Ni el gran David Franzoni hubiera podido escribir mejor guión para el partido de película que han hecho España y la todopoderosa Estados unidos. La selección española completa con este empate a dos una fase de grupos de ensueño y consigue, por primera vez en su historia, clasificarse a los cuartos del Mundial sub 20 al acabar como líder de su grupo.
No podía haberlo hecho mejor Russell Crowe en el papel de protagonista que Patricia Guijarro, volviendo a ser decisiva. No falló cuando la defensa americana no atinaba a despejar una jugada, aparentemente sin peligro, que acabó en las botas de la española en la frontal del área y supo ajustarla lo suficiente para que Laurel Ivory solo pudiera mirar como el balón entraba en la portería. España se adelantaba primero y lo hacía en el minuto siete de partido, dejando desorientadas a sus rivales.
Pedro López, emulando a Ridley Scott como mejor director para esta gran producción, daba las indicaciones correctas para que sus jugadoras se crecieran de más ante una de las grandes favoritas. España se siente cómoda ante grandes rivales y frente a Estados Unidos no se doblegó en ningún tramo del partido. Tiene ganas de demostrar la calidad que tiene y hacer un papel importante ante una de las favoritas era la mejor manera de mostrar al mundo que están dispuestas a todo para conseguir plantarse en la final. Y vencer.
España llevó la iniciativa en muchos tramos de la primera parte y las llegadas volvieron a tener su recompensa en un inmejorable momento. Si el partido no podía comenzar de la mejor manera, con ese gol de Patri Guijarro, la primera parte terminaba golpeando donde más duele a las americanas. Lucía García recogía otro balón perdido en el área, tras una falta de concentración estadounidense, y le daba la potencia necesaria para que Ivory no pudiera frenar del todo el balón.
Tras la reanudación, España seguía llevando el timón del partido y las mejores ocasiones llegaron de sus botas. En ocasiones la ansiedad por ampliar el marcador hacía a las jugadoras españolas tomar decisiones precipitadas que terminaban aprovechando las jugadoras de Jitka Klimková. Como en toda gran producción las estadounidenses emularon a Joaquín Phoenix y se vistieron con el papel del malo de la película. La apatía de las españolas, que habían confiado que la victoria estaba en su mano, veía cómo el triunfo se les filtraba entre sus dedos al encajar en el 83 de falta y, cuatro minutos más tarde, tras fallar un mano a mano Patri Guijarro, empataba Demelo.
Al final, Candela Andújar miraba atónita cómo el balón salía del campo a centímetros del palo, errando a puerta vacía después de recibir un pase de la portera americana en un fallo garrafal. Podía haber terminado con un pleno de victorias el conjunto español, pero este despiste solo sirve de experiencia para no cometer los mismos errores en el futuro. España aprende que la relajación ante un rival duro puede traer muchos improvistos. La «Rojita» está muy viva en este gran filme.