LeBron James jugará las cuatro próximas temporadas en Los Angeles Lakers a razón de 154 millones de dólares: 35,6 millones el primer año, 37,4 el segundo, 39,2 el tercero y 41 el cuarto. Se trata de su tercer equipo en quince años de carrera (Cleveland, Miami) y esta es la segunda vez que abandona los Cavaliers como agente libre. Sólo el contrato que firmó con los Heat (seis años) fue más prolongado que el actual, que finalizará cuando el jugador esté a punto de cumplir los 37 años.
LeBron, que ya tiene mansión en Los Angeles, se despidió de su ciudad en Instagram, con una foto del equipo campeón en 2016: «Gracias al Noreste de Ohio por estos cuatro años increíbles. Esta siempre será mi casa». «Nada de lo que hemos logrado habría sido posible si LeBron no hubiera vuelto y nos hubiera conducido a la tierra prometida», declaró el propietario de los Cavaliers, Dan Gilbert.
King James intentará en los Lakers reverdecer los laureles de una franquicia histórica que no gana el anillo desde 2010 (no juegan un playoff desde 2013) y que ha sumado 16 títulos a lo largo de su trayectoria (en Los Angeles y Minneapolis), solo uno menos que los Boston Celtics. Entre sus nuevos compañeros habrá jóvenes como Lonzo Ball, Brandon Ingram, Kyle Kuzma, Julius Randle, Josh Hart y los rookies Mo Wagner y Malik Newman. No obstante, el baile de fichajes y traspasos no ha hecho más que comenzar. Descartado Paul George, que ha renovado con Oklahoma porque le ha convencido Westbrook, los Lakers pretenden a Kawhi Leonard (Spurs), que ha roto relaciones con Popovych y se muere por vestir de amarillo y púrpura. Aunque en San Antonio no quieren por nada en el mundo traspasar a Leonard a un rival del Oeste, los Lakers pueden ofrecer muy buenas piezas a cambio: Ingram, y sobre todo, Randle. Será lo que diga LeBron, que quiere coincidir en la NBA con su hijo ‘Bronny’, que va a cumplir a los 14 años..
Para la franquicia angelina, este es el fichaje más sonado desde Shaquille O’Neal en el verano de 1996 y culmina el plan que trazaron Magic Johnson y el general manager Ron Pelinka cuando llegaron a los Lakers en febrero de 2017. Su objetivo no era otro que atraer a Los Angeles a algunas de las superestrellas del campeonato.
Sin embargo, ningún experto incluye a los Lakers como favorito al próximo anillo por la incorporación de LeBron. Hará falta algo más. Además de los refuerzos de primer nivel que se barajan, James necesitará tiradores para corregir la puntería de un equipo entre los peores en porcentajes de tres. Pero nadie duda de que las cosas se pondrán más interesantes aún en el salvaje Oeste.
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