sus partidos, me da algo”, me dijo. Tras esbozar una sonrisa espontánea, mi respuesta fue rotunda: “Tranquilo, claro que puedes ver aquí los partidos del Real Madrid”.

De hecho, no es nada complicado ver los partidos del Real Madrid o de cualquier otro conjunto de la Primera División española (y menos todavía de la Premier League, que incluso cuenta con partidos en abierto en la NBC y en Telemundo) en una ciudad como Chicago, que es la ciudad norteamericana en la que viví y, en consecuencia, la ciudad que mejor conozco. beIN SPORTS tiene los derechos audiovisuales en Estados Unidos y en Canadá de la Liga de Fútbol Profesional y retransmite en directo los encuentros en sus canales (beIN SPORTS y beINñ SPORTS), tanto en las ofertas de televisión por cable, como en las ofertas de televisión por satélite o en las ofertas de televisión por Internet. Por lo tanto, si alguien les programa un viaje turístico a la ciudad en la que se inicia la Route 66 el día en el que el Barça y el Atleti se están jugando medio título liguero en el Wanda Metropolitano, no se preocupen: quizá tengan que madrugar (además de miles de kilómetros de tierra y de un Océano Atlántico, también hay siete horas de diferencia entre Chicago y la España peninsular), pero no van a encontrar problemas para dar en el Loop con un pub en el que puedan comerse una hamburguesa y ver el encuentro. Eso sí, una pequeña recomendación: hagan antes en Internet una búsqueda rápida de los nombres y las ubicaciones de los bares en los que echan los partidos de la Liga Española. Ya les adelanto yo que en un dive bar o en un speakeasy bar (el preferido de Al Capone era el jazzístico Green Mill, en el Uptown) no les van a poner el partido.

Escribo todo lo anterior por dos razones. La primera, porque me lo ha pedido mi jefe y no me he levantado esta mañana con el afán de llevarle la contraria (otro día, posiblemente, sí, sobre todo si es lunes). La segunda, porque la Liga de Fútbol Profesional ha anunciado hoy con un comunicado en su página web que ha llegado a un acuerdo para disputar partidos oficiales en territorio estadounidense durante los próximos quince años. Sin entrar en los sentimientos asociados al deporte, desde un punto de vista comercial en este mercado global y en continua expansión, ese acuerdo no puede parecerme más acertado. Por un lado, las grandes ligas estadounidenses, que aventajan en los aspectos organizativos y económicos en décadas a las competiciones europeas, ya llevan tiempo disputando partidos más allá de las fronteras norteamericanas (la NFL en Londres, en Canadá y en México, la NBA en Japón y también en Londres y en México, la MLB en Puerto Rico, en Australia y también en Japón y en México). Por otro lado, en Estados Unidos, el fútbol, allí soccer, está inmerso en un más que evidente crecimiento debido sobre todo al importante incremento de la población latina: en 2016, USA contaba ya con más de 57 millones de hispanos, el segundo mayor grupo de población tras los blancos caucásicos y por encima de los afroamericanos. De esos 57 millones de latinos, más del 60% son de origen mexicano, lo que, dada su tremenda afición al fútbol y a que las previsiones dicen que en 2060 casi el 30% de la población estadounidense será hispana, debería conceder al soccer profesional un excelso futuro en Estados Unidos. O, tal vez, no. Veremos.

Para explicar esa duda sobre el futuro del soccer profesional en Estados Unidos, tengo que seguir ejerciendo de guía turístico, así que ahí va otra recomendación: cuando vayan a visitar Chicago (a poder ser, en verano o, en su defecto, en primavera, nunca en invierno) dediquen una tarde a pasear por la orilla del lago Michigan. Yo les recomendaría que iniciaran la caminata desde, por ejemplo, Foster Beach y, si son de los que no se cansan fácilmente, llegaran como mínimo hasta el gratuito Lincoln Park Zoo. Además de, a su izquierda, escuchar el sonido del agua del lago y de, al frente, disfrutar durante la mayor parte del trayecto de unas preciosas vistas del armónico skyline chicagüense; a su derecha estarán rodeados de miles de personas haciendo deporte en la sucesión de parques que conforman el Lake Shore. En esa imagen, alejada del centro más turístico y que sirve para definir en gran medida a los habitantes de una ciudad eminentemente deportiva y tremendamente orgullosa de sus equipos, seguro que les llamará poderosamente la atención una circunstancia: los centenares de niños y niñas (y también personas más mayores) que están jugando al fútbol sobre la hierba. Es, en realidad, una constante en todo Estados Unidos: el fútbol es el deporte al que más juegan los más pequeños en los parques, dada su facilidad para practicarlo (el soccer no necesita nada más que un balón, ahora piensen en el béisbol, el football, el hockey sobre hielo o, incluso, el baloncesto). Y, sin embargo, la Major League Soccer todavía se encuentra muy lejos de poder rivalizar en interés con la NFL, la NBA o la MLB.

Esa disyuntiva también tiene, en cualquier caso, su explicación: la forma de consumir deporte de los estadounidenses y en la que el soccer parte en clara desventaja. Lo razono: si un día van a Wrigley a ver un partido de béisbol de los Chicago Cubs (y deberían ir obligatoriamente a ver un encuentro en Wrigley, o a Fenway si están en Boston, porque son de esos recintos deportivos que tienen alma) van a quedarse extremadamente sorprendidos con el hecho de que los aficionados estadounidenses abandonen constantemente sus butacas para irse a comer unos nachos, beberse una cerveza o, incluso, salirse del estadio para tumbarse a las afueras, en el césped del Gallagher Way, a ver en pantalla gigante el mismo encuentro por el que han pagado una entrada para vivirlo en su interior. Es una forma de consumir el deporte impensable para un europeo, pero totalmente aceptada por los estadounidenses (en un Chicago Bulls – Dallas Mavericks que presencié en el United Center, las dos hermanas que estaban sentadas a mi izquierda no permanecieron en sus butacas ni todo un cuarto entero, si bien, cuando terminó el encuentro y procedí a abandonar el recinto, ellas continuaron haciéndose selfis con la pista de fondo) y que, de hecho, necesita de continuos parones para hacerlo rentable: los tiempos muertos en el deporte estadounidense no son un incordio, sino una obligación para poder descansar de los instantes, breves e intensos, que ofrecen los encuentros de football, baloncesto, béisbol o hockey sobre hielo. Todo lo contrario de lo que ocurre en el soccer, un deporte en el que el descanso llega casi pasada una hora.

De ahí, precisamente, procede el lastre que se encuentra la MLS para arraigarse todavía más (pese a que está, claramente, en el buen camino) en Estados Unidos, pero no así la Liga Española. Porque el verdadero y mayor rival de la MLS es, en efecto, el fútbol europeo: el aficionado estadounidense es de los equipos de la NBA, la NFL, la MLB o la NHL de su ciudad y de algún conjunto del fútbol europeo. O también puede haber gente como mi amigo Chris, que nació en Lansing, fue un spartan de la Michigan State University, pero es aficionado de los Cleveland Indians (sí, un aficionado de los Indians que vivía en Chicago en las maravillosas, no para él, Series Mundiales del 2016)… y de la AS Roma.

El fútbol europeo manda en Estados Unidos por encima del soccer profesional, por encima de la MLS. Y La Liga no quiere perder esa oportunidad.

RELATED ARTICLES

8 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisment -
Google search engine

Most Popular

Recent Comments

Perikorro en Con contundencia
Alberto Patiño Varela en Los antimadridistas
Xavi Verger en Vinicius saca el cañón
Perikorro en Vivos con Fati-ga
Diego en Los sufridores
Diego en Viva el rey
Juan De Dios Luna Cijanes en La posesión y los tulipanes
Perikorro en Minority Report
Dr en Las viudas
Diego en Las viudas
Perikorro en Las viudas
Perikorro en Gaspartismo Reloaded
Diego en Viva la Vuelta
Dr en Viva Irlanda
Diego en Viva Irlanda
Diego en Decíamos ayer
Diego en Paz y amor
Dr en Paz y amor
Diego en Paz y amor
Diego en Vuela Supermán
Diego en Vuela Supermán
Diego en El trampolín
Perikorro en Salvar a Barrabás
Coral en Truman
Jose Avellaneda Perez en Los ídolos
María en Calles vacías
Amiguel en El pendejo de turno
Silvia Nebreda en Palabras y lágrimas
Manitu69 en This is Atleti
Alejandro Rincón Rubio en ¿Es Jovic un mediapunta?
Diego A. en Elogio de la locura
Juan De Dios Luna Cijanes en Efectividad máxima
Alfrez en Oda al populismo
Alfrez en Oda al populismo
Diego en Oda al populismo
Manitu69 en Oda al populismo
Fiodor Dostoievski en ¿Suerte o talento?
EUGENIO JORDAN en El cisne blanco
Frank Terraces en Historia del segundo Atleti
Hassandudeim en Historia del segundo Atleti
Perikorro en Aquí un Zidanista
Hassansudeim en Fichar a Descartes
Frank Terraces en Fichar a Descartes
Michael en Nacho y la tristeza
Irene García en Entre cero y nada
Roberto Gómez González en Entre cero y nada
Hassansudeim en Primeras impresiones
Rafael Sánchez Sánchez en Correa, Oblak y feliz año nuevo
Juanma Jiménez en Sólo fútbol
Jules en Sólo fútbol
Che en Trigo limpio
Gracias Faubert en Trigo limpio
Hassansudeim en Trigo limpio
Xabier en Trigo limpio
Juan carlos en Trigo limpio
Óscar Laguna en Ansiedad
Juan De Dios Luna Cijanes en El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos
Joan Del Valle en El tamaño importa (y mucho)
Jose Carlos Torrenova Lozano en Mucho más importante que todo eso
Pascual Vicente Martínez Gimeno en Dos años A La Contra
Vicente Martin-Pozuelo Cantos en Good Bye, Lenin!
yerry en Don Cenizo
IGWT en Relatividad
Manitu69 en Hacerse viejo
Tony en Don Cenizo
Juan De Dios Luna Cijanes en Grandes éxitos de ayer y hoy
Esuardo en Don Cenizo
Juan De Dios Luna Cijanes en Victoria sin identidad
Frank Terraces en Bendita normalidad
Francisco en Victoria sin identidad
Julián Martín Fernández en Rodrygo hace viejo a Vinicius
J. J. Creamer en Los héroes de Bowie
Joselito en Éxito sin cimientos
Juan de Dios Luna Cijanes en Ansufatización
Juan De Dios Luna Cijanes en El ciclismo se ablanda
Frank Terraces en Desapego
Juan De Dios Luna Cijanes en Movistar no se rinde
Juan de Dios Luna Cijanes en Queremos tanto a Roglic
Frank Terraces en Hace dos meses
Juan De Dios Luna Cijanes en Nada por aquí, Neymar por allá
Juan De Dios Luna Cijanes en Hoy me he acordado de Lucho Herrera
Juan De Dios Luna Cijanes en Un colombiano en la luna
Juan De Dios Luna Cijanes en El Tour se achica ante Bernal
Juan de Dios Luna Cijanes en Bernal rompe el cielo
Juan De Dios Luna Cijanes en Bernal quiere el Tour
Eberhard Torres Calderón en Cuarenta años de La vida de Brian
Juan De Dios Luna Cijanes en Pinot quiere el Tour y Mikel Landa no se rinde
Frank Terraces en El Atlético más merengue
Juan De Dios Luna Cijanes en La suerte dispara contra Landa
Diego en El fugitivo
Diego en Sopor de France
Juan De Dios Luna Cijanes en El Talento Desperdiciado I: George Best
Juan De Dios Luna Cijanes en Friedenreich: Pelé antes de Pelé
Frank Terraces en La Feria de la Carne
Frank Terraces en El altar de Pérgamo
Juan De Dios Luna Cijanes en Ni cinco de bola
José Antonio Gutiérrez en No cambies tus sueños, cambia el mundo
Antonio Lopez Lobeto en Los doce trabajos de Hércules
Francisco Pedrajas Raya en Ramos-Florentino: Pimpinela en el Madrid
Antonio Lopez Lobeto en Mi pájaro es mejor que el tuyo
Stockton en Bon voyage
Juan De Dios Luna Cijanes en El problema del Barça es el relato
Perikorro en Tantas mareas, marean
Perikorro en No me gusta el cricket
Carmelo en La venda ya cayó
Antonio Jesús Zarza Moreno en ¿Marino o submarino?
Lorenzo Dominguez Sanchez en Gracias, Florentino
Joaquín en Camino a Vitoria
Robert Lee en El que se va, ya no es
victor martín marron en Quiten de ahí a esa loca
Martín Vallejo platero en El borde de la piscina
Diego en Gracias, Johan
jose antonio medrano en Gracias, Johan
Jorge Florido en Gracias, Johan
Javier en Gracias, Johan
Esteban en Gracias, Johan
Fran en Gracias, Johan
5contraelcalvo en Esperando a Zidane
Perikorro en Esperando a Zidane
Elaine Cristina en Casillas, el homenaje pendiente
Tomás Luis de Victoria en No, lo ponemos todo al centro
Tomás Luís de Victoria en Casillas, el homenaje pendiente
Lucas en Benzema FC
Carlos Antonio Suárez fornelino en Jugarse «nada»
Antonio Lopez Lobeto en Siete equipos para tres descensos
Víctor Raúl Valladares en El Real Madrid se queda solo
IÑAKI ASENSIO CALATAYUD en Ter Stegen, el portero de la T-10
José Ramón García en Ilusión en el nuevo White Hart Lane
JOSE ANTONIO FERNANDEZ PLAZA en Héctor del Mar, tal como éramos
Lucas en Oh, capitán
José Luis Heras en Usted tiene el faro roto
Juan J Rodriguez en Usted tiene el faro roto
Jairo Castillo en El Madrid de la triste figura
Rod en Au revoir
Cristian Galván en Motociclismo e hipocresía
Hassansudeim en La trampa perfecta
Juan De Dios Luna Cijanes en La trampa perfecta
Antonio Lopez Lobeto en Cuestión de fe
Martín Vallejo platero en Marcó Isco, ganó Zidane
Eliseo en Vuelve Zidane
Juan De Dios Luna Cijanes en La esperanza
Juan de Dios Luna Cijanes en La muerte del emperador
Maria Jose en Tropismo
María Jesús en Tropismo
Antonio Lopez Lobeto en El amor no siempre gana
SanEmeterio For Atle en Bienvenidos al espectáculo de minstrel
Elaine Cristina en El empate perfecto
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en La revancha perpetua
Antonio Lopez Lobeto en Al límite de la filosofía
Juan de Dios Luna Cijanes en La ley del mínimo esfuerzo
Antonio Lopez Lobeto en Milagro Kvitova
Carlos Leo Castellanos en Cristiano ya no va de farol
Marcos Da Silva en El tamaño importa (y mucho)
Antonio Lopez Lobeto en Promesas que todavía lo son
Gustavo Del río manzano en Quince años sin el mejor: Chava Jiménez
ROSA MARIA cuesta guerrero en A propósito de Laura
Irene García en Vidrio roto
AA - Rod en Vidrio roto
Juan Luna Cijanes en Solari y la teoría del melón
Antonio Lopez Lobeto en El valor de las palabras
Raúl Ávila en El traje de toda la vida
Miguel Morán en Godín es El Cid Campeador
Ricardo Moreno Castillo en La adolescencia duele
Aminie Filippi en La adolescencia duele
Miguel Angel Hidalgo Mena en Historia de un superviviente
Alfrez en Por los cojones
Paulino en Por los cojones
ROSA MARIA cuesta guerrero en La adolescencia duele
Luis Miguel en Y el presidente, ¿qué?
Oscar Redondo Callado en Tour 2019: Un espanto de recorrido
Santiago Peraza en A LA CONTRA, primer aniversario
Teddy Sagarrasantos@hotmail.com en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Conchita Minguez en Cinco apuntes para seis carreras