El Atlético de Madrid copó el arranque del verano con un autoritario golpe en la mesa al atar a Antoine Griezmann (2030) tras una prolongada decisión que dejó al Barça y, sobre todo, a Josep María Bartomeu con una mano delante y otra detrás. La foto en la concentración de Francia de Miguel Ángel Gil Marín, Consejero Delegado del Atleti, luciendo palmito con un sonriente Antoine, el nuevo fichaje Lemar y Lucas Hernández cerrando el trío galo era el anticipo del grandioso «proyecto increíble» que cautivó al delantero para dar portazo al Barcelona. Ese proyecto aún está en ciernes y sin completarse: faltan esos fichajes que convencieron a ‘Grizzi’, aún no se ha oficializado la renovación de Oblak, Gabi y Torres se han ido…
La foto mencionada la completa Andrea Berta, director deportivo rojiblanco y encargado de muchas de las negociaciones. El brillo de la instantánea se lo llevan Griezmann, por supuesto, y el recién llegado (Lemar), pero conviene dirigir el foco al tercero en discordia: Lucas Hernández. Renovado hasta 2024 como si el hecho fuera un trámite. Y nada más lejos de la realidad. El peso de su ampliación tiene la misma envergadura que la de Giménez (2023). El sobresaliente papel de ambos en el Mundial de Rusia confirman la apuesta por la dupla de centrales del presente y futuro.
El caso de Lucas es mucho más llamativo con un crecimiento espectacular en las dos últimas temporadas de rojiblanco. Real Madrid y Manchester City pujaron por él; Lucas los descartó personalmente por su compromiso rojiblanco ahora reforzado hasta 2024. Lopetegui le quiso para la Selección, inició los trámites para ser español, pero la insistencia de Deschamps le hizo decantarse por Francia. Simeone ha encontrado en el francés a una alternativa de rendimiento extraordinario tanto de lateral izquierdo, a la cada vez menos sombra de Filipe Luis, como de central para completar una poderosa zaga con Godín, Savic y Giménez. Su polivalencia y progreso le convirtieron en un valor sensible en el Atleti con una cláusula abordable por muchos clubes europeos que insistían para ficharle.
Sin embargo, el propio Lucas ha sido quien descartó las ofertas que se acumulaban en las oficinas del Atleti. Haciéndolo, además, con una firmeza y fidelidad a un escudo diametralmente opuestas a la postura su hermano Theo. El Real Madrid, de nuevo, apareció en escena para reunir a la familia Hernández en el otro lado de la capital. Y a la vez, el reiterado interés desde la Premier por parte del Manchester City pusieron al zurdo galo en una situación comprometida porque su precio era asumible por los dos clubes.
El ‘no’ de Lucas retumbó en el Bernabéu y dejó bien a las claras que su camino en el Atlético de Madrid y en la selección francesa será de muchos kilómetros. Y de muchos años. Hasta el 2023 por ahora con el Atleti después de la renovación lograda antes del Mundial. Es el club de su vida, dijo tras estampar su firma en el nuevo y mejoradísimo contrato que incluye una cláusula aumentada aunque no desvelada por las partes.
De hecho, quienes asesoran y trabajan con Lucas asumen que esos (80-100 millones de euros), la horquilla donde se sitúa ese cerrojo, siguen siendo asumibles por los clubes que han intentado en vano llevárselo. «Sigue siendo barato», admiten convencidos aunque reconocen que la palabra de Lucas vale más que el precio de su libertad. Ya ha dicho no una vez y lo hará de nuevo si es necesario.
Lucas brilla con luz propia en Rusia. Indiscutible para Deschamps, se ha desmarcado como una de las revelaciones francesas con una aportación de peso que le incluye entre los elegidos para el once del Mundial. Dando consistencia a la zaga francesa y aportando en ataque con asistencias (como ante Argentina en octavos). El Hernández rojiblanco ha confirmado ante el mundo lo que está demostrando en Europa con sus ‘hermanos’ en las filas del Atleti.
Y pensar que Lucas Hernández entró en los planes de Julen Lopetegui para formar parte de la Selección española. El jugador había iniciado los trámites para conseguir la nacionalidad española en un claro gesto hacia el país que le permitiera ser seleccionado. Su versatilidad tenía cautivado al ya ex seleccionador español, pero en el momento de la verdad el poder de convicción de Deschamps y su insistencia le convencieron para defender al gallo francés hoy en las semifinales ante Bélgica. Un privilegio sólo al alcance de Francia y del Atlético de Madrid…
Gato no te equivoques, la única razón por la que Lucas juega hoy con Francia es una ley de violencia domestica absurda en un país cada día más absurdo.
Lucas no consiguió la nacionalidad española por una discusión que tuvo con su entonces novia, hoy su mujer, que le reportó una orden de alejamiento de ella, que se saltaron para casarse y la fiscalía española abrió diligencias por ello. Por ese motivo Lucas no es hoy español y no pudo jugar con España el mundial, bendita suerte pensara él, que el domingo sigue todo su curso, será campeón del mundo.
[…] los siete millones de euros netos por temporada. Lucas, que durante el pasado Mundial de Rusia firmó su renovación con el Atlético hasta 2024, tiene 23 años y se ha pasado gran parte de la temporada lesionado por una distensión […]