No hay mejor resumen del Tour de Francia que este desenlace. Un error del GPS televisivo y una orden de equipo tan prescindible como lamentable han provocado que Tom Dumoulin se lleve la etapa y Geraint Thomas no rubrique su triplete. Cuesta entender estas cosas en la mejor carrera del mundo, pero bien está que Sky no ponga esta guinda a su pastel. Con Thomas volando, se le dio la orden de parar en los últimos dos kilómetros ante la creencia general de que Froome había marcado el mejor tiempo en meta. Pronto se descubrió el desaguisado: la televisión les jugó una mala pasada y los británicos se quedaron sin triunfo.
Decisión innecesaria
No es buena cosa tomarse en broma el deporte profesional. Hay dinero en juego y mucho prestigio, y Sky coquetea con todo esto con cierta asiduidad. Su dominio es tan aplastante que asusta y este tipo de decisiones no van a sentar bien entre sus (muchos) detractores. En 25 años que llevo viendo este deporte, jamás he vivido una decisión así, tomada en caliente, mandando parar al maillot amarillo del Tour para regalar un triunfo de etapa a un corredor con cuatro Tours de Francia, una Vuelta a España y un Giro de Italia. No era necesario este paripé.
Supongo que todo esto les dio igual porque Thomas certificó su inmenso Tour y Froome, contra pronóstico, le birló la tercera plaza a Primoz Roglic, que fue la gran decepción de la jornada. La carrera se ha guardado días complicados para todos menos para el campeón. Así suele ser en las pruebas de tres semanas y así se ha forjado esta gran victoria. En el medio del sándwich posará en París Tom Dumoulin, que repite su puesto del Giro. Para un corredor que sigue en proceso de crecimiento, este doble podio es un fantástico resultado, aunque le costará unos días ver el vaso medio lleno.
A rebosar lo ve Sky, que hoy puso a sus tres mejores corredores segundo, tercero y cuarto. Después de pasarse todo el Tour trabajando a destajo para sus líderes, el primer día que tuvo libertad, Kwiatkowski entró en cuarta posición. Fue un baluarte la primera semana, siempre al quite en los adoquines, la contrarreloj por equipos y las colinas, y fue un gregario fiel en la alta montaña. Hoy, sin nadie a quien vigilar, se ha soltado la melena y, si se llegan a despistar un poco los mejores, les levanta la etapa. Un corredorazo en letras mayúsculas.
La contrarreloj, esa gran olvidada
Más allá de Thomas, Dumoulin, Froome y el apagón en las piernas de Roglic, la contrarreloj sirvió para demostrar la importancia y la escasez de la contrarreloj. Los escaladores como Landa, Quintana o Bardet se dejaron media vida en tan solo 31 kilómetros. Con otra de estas en la primera semana habríamos vivido una montaña mucho más divertida y una carrera bastante menos bloqueada. Que tomen nota los que configuran los recorridos.
Con o sin contrarreloj, Thomas brindará camino de París, donde encontrará su ansiada foto en los Campos Eliseos. Es el tercer Sky que gana el Tour en esta década, tras Bradley Wiggins y Chris Froome. Solamente Vincenzo Nibali ha conseguido derrotar al imperio británico desde el año 2012. Y si no pasa nada raro, a la bicefalia de este año, se podría unir en 2019 Egan Bernal. Avisados ya estamos.
Geraint Thomas ya perdía tiempo en la ascensión a Pinodieta, cuando Dumoulin no había llegado todavía a la meta, y por tanto no podía saber que Froome había ganado la crono. No os hagáis pajas mentales. Basta ver las imágenes en la ascensión cuando apareció la General Virtual y marcaba que Dumoulin estaba a 1,59 de Thomas, es decir, ya le superaba en la crono por seis segundos. ¿Que levantó el pie? Sí, ¿que lo hizo para que ganara Froome? No.
[…] Seguro que algo bueno le pasará en la vida y entonces brindaremos y celebraremos todos juntos, pero de momento le queda golpear con fuerza el manillar y sonreír en el podio de Glasgow, pues no todo el mundo puede decir que es el segundo mejor contrarrelojista del continente. Le ganó el belga Victor Campenaerts, que ya fue el triunfador el año pasado, después de una última recta agónica en la que incluso la tele quiso regodearse de los espectadores y por un momento detuvo el crono. Esa moda que ha inaugurado el Tour de Francia este año y que a Sky salió tan poco rentable. […]